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Atentado a Cristina: Al borde de perder una prueba clave, ¿se borró la información del celular de Fernando Sabag?

Atentado a Cristina: Al borde de perder una prueba clave

Buenos Aires, 04 de septiembre (ATB Digital).- Todo indica que se perdió la información originada
en la principal prueba que tiene la causa sobre el intento de asesinato de
Cristina Fernández de Kirchner: el celular que llevaba encima el agresor,
Fernando Sabag. En la pantalla del aparato apareció la leyenda “teléfono
reseteado de fábrica”. La noche misma del ataque, la jueza María Eugenia
Capuchetti y su secretario Federico Clerc dispusieron que la Policía Federal
realizase la extracción de la información, en la misma sede del juzgado.
Los técnicos de la Federal trajeron el sistema de origen israelí, UFED,
introdujeron el celular, pero fracasaron porque no se contaba con la contraseña
con la que Sabag aseguró el celular. Para la Federal, toda la información
estaba, pero no se podía acceder.

El viernes, en la indagatoria, el agresor se negó a
entregar la clave de acceso al aparato. Antes que eso, después de varios
intentos fallidos, el celular se guardó en un sobre y el sobre se puso en la
caja fuerte del juzgado. Al día siguiente, la Policía de Seguridad
Aeroportuaria (PSA) informó que contaba con un sistema UFED de nueva
generación, por lo cual se dispuso el envío del aparato a la sede de la PSA en
Ezeiza. 

El traslado lo hicieron funcionarios del propio
juzgado. Llegados a Ezeiza, la PSA puso
en un acta que el sobre venía abierto y el teléfono encendido en modo avión. En
el juzgado dijeron que efectivamente así se había guardado. Pero lo serio fue
que introducido en el UFED, salió la leyenda “teléfono reseteado de fábrica”, o
sea que toda la información estaba borrada. 

La jueza ordenó que este domingo, a las 9 de la
mañana, declaren los peritos que intervinieron y expliquen qué pasó. Una hipótesis es que los intentos hechos por
la Federal, sin la contraseña, derivaran en que el teléfono se reseteó. También
habrá que analizar qué sucedió con el sobre y con el hecho de que el celular
estuviera encendido. Hay alguna posibilidad de que se pueda recuperar la
información, porque podría estar en la nube o por algún otro camino técnico,
pero nadie es muy optimista. 

Hoy por hoy, la hipótesis principal que manejan los
investigadores es que Sabag actuó solo, que no hubo una organización detrás: sin
embargo, el celular era de máxima importancia para consolidar esa hipótesis o
desecharla.

El recorrido del teléfono

Capuchetti y su secretario ordenaron que el Samsung
Galaxy A50 que Sabag llevaba en la campera se entregue de inmediato en
su juzgado, muy poco después del atentado. Llegó en la noche del jueves a
Comodoro Py, en un sobre, y la magistrada dispuso extraer toda la información
de inmediato, justamente buscando cómplices. El sobre venía cerrado y con
cadena de custodia.

Cuando llegaron los técnicos de la Federal, el
sobre lo abrió el secretario Clerc y se introdujo en el dispositivo UFED. El
intento fracasó porque no se contaba con la contraseña, pero la
información seguía estando ahí, dijeron los técnicos de la Federal. En
ningún momento apareció entonces la leyenda “Teléfono reseteado de
fábrica”. Por esa razón se introdujo de nuevo en el sobre -abierto- y
se guardó en la caja fuerte del juzgado. Según contaron quienes estuvieron esa
noche, el teléfono se puso en el sobre en modo avión para evitar que se
pudiera conectar en forma remota. El chip y la memoria se sacaron y se pegaron
en la carcaza.

Al día siguiente, el viernes, la PSA informó que
disponía de un sistema UFED más moderno que el de la Policía Federal. La jueza
dispuso entonces que un secretario de su juzgado y su propia custodia llevaran
el sobre hasta la PSA. Cuando llegó a Ezeiza, los técnicos de esta última
fuerza consignaron que el sobre estaba abierto -así salió del juzgado porque
iba con el secretario llevándolo- y también estaba encendido, que igualmente es
como salió de Comodoro Py. La sorpresa vino después: colocado en el
dispositivo, la pantalla marcó primero Error y luego “teléfono
reseteado de fábrica”.

La investigación de lo que pasó

La jueza ordenó en el anochecer del sábado que la
PSA hiciera un informe de qué pasó, dado que fue la fuerza que recibió el
celular. Y citó para las nueve de la mañana del domingo, en su juzgado, a todos
los que tuvieron que ver con el teléfono móvil.

Según explicaron inicialmente los técnicos, hay dos
razones posibles para lo que ocurrió. La insistencia de la Federal, sin
contraseña, automáticamente reseteó el teléfono e hizo que se pierda la
información. O que alguien haya accedido en forma remota y borró el contenido. 

