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Mensaje Presidencial: Luis Alberto Arce Catacora

La Paz, 09 de may 2023 (ATB Digital).- Buenas noches hermanas y hermanos bolivianos. Ayer cumplimos dos años y medio de gestión de Gobierno. El 8 de noviembre de 2020, tras la victoria en los caminos y en las calles de nuestra patria, que garantizó la fecha de las elecciones generales, y luego el histórico triunfo político-electoral que nos dio más del 55% de la votación, asumimos el gobierno con el mandato del pueblo boliviano de resolver: la crisis sanitaria, la crisis económica, la crisis educativa y la crisis política por la que atravesaba nuestro país.

Estamos a la mitad de gestión y es un buen momento para hacer un balance de lo que hicimos hasta ahora, pero también para hablarles de la proyección que nuestro Gobierno, un gobierno del pueblo, un gobierno de todas las bolivianas y los bolivianos, tiene para los próximos dos años y medio para llegar Unidos a nuestro Bicentenario el año 2025, pero además con un país estable, con crecimiento sostenido y justicia social, económicamente diversificado e industrializado.

Y todo balance, para ser serio y objetivo, debe partir de las condiciones en las que nuestro gobierno encontró la Patria.

Producto de las crisis mencionadas, encontramos un aparato estatal abandonado, saqueado, sin recursos, endeudado, con casi todos los proyectos paralizados y sin financiamiento. Encontramos empresas estatales y ministerios parados, con elevadas deudas, sin liquidez, en una situación calamitosa que nos hacía preocupar por su sostenibilidad. Nuestra situación económica era crítica, había aumentado la pobreza, el desempleo, y todas las familias bolivianas sentían angustia y mucha incertidumbre respecto a nuestro futuro.

Sin embargo, algo que nos llegó a lo más profundo del alma, es que nuestra población, a pesar de enfrentar con sus propios medios la pandemia, la crisis económica, ser perseguida y reprimida por solo buscar el retorno de nuestra democracia, nos daba permanentemente mensajes de fuerza y esperanza.

Los problemas eran muchos, y por ello, había que encarar todo al mismo tiempo.

Desde la salud, encaramos sin vacilaciones y sin demora todas las tareas para combatir la pandemia; priorizando la salud y la vida del pueblo. Asumimos la lucha contra el Covid-19 como una prioridad nacional, y pusimos en marcha un plan integral, que tenía como pilares contar con pruebas y vacunas gratuitas para todo el pueblo, y la coordinación con todos los niveles de gobierno para enfrentar unidos la pandemia.

Con nuestra estrategia, se redujo la tasa de mortalidad del virus de 6,2% durante la primera ola a solamente el 0,1% para la quinta ola; hasta la fecha se han aplicado más de 15,9 millones de vacunas, millones de pruebas PCR y pruebas antígeno nasales se pusieron a disposición de la ciudadanía de manera gratuita. Mi sincero reconocimiento al personal de salud por semejante hazaña. Las familias bolivianas pueden respirar tranquilas, hicimos todo lo que por responsabilidad gubernamental teníamos que hacer frente al Covid-19, y con éxito reestablecimos la normalidad en nuestras actividades.

Asimismo, desde lo económico, tomamos todas las medidas de emergencia y austeridad, pero al mismo tiempo iniciamos la reconstrucción económica y productiva de nuestro país, de la mano del pueblo trabajador.

El mandato que recibimos de nuestra población fue reconstruir la economía que nos dejaron en ruinas con la crisis más profunda de nuestro país en los últimos 60 años; la economía al segundo trimestre de la gestión 2020 había registrado una caída por encima del 12%; la desocupación se incrementó alcanzando una cifra de 11%, la pobreza subió a niveles alarmantes y también la desigualdad.

Desde lo político, devolvimos al pueblo su “ajayu” que había sido duramente golpeado por un año de convulsión y violencia sistemática, fortalecimos la democracia intercultural que habíamos recuperado gracias a la unidad, lucha y conciencia del pueblo. A pesar de todos los intentos, internos y externos, de acortar nuestro mandato y de que nos vaya mal por mezquinos cálculos políticos, aquí estamos, firmes, para seguir cumpliendo nuestros compromisos con el pueblo boliviano, a quien nos debemos.

No ha sido fácil hermanas y hermanos, pero hoy, a dos años y medio de noviembre de 2020, podemos afirmar que nuestro Estado Plurinacional de Bolivia -en medio de un contexto internacional adverso- está reconstruyendo y reactivando su economía.

Como ningún otro Gobierno, el nuestro no solo tuvo que enfrentar y vencer una profunda crisis económica, el problema mundial de la Pandemia, sino también desde febrero de 2022 enfrentamos las consecuencias de otro problema mundial, como es la guerra entre Rusia y Ucrania. Los efectos más importantes de esta guerra fueron la elevación de precios del petróleo, incremento de precios de alimentos y otros en la gran mayoría de los países, dificultades en la cadena de suministros y la elevación de las tasas de interés especialmente en los países llamados desarrollados.

