La Paz, 14 feb 2023 (ATB Digital).- La pandemia despertó el concepto de crisis-oportunidad. Al perder sus empleos, muchas mujeres iniciaron su negocio propio y otras reinventaron los que ya tenían. Según los especialistas, distintas cualidades femeninas como la flexibilidad, la capacidad para tejer redes colaborativas y la intuición, fueron básicas para volver a empezar.
La sociedad evoluciona y el rol de las mujeres emprendedoras va tomando protagonismo. Sin embargo, las desigualdades siguen mostrando al mundo que todavía queda mucho por hacer.
Durante la pandemia, la brecha de género relacionada con el empleo no remunerado quedó más al desnudo que nunca. Hay un creciente cuerpo de evidencia que demuestra que debido a factores culturales y económicos, durante la pandemia las mujeres en Latinoamérica realizaron más tareas del hogar que los hombres. En Bolivia, según la bolsa de empleos Trabajopolis.bo, durante el pico de la pandemia, la cantidad de mujeres buscando trabajo cayó 20%, este dato, ellos argumentan, se debe por lo menos en parte a que las mujeres dejaron de buscar trabajo para encargarse de la casa. Esta sobrecarga de tareas de limpieza, compras, apoyo a los hijos en el estudio, no fue impedimento para que muchas, que eran dueñas de su propio negocio, se reinventaran; y tampoco para que otras –que se quedaron sin trabajo– empezaran de cero en la aventura de emprender.
Muchas muejeres, al perder su trabajo durante la pandemia, apelaron al coraje y a la inventiva para encaminar su vida laboral. Vieron la oportunidad de empoderarse creando y potenciando emprendimientos o aprendiendo nuevas habilidades. En este contexto, las preguntas son muchas: ¿cómo lo lograron?, ¿qué talentos y capacidades implementaron para emprender?, ¿por qué las mujeres en tiempos de crisis tienen mayor empuje para salir adelante en sus proyectos que los hombres?
“En pandemia el refrán crisis es oportunidad tomó protagonismo. Se vieron innumerables testimonios de resiliencia. Muchas mujeres al verse sin empleo encontraron una fuerza interior para dar vuelta su situación más allá del enorme cansancio físico y emocional que acarreaban. Un elevado número se contactó con sus talentos olvidados, otras, con esos hobbies que nunca antes se les hubiese ocurrido ponerlos en práctica a nivel comercial, y en muchos otros casos, varias empezaron a hacer cursos online, que les permitieron perfeccionarse y desarrollar nuevas habilidades”, explica Mercedes Valls, consultora del Instituto Holos y directora de recursos humanos de Global Events Organization .
Según la especialista, la capacidad femenina de emprender ante las dificultades estuvo muy relacionada con determinadas cualidades inherentes a su género. A su entender, las mujeres tienen un rasgo propio que es la flexibilidad. Esta capacidad de adaptación les permitió tener la cintura necesaria para ver oportunidades de negocio y generar proyectos, muchos de los cuales hoy perduran en el tiempo. “Las mujeres en la pandemia emprendieron por diferentes motivos, pero ciertos patrones se repitieron, apareció más que nunca esa intuición femenina que sabe detectar las necesidades a su alrededor, así como también la capacidad natural para vincularse. Muchas empresarias independientes lograron salir a flote porque fueron tejiendo redes, compartiendo ideas y motivándose con otras que trabajaban en rubros parecidos”, explica la experta. Los tiempos del COVID-19 no solo fueron la demostración más clara de la capacidad femenina para gestionar múltiples tareas a la vez sino también de dar rienda suelta a la creatividad y recuperarse de situaciones difíciles.
“Está estudiado que a la hora de emprender, las mujeres tienen un liderazgo más colaborativo, saben trabajar en equipo y poseen una capacidad comunicativa mayor”, puntualiza Valls.
Por otro lado, la pandemia colaboró para generar en las mujeres emprendedoras una confianza mayor. Pía Aguilar, ambientadora de eventos profesional, asegura que en 2020 su trabajo se detuvo completamente debido a que no había fiestas ni bodas. “Tuve que buscar la forma de generar un cambio. Fue así que me dediqué a mejorar mis redes, a posicionarme en un lugar de influenciadora. Para ello, me actualicé haciendo cursos online de fotografía, de community manager y de marketing online. Empecé a decorar distintos tipos de mesas en mi jardín, a mostrar mis recetas de cocina, mis labores en la huerta y a mostrar de alguna forma el interior de mi vida como ambientadora. De a poco me fui entusiasmando, y hoy, si bien ya he retomado mi trabajo como ambientadora fuera de casa, sigo en este nuevo emprendimiento que es darme a conocer en mi intimidad como influenciadora. Sumé muchos seguidores, clientes y sobre todo me sentí muy bien conmigo misma de encontrar la forma de reinventarme ante la adversidad”.
Algunos consejos para emprender
La pandemia dejó abierta la esperanza a muchas mujeres que hoy quieren iniciar su emprendimiento propio. Según la consultora Mercedes Valls, hay algunos puntos claves para alcanzar la meta:
- Tener clara la idea y pasarla a la acción. En muchas ocasiones aparecen ideas brillantes que se quedan atascadas en la imaginación y no bajan a tierra. Tener la constancia y la disciplina para poner las ideas en acción es fundamental.
- Perseverar más allá de las dificultades. Cuando se emprende muchas veces surgen obstáculos, sobreponerse a ellos es clave para seguir adelante.
- Realizar un plan de negocios. La organización construye el proyecto, le da forma y genera una conciencia de tiempos y procesos. Sin un plan no hay emprendimiento posible.
- Formarse y desarrollarse en todo lo necesario para crear el negocio. El conocimiento sobre el rubro que vamos a emprender es imprescindible. Además, en estos tiempos donde la tecnología avanza, es clave estar aprendiendo permanentemente nuevas habilidades.