Mundo, 28 de ago 2024 (ATB Digital).- Representación artística de cómo una estrella de baja masa fue enviada en una trayectoria veloz que podría sacarla de la Vía Láctea después de que su compañera enana blanca explotara en una supernova.
En astronomía, la colaboración de ciencia ciudadana es común, especialmente en proyectos que requieren el análisis de grandes cantidades de datos. Estos ciudadanos, a menudo voluntarios sin formación profesional en astronomía, ayudan a identificar objetos inusuales o eventos en imágenes y datos recolectados por telescopios.
En este caso, los voluntarios del proyecto Backyard Worlds: Planet 9 ayudaron a identificar un objeto que presentaba una velocidad inusualmente alta, lo que sugiere que pronto podría abandonar la Vía Láctea, nuestra galaxia, y adentrarse en el espacio intergaláctico.
Este intrigante objeto, que probablemente sea una tenue estrella roja (una estrella de baja masa y temperatura, generalmente más fría y menos luminosa que el Sol), se desplaza a una velocidad asombrosa de aproximadamente 2,1 millones de kilómetros por hora, lo que contrasta significativamente con la velocidad orbital del Sol, que es de 720.000 kilómetros por hora. Para ponerlo en perspectiva, esta velocidad es unas 1.700 veces más rápida que un avión comercial, lo que significa que podría viajar de la Tierra a la Luna en menos de 12 minutos. Esto se corresponde al 0,1% de la velocidad de la luz.
Si se confirma su naturaleza, este sería el primer caso conocido de una estrella de baja masa con “hipervelocidad”, denominada J1249+36, un descubrimiento que ha generado gran entusiasmo en el mundo científico. Denominada J1249+36, tras su identificación inicial, motivados por su impresionante velocidad, que corresponde al 0,1% de la velocidad de la luz.
El enigma de su identidad
Este enigmático objeto se desplaza a una velocidad tan alta que podría escapar de la atracción gravitatoria de la Vía Láctea, pero su baja masa ha complicado su clasificación inicial, generando incertidumbre sobre si es una estrella de baja masa, que brilla débilmente, o una enana marrón, un objeto celeste con una masa intermedia entre la de las estrellas y los planetas, que no es lo suficientemente masivo como para iniciar la fusión nuclear en su núcleo como lo hacen las estrellas.
Las observaciones realizadas con varios telescopios terrestres, como el Observatorio W. M. Keck en Hawái, sugieren que la estrella podría ser una subenana L, es decir, una estrella con una masa significativamente menor y una temperatura más fría que la del Sol.
Las subenanas frías son las estrellas más antiguas de la galaxia, y la composición metálica de J1249+36, especialmente su baja concentración de elementos como el hierro, refuerza esta idea.
No obstante, aún quedan preguntas por responder sobre la verdadera naturaleza de este objeto. Según cálculos recientes, su masa podría situarse en el límite inferior permitido para las estrellas, lo que deja abierta la posibilidad de que no sea una estrella en absoluto, sino una enana marrón.
Teorías sobre su origen
Los científicos han propuesto dos posibles escenarios que podrían explicar la velocidad y la trayectoria de J1249+36. En un primer escenario, se plantea que la estrella era compañera de una enana blanca, el núcleo restante de una estrella que ha agotado su combustible nuclear. En parejas estelares de este tipo, la enana blanca puede arrebatar masa a su compañera y, tras una explosión de supernova, la estrella acompañante podría ser liberada y lanzada a gran velocidad fuera de la galaxia. Sin embargo, la ausencia de restos visibles de la explosión hace difícil confirmar esta teoría.
Otra hipótesis sugiere que J1249+36 podría haber sido expulsada de un cúmulo globular, una agrupación esférica y densa de estrellas. Se cree que en el centro de estos cúmulos podrían existir agujeros negros que, al formar pares binarios, pueden catapultar a cualquier estrella cercana hacia el exterior a velocidades extremas. Simulaciones recientes han demostrado que esta interacción de tres cuerpos podría haber enviado a la subenana en su veloz trayectoria.
La idea de que J1249+36 podría haber sido eyectada de un cúmulo globular es particularmente fascinante, ya que estos cúmulos contienen algunas de las estrellas más antiguas de la galaxia, con edades superiores a los 13.000 millones de años. El estudio de estas estrellas de baja masa, como J1249+36, que son difíciles de observar debido a su tenue brillo, podría arrojar luz sobre los primeros pasos en la formación y evolución de nuestra galaxia.
En última instancia, este hallazgo no solo es un testimonio del poder de la colaboración entre científicos y ciudadanos, sino también una puerta abierta a nuevos descubrimientos que podrían cambiar nuestra comprensión de los confines de la galaxia y los objetos que la habitan.
FUENTE: NATIONAL GEOGRAPHIC