Pese a todo lo que les menciono, hemos retomado el camino de la estabilidad y la esperanza, retomamos el control de nuestro destino, y avanzamos en la reconstrucción de nuestra Patria. Lo que hemos alcanzado unidos hasta ahora, es fruto del trabajo esforzado de cada una de las bolivianas y los bolivianos que aman a nuestro país, y que día a día, desde donde se encuentran, le ponen el hombro a nuestra economía.

Hoy, estamos lejos del escenario desastroso que nos dejaron, hoy podemos mirar con profundo orgullo nuestro futuro y decir que hemos dado grandes pasos en cada uno de los aspectos que hacen a la vida de nuestra sociedad.

El adecuado control de la pandemia, sumado a que volvimos a poner en marcha nuestro Modelo Económico Social Comunitario Productivo, y las medidas que implementamos desde el primer día de Gobierno, nos han permitido retomar la senda del crecimiento económico con justicia social.

En 2021, el crecimiento de nuestra economía superó el 6% y en la gestión 2022, alcanzó el 3,5%.

Es un resultado muy importante, pues a pesar de los intentos de boicot a la economía y el funesto paro en la ciudad de Santa Cruz en la gestión 2022, nuestro PIB nominal se incrementó de $us40.703 en 2021, y $us44.315 en 2022, la cifra más alta de nuestra historia.

De la misma manera, el PIB per cápita se incrementó en 7,4% respecto de la cifra de 2021, alcanzando a un monto de $us.3.691, la cifra más alta en la historia de nuestro país.

En línea con los resultados en la actividad económica, la desocupación disminuyó sustancialmente de un pico de 11% en 2020 a un nivel de 4% al cuarto trimestre de 2022.

La pobreza extrema que aumentó a 13,7% en 2020, se redujo a 11,1% en 2021, la cifra más baja de nuestra historia, siendo este un dato muy relevante, pues como saben, nuestro Modelo Económico, apuesta por crecer redistribuyendo, crecer reduciendo pobreza y desigualdades.

La relación entre el 10% más rico y el 10% más pobre en nuestro país, de 27 veces en 2020 se redujo a 20 veces en 2021, el nivel más bajo de nuestra historia, por lo que estamos cerrando brechas de desigualdad.

Pero además, en un contexto internacional adverso, que se refleja en un incremento de precios a nivel mundial, nuestro país ha mantenido una inflación controlada y en la gestión 2022, cerramos la cifra con un 3,1%, el nivel más bajo de la región y uno de los más bajos del mundo.

Al mes de abril de 2023, la inflación se mantiene como una de las más bajas de la región. Este es un fiel reflejo de la estabilidad de la economía y de todo el esfuerzo que el Gobierno hace para lograrla.

Reactivamos la inversión pública como uno de los pilares fundamentales de nuestro Modelo Económico Social Comunitario Productivo. Desde noviembre de 2020 hasta marzo de la presente gestión, hemos inyectado más de $us.6.280 millones a proyectos de inversión pública a nivel nacional; principalmente orientados al sector productivo y la construcción de infraestructura en nuestro país. Y por dos años RUMBO AL BICENTENARIO consecutivos, entre 2021 y 2022, fuimos catalogados como el país de la región con mayor porcentaje de inversión pública con relación a su Producto Interno Bruto.

La reconstrucción de nuestra economía avanza a paso firme, las exportaciones en la gestión 2022 cerraron con un récord de más de $us.13.650 millones; principalmente impulsadas por los productos de la industria manufacturera; y de igual manera las importaciones de materias primas y bienes de capital representan el 83% de las importaciones de nuestro país, denotando nuestro irreversible camino hacia la industrialización.

Asimismo, nuestro Gobierno Nacional está priorizando esfuerzos para llegar con inversión pública productiva y social al área rural, estamos como nunca invirtiendo en el campo, pero no solo buscando mejorar nuestra productividad, sino industrializando; porque sabemos que con el fortalecimiento de nuestro sector productivo agrícola y pecuario, consolidamos nuestro camino hacia la seguridad con soberanía alimentaria garantizando materia prima para la industrialización y también generamos mejores condiciones de vida, empleo y esperanza, lo cual contribuye a evitar la alta migración campo-ciudad, que se ha ido agudizando con los años, y que por supuesto nos preocupa. Este es un gran reto para todos los niveles de gobierno.

Como Gobierno Nacional garantizamos más de $us.1.120 millones para fortalecer al sector productor rural de nuestro país, de manera integral; no sólo a través de construcción de presas, acceso al agua, saneamiento y riego tecnificado, programas, proyectos; sino también infraestructura caminera y productiva.

