La Paz, 09 de jul 2024 (ATB Digital).- Desde la irrupción del primer antirretroviral en 1987, han ido apareciendo nuevas familias de fármacos que permiten un abordaje eficaz y cada vez mejor tolerado. Las nuevas combinaciones de antirretrovirales reducen el riesgo de resistencias y alargan la vida útil de los medicamentos. Sin embargo, hay un grupo reducido de pacientes con VIH multirresistente en los que no se consigue controlar la carga viral ni siquiera con las últimas moléculas que se han introducido.
En España se estima que se encuentran en esta situación alrededor de 250 personas. Para estos pacientes complejos, el Ministerio de Sanidad financia desde el 1 de julio un nuevo fármaco de rescate, lenacapavir, comercializado como Sunleca por el laboratorio Gilead. Lenacapavir es el primer fármaco financiado para el VIH que se administra dos veces al año por vía subcutánea.
En pacientes con VIH multirresistente, el medicamento, en combinación con un tratamiento de base optimizado, ha demostrado en el ensayo clínico Capella conducente a la aprobación, un 83% de eficacia en términos de supresión virológica. José Luis Blanco, investigador del estudio y especialista del Servicio de Infecciosas del Hospital Clínic de Barcelona, apunta que para poder reclutar a 72 pacientes en el estudio, se necesitó la participación de 42 centros de todo el mundo.
En el ensayo, el 50% de los participantes presentaban resistencias a cuatro familias de fármacos, y el 75% se encontraban en un estado de inmunosupresión severa, que los situaba en una situación de alto riesgo de infección oportunista. Este sentido, Blanco destaca que “los resultados en cuanto a tasa de respuesta virológica en pacientes con virus tremendamente resistentes, son francamente buenos”. Estos pacientes presentan resistencias al menos a tres familias de antirretrovirales que se usan habitualmente en el abordaje de la enfermedad, o a dos familias y son intolerantes a una tercera. Aunque el número de afectados es reducido, su abordaje implica un gran desafío para los especialistas.
El nuevo antirretroviral permite sortear el problema de las resistencias al presentar un mecanismo de acción diferente al resto de fármacos disponibles. Blanco explica que este inhibidor de la cápside tiene capacidad de actuar en tres sitios distintos del ciclo vital del virus. Además, resalta su perfil de seguridad y tolerabilidad, ya que todos los acontecimientos observados durante el desarrollo clínico fueran leves y moderados. Las personas con VIH multirresistente con carga viral no suprimida presentan una mayor probabilidad de sufrir infecciones oportunistas, comorbilidades como las enfermedades cardiovasculares y el cáncer, progresión a sida y muerte. También están expuestas a una mayor toxicidad de los medicamentos, al estar sometidas a regímenes de tratamiento más complejos, con más comprimidos y más veces al día.
Desde el punto de vista de la salud pública, no tener el virus controlado aumenta el riesgo de transmisión del VIH, que en estos casos es además un virus multirresistente. Todo lo anterior “implica una sobrecarga emocional muy importante para los pacientes”, expone Luz Martín Carbonero, especialista de la Unidad de VIH del Hospital La Paz (Madrid). La especialista indica que en España, este perfil de pacientes se corresponde con personas a partir de los 60 años, que comenzaron en la década de los 90 con regímenes secuenciales de antirretrovirales en monoterapia y han desarrollado resistencias cruzadas entre familias.
También hay un grupo de supervivientes infectados al nacer entre los años 80 y los 90. “Son muy pocos, pero son gente joven que nos preocupa especialmente, porque tienen virus con muchas resistencias”. Martín Carbonero advierte de la necesidad de disponer en la práctica clínica de más nuevos antirretrovirales con mecanismos de acción distintos que se usen en combinación con este nuevo fármaco, para evitar el desarrollo de resistencias a lenacapavir, que es, hasta ahora, el último escalón de tratamiento antirretroviral.
En este sentido señala el caso de fostemsavir, aprobado en Europa y excluido de la financiación pública en España. Por contra, España ha sido el octavo país del mundo en el que se ha lanzado lenacapavir, y uno de los 11 países que han participado en el ensayo clínico Capella. “En Gilead llevamos 16 años de investigación y más de 4.000 moléculas para poder llegar a lenacapavir, y los resultados de eficacia del 83% de supresión virológica revelan que ha merecido la pena”, sostiene Pau Arbós, director de la Unidad de VIH del laboratorio.
Fuente: El Mundo