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El FMI proyecta un crecimiento del 3,8% para Bolivia el 2022

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La Paz, 20 de abril (ATB Digital).- El Fondo Monetario Internacional (FMI), en su último Informe de Perspectivas Económicas, proyectó que la economía boliviana tendrá un crecimiento del 3,8% durante el 2022 y un 3,7% el 2023.

Además, prevé una inflación del 3,2% y el desempleo en el 4,5% durante esta gestión.

Según los datos del FMI, se proyecta que la economía sudamericana tenga un crecimiento del 2,3% y Bolivia será el cuarto país con mayor crecimiento de la región.

Según las proyecciones, el país que tendrá mayor crecimiento en Sudamérica es Colombia (5,8%), seguido de Argentina (4%), Uruguay (3,9%), Bolivia (3,8%) , Perú (3%), Ecuador (2,9%), Chile (1,5%), Venezuela (1,5%), Brasil (0,8%) y Paraguay (0,3%).

El FMI espera menor crecimiento para el mundo y mayor para América Latina

El Fondo Monetario Internacional rebajó hasta el 3,6% su previsión de crecimiento económico global para 2022 a medida que la guerra se recrudece en Ucrania. Para América Latina, sin embargo, las proyecciones son más optimistas de lo que eran hace tres meses.

Aunque la guerra en Ucrania podría implicar un mejor el crecimiento económico de América Latina y el Caribe en 2022, la mejoría vendría acompañada de una fuerte presión inflacionaria.

El más reciente informe de perspectivas económicas del Fondo Monetario Internacional (FMI) destaca que la región podría crecer 2,5% este año, una décima más de lo que esperaba en enero antes de que estallara el conflicto.

Sin embargo, así como la previsión de crecimiento, el pronóstico de inflación regional también fue revisado al alza hasta el 11,2 % en 2022, una tasa lejana a la del 9,8% registrada en 2021.

En marzo, la directora del FMI, Kristalina Georgieva, adelantó que el conflicto en Ucrania podría suponer una oportunidad económica para algunos países de la región exportadores de alimentos ante la caída de la competencia rusa y ucraniana.

Pese a estas oportunidades, la directora gerente del FMI también advirtió sobre riesgos como el ascenso de los precios de la energía o la escasez de fertilizantes, de los que Rusia y Belarús son grandes exportadores, mientras que Brasil es uno de los mayores importadores.