Ese es nuestro horizonte hacia el Bicentenario querido pueblo boliviano, la Industrialización con Sustitución de Importaciones; éste, su Gobierno Nacional, está consolidando las bases para una Bolivia Industrializada, para un país que aproveche y se beneficie de todas sus potencialidades y fortalezas productivas.

No hay liberación nacional sin industrialización. Por ello, nuestro Gobierno viene llevando adelante la implementación de más de 130 plantas industriales alrededor de nuestro país; estamos invirtiendo más de $us.3.600 millones a objeto de crear una economía de base ancha para la industria boliviana, en diversos rubros de la economía orientados a dinamizar y beneficiar a productores, artesanos, pequeños, medianos y grandes empresarios.

Considerando todas las potencialidades productivas regionales, nuestras plantas industriales nos permitirán generar un ahorro en importación de más de $us.530 millones en divisas de manera anual, a través del aprovechamiento de la gran diversidad de productos agrícolas desde la papa, los cereales, almendras, frutas, aceites vegetales, lácteos, hasta productos altamente demandados en el mundo como los agroinsumos, fertilizantes, el aprovechamiento de camélidos, productos cárnicos, riqueza piscícola, la fabricación de vidrio, entre otras.

En la misma línea, algo que es de mucha importancia, es el anuncio que realizamos hace unos días. De manera histórica, dimos el paso hacia la industria de la Química Básica, que es la Industria de las Industrias. Con una inversión de más de Bs3.400 millones, esta industria nos permitirá integrar las cadenas productivas de manera horizontal y vertical para beneficiar a más de 1.900 industrias nacionales, así como dar paso a la creación de nuevas industrias y nuevos empleos. Esta planta en sus inicios permitirá sustituir importaciones por $us 210 millones, y en su madurez permitirá sustituir 1400 millones que hoy importamos.

Industrializamos nuestros recursos naturales estratégicos de manera soberana, en el marco de lo que establece nuestra Constitución Política del Estado; continuamos con la producción de urea: en la gestión 2022 se marcó un récord con más de $us.230 millones de ventas y nos posicionamos como uno de los principales proveedores de agrofertilizantes de la región.

También de manera histórica, tomamos la decisión de aplicar nuestra estrategia digna, soberana y eficiente, para avanzar en la industrialización del litio, la energía del presente y del futuro que nos permitió batir récords de venta de cloruro de potasio y carbonato de litio en la gestión 2022. Asimismo, a través de la implementación de complejos industriales con la más moderna tecnología de extracción directa de litio – EDL, posicionaremos a nuestro país como referente en esta materia en el continente. Y ya contamos con un primer contrato firmado con una empresa china.

Avanzamos también en la construcción de dos plantas de biodiesel y el diseño de una planta de HVO para la producción de diésel ecológico, a través de las cuales generaremos un ahorro de aproximadamente $us.400 millones anuales en importaciones.

Adicionalmente concretamos el financiamiento para la planta refinadora de Zinc de Oruro, la conclusión del estudio para la nueva planta de Zinc de Potosí. Y este año culminaremos nuestra planta Siderúrgica del Mutún con la cual ahorraremos $us.200 millones en importaciones.

Somos el gobierno de la industrialización, trabajamos sin descanso para sentar las bases de una economía diversificada, y sustituir las importaciones desarrollando industria con valor agregado; para que la esperanza recuperada de nuestro pueblo, se vea recompensada con mejores días y un futuro promisorio generando empleo digno, ingresos para las familias bolivianas, disminuyendo la dependencia a insumos y productos importados.

Y precisamente acá tenemos la oportunidad de dar un rol histórico a la juventud, aproximarla a los temas importantes y trascendentales de nuestro país porque son el presente y el futuro de Bolivia.

Nosotros estamos consolidando la industrialización, y nuestros jóvenes son un pilar fundamental de este proceso, por eso hay un gran desafío también en la formación, en los institutos técnicos y en las universidades, para acompañar este salto cualitativo en nuestra economía, formándose en ciencia y tecnología, para asumir los nuevos retos que se presentan en una Bolivia industrializada. Tenemos mucha capacidad y estoy seguro, por lo que converso con mis alumnos en la universidad, que los jóvenes van a estar a la altura de este desafío, si también damos un salto cualitativo mejorando la calidad educativa.

Por otro lado, también es importante que sepan que vamos a incursionar en la explotación e industrialización de tierras raras, así como en la producción de bienes de capital. Solamente cuando eso pase, mis hermanas y hermanos, la tarea estará completa. Por eso necesitamos una juventud con ciencia y conciencia, comprometida con nuestra Patria y los intereses del pueblo, participando activamente en la consolidación de nuestro Estado Plurinacional, y del Vivir Bien de todas y todos los bolivianos.

