Argentina, 06 de ago 2024 (ATB Digital).- La empresaria argentina Wanda Nara ha acaparado los últimos titulares de las revistas de farándula por su separación del jugador Mauro Icardi y su supuesto romance con el cantante L-Gante. Sin embargo, los escándalos son parte de su vida desde que era joven, tanto que es considerada una estratega nata que convierte todo lo indiscreto que pasa en su vida en un negocio de millones.
Wanda nació el 10 de diciembre de 1986, en el seno de una familia de clase media de Buenos Aires. De pequeña quiso sobresalir sin importar el precio.
En su adolescencia ya había despertado en ella su pasión por la vida lujosa, aunque aún le faltaba salir de su barrio, conocer el mundo y regodearse con los poderosos. Todavía no eran tiempos de estrellato y la blonda trabajaba de niñera, moza de bares o vendedora de boutiques.
Sin embargo, cuando tenía 19 años, Wanda consideró que ya era tiempo de debutar en la industria del entretenimiento. Sin formación artística, pisó por primera vez un escenario en 2005 como parte del elenco del espectáculo “Humor en custodia”. En 2007, llegaría su primer envión de popularidad al participar en el certamen “Patinando por un sueño”, conducido por Marcelo Tinelli.
Fue en aquellos primeros años laborales cuando Wanda comenzó a elucubrar estrategias de promoción que la posicionaran en lo más alto de la farándula en poco tiempo. Así fue como durante una reunión en la que también participaba Diego Armando Maradona, no dudó en mostrarse ante los fotógrafos vistiendo un calzoncillo.
Los reporteros la vieron salir al jardín enfundada en la ropa interior masculina. Así fue como comenzó a tejerse el mito en torno a la propiedad de la prenda, adjudicada al jugador.
Las repercusiones se dispararon rápidamente y ella, alentando el mito, declaró: “Todavía soy virgen, no me tocó”. El fenómeno Wanda comenzaba crecer.
Así comenzó a hacerse de reconocimiento y terminó de cambiar su vida cuando, en 2008, formalizó su relación con el jugador de fútbol Maxi López. Juntos tuvieron tres hijos: Valentino, Constantino y Benedicto. El matrimonio significó una pausa para la ajetreada vida de la exvedette, quien comenzaba a interiorizarse sobre los negocios deportivos y a tomar cartas en el asunto en la negociación de los contratos de su marido.
La pareja estuvo unida cinco años, viviendo gran parte del tiempo en Italia. Eran tiempos donde era común verlos compartir gratos momentos con el jugador Mauro Icardi, un amigo íntimo de López, quien luego pasó a convertirse en el segundo esposo de Nara.
A esa altura, la joven ya disfrutaba de la buena vida y a mostrar un rostro y una silueta transformadas fruto de ejercicio físico y tratamientos estéticos.
En 2013, Nara se separó de López y poco después comenzó una relación con Icardi. En ese tiempo, ella era una madre de tres hijos y él un jovencito seis años menor. Sin embargo, el amor pudo más y la pareja se consolidó ante la mirada crítica de muchos y un pequeño gran escándalo mediático. Se casaron en 2014 y en 2015 y 2016 nacieron sus dos hijas, Francesca e Isabella.
Lejos del mundo artístico, pero siempre con repercusión mediática, Wanda Nara se convirtió en una exitosa empresaria que negocia los contratos de su marido, como sucedió con el Inter, el París Saint-Germain y ahora el Galatasaray. Desde ya, toda aquella actividad de Icardi que genere dinero, como algunas campañas publicitarias, son regenteadas por ella.
Pero, como es de costumbre en su vida, el escándalo volvió a llegar. En 2021, Icardi fue vinculado con la actriz argentina Eugenia “China” Suárez y pese a que la pareja aseguró que superó la infidelidad, el fin de la relación llegó casi un año después.
Actualmente, Nara es líder de su marca de maquillaje Wanda Cosmetics y sus líneas de deportivos y bikinis. Sin embargo, los escándalos siguen rondándola sin un final. Lo que sí es cierto es que ella es el ejemplo de que siempre se puede sacar un beneficio de los pesares. Su éxito es muestra de ello.
FUENTE: OPINIÓN