En el juzgado descartaban esta última alternativa,
pero todo está en estudio. Habrá que ver si hay alguna otra variante que
explique el reseteado y, sobre todo, si existe la posibilidad de recuperar los
datos. Algunos mencionaron la chance de que la información esté en la nube.

Quienes estuvieron en la indagatoria, no
percibieron a Sabag como una persona sofisticada que pudiera elaborar
estrategias complejas. No se lo vio desafiante ni tampoco con una actitud de
arrepentimiento o debilidad. Estaba en un estadío intermedio pero, en ese
marco, en la indagatoria se negó a entregar la contraseña de su
celular. Solo hubo momentos de furia cuando se refirió a los
militantes que lo detuvieron y, según dijo, le pegaron un puñetazo en el ojo.
Por eso pidió un oftalmólogo.

Las claves del caso

La jueza Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo están
casi seguros de que Sabag llegó solo a la esquina de Juncal y Uruguay, se fue
acercando a Cristina Kirchner y sacó de su bolsillo la pistola calibre 32
cuando tuvo a la vicepresidenta a menos de un metro. En principio, no parece
haber colaboración de nadie en el lugar, no se evidencia un complot ni una
maniobra en la que, por ejemplo, él llegó a las inmediaciones y alguien le
entregó el arma.

Todo indica que la Bersa –como adelantó Página/12– proviene
de Mariano Alvarez, un vecino del atacante, fallecido. Alvarez vivía en la
calle Terrada, del barrio de Paternal, como Sabag. Algunos dicen que se la
compró al vecino, otros que se la robó. Pero el elemento adicional que indica
que la pistola la llevó él mismo es que los 100 proyectiles encontrados en
Uriburu 729 de San Martín, son calibre 7.65, compatibles con el arma del
atentado. Y una de las cajas se fabricó en 1999, o sea que la tenía desde hacía
muchísimo tiempo.

Justamente para consolidar la hipótesis de
que actuó solo, son fundamentales las imágenes de las cámaras de seguridad de
toda la zona, el celular y la laptop encontrada en el domicilio de San Martín.
La jueza y el fiscal tenían previsto ver este domingo todas las imágenes
disponibles, la laptop se está peritando y el contenido del celular está en
peligro.

Hay un dato significativo: la laptop la utilizaba
para intervenir en las redes sociales. Existe la sospecha de que la novia,
Alba, con la que convivía en San Martín, borró toda la participación de Sabag
en redes sociales, pero también es posible que las propias páginas -Facebook,
Instagram- le hayan dado de baja de inmediato. La jueza evalúa tomarle
declaración a Alba y antes que eso necesita determinar primero si ella tuvo
algún grado de participación en el ataque. Nuevamente, el celular, las
cámaras y la laptop son esenciales.

En el momento en que resuelva sobre el
procesamiento de Sabag, la jueza determinará la calificación. Por ahora, tiene
la tentativa de homicidio, más la portación ilegal del arma de fuego, más la
tenencia de las 100 balas encontradas en su casa de San Martín. 

El Ministerio de Seguridad, que encabeza Aníbal
Fernández, dispuso el cambio del automóvil de CFK. Desde este viernes utiliza
un Ford Mondeo blindado. Ante la jueza, Cristina dijo que estaba
muy conforme con su custodia, aunque admitió que ella es “díscola”,
o sea, complicada de custodiar.

Cómo sigue el proceso

A partir de la indagatoria, corre el plazo de diez
días para que la magistrada resuelva la situación procesal. Es seguro que el
fiscal Rívolo presentará la acusación en un dictamen. En Comodoro Py afirman
que Capuchetti no se va a apurar y que decidirá la calificación cuando tenga
todos los elementos. Un punto clave es si califica el hecho como tentativa de
homicidio agravado por premeditación y alevosía, a lo que se suman la portación
ilegal de arma y la tenencia de los proyectiles. El abogado de CFK en las
causas en que se presentó como querellante, Gregorio Dalbón, dijo
en C5N que si la mandataria lo designa para que la represente buscará imputar
por tentativa de femicidio. Todo se verá en las próximas dos semanas.

Pero para sustentar la acusación, el
celular era una pieza más que relevante. Y, tal vez lo más grave, es que se
vuelven a dar circunstancias que se produjeron en otros casos relevantes, entre
ellos los dos atentados. En el caso AMIA desaparecieron las escuchas
telefónicas que se estaban haciendo a uno de los imputados, Carlos Telleldín.
En el de la Embajada de Israel ni siquiera se contaron como corresponde los
fallecidos: se dijo que hubo 29 víctimas y al final fueron 22. Sería
imprescindible que no se pierda una prueba tan importante en la causa que
investiga, nada más y nada menos, la tentativa de asesinato de la
vicepresidenta de la Nación.