Estamos avanzando, pese a quienes, desde afuera y desde adentro, intentan posicionar la idea de crisis económica, pese a quienes quieren sembrar incertidumbre y generar inestabilidad, y lo estamos haciendo junto al pueblo que no quiere volver atrás, sino seguir avanzando.

Sin embargo, también es importante que conozcan, que así como hemos avanzado, también tenemos algunas dificultades, en contexto internacional adverso como lo hemos indicado, que hace más compleja la situación, pero quiero que estén seguros, que así como hemos salido victoriosos de momentos muy difíciles, lo volveremos a hacer.

Bolivia, como algunos países de la región, enfrenta problemas de liquidez del dólar estadounidense, que en nuestro caso, producto de la aprobación de la Ley del Oro y otras medidas que estamos asumiendo, los iremos superando paulatinamente. Varios países entre ellos Argentina, Brasil, países árabes y otros, ya están acordando con China, principal proveedor de manufacturas en el mundo, transar en Yuanes chinos antes que en dólares estadounidenses, lo que es un reconocimiento objetivo de los cambios geopolíticos que estamos experimentando y del nuevo polo que se está levantando en el mundo.

Para enfrentar estos cambios mundiales, en nuestro país estamos tomando medidas, pero además debemos seguir profundizando la bolivianización, que ha sido y es una fortaleza de nuestro modelo económico.

Son dos años y medio de gestión de nuestro Gobierno, el gobierno de las organizaciones sociales, el gobierno del pueblo y para el pueblo, el gobierno de todas y todos los bolivianos, de nuestros nueve departamentos, de un extremo al otro de nuestro territorio, desde el Norte en Nueva Esperanza en Pando, hasta el Sur en Bermejo en Tarija. De Charaña en La Paz en el occidente, hasta Puerto Quijarro en Santa Cruz en el oriente.

Tenemos que seguir desarrollando otras tareas en paralelo. De nada servirá construir una economía de base ancha para que los bolivianos y bolivianas vivamos bien, si al mismo tiempo no desarrollamos un alto nivel de conciencia social. La independencia económica y soberanía política plenas solo se lograrán con el debate de ideas, no con violencia; con la reafirmación de nuestra bolivianidad, con la decisión de profundizar la construcción de nuestro Estado Plurinacional y el amor a nuestra Patria.

Por otro lado, hermanas y hermanos, reconocemos que la transformación de la justicia es un tema pendiente, muy complejo de resolver y que arrastramos desde el nacimiento de Bolivia, y aquí debemos trabajar de manera conjunta, escuchando principalmente al pueblo, pues son los sectores más vulnerables y de menores ingresos, los más indicados para mostrarnos el camino de esta transformación judicial, ya que padecen a diario las injusticias de este sistema.

La transformación de la justicia exige un compromiso nacional que no termina con las elecciones de magistradas y magistrados, y consejeras y consejeros; ni en propuestas de reformas que no apuntan a solucionar los problemas estructurales que padece el pueblo cuando busca justicia.

Esta transformación requiere de cambios profundos desde la formación de los administradores de justicia, una carrera judicial que garantice independencia como dar tranquilidad a las y los ciudadanos respecto a sus procesos.

La modernización y el gobierno electrónico, que estamos impulsando, lograrán resultados si el nuevo modelo de gestión de conflictos en nuestro país tiene como base la transparencia y el control social de la administración de justicia, automatizando procesos y procedimientos orientados a dar mayor celeridad, así como un adecuado control y fiscalización que asegure el cumplimiento estricto de las normas y los plazos por parte de los jueces.

Finalmente, permítanme referirme, a los casos de pedofilia y pederastia que han conmocionado a nuestro país. Condeno enérgicamente estos hechos, que NO SON “errores”, SON conductas aberrantes contra nuestra niñez, a quienes más debemos cuidar como sociedad, y por quienes debemos trabajar incansablemente. Por lo tanto, todas las instancias llamadas por ley deben investigar y sancionar severamente los hechos delictivos en contra de nuestra niñez, con todo el peso de la ley.

Somos el gobierno de todas y todos los bolivianos, que devolvió a Bolivia la dignidad ante el mundo. No hemos traicionado ni traicionaremos el mandato del pueblo boliviano. Seguiremos firmes y leales a nuestros principios, trabajando por la UNIDAD y la DIGNIDAD de nuestra Patria. Hemos sorteado muchas adversidades, obstáculos internos y externos, pero junto a ustedes, hermanas y hermanos, seguiremos superando todas las adversidades.

Estamos construyendo la Bolivia del Bicentenario, Somos el gobierno de la industrialización y avanzamos con esperanza hacia el Vivir Bien de todas las bolivianas y bolivianos.

La reconstrucción de nuestra economía NO SE DETIENE.

Muchas Gracias.

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