El 17 de noviembre de 1942 nació Martín Scorsese, uno de los cineastas más influyentes de la historia del cine. Con una carrera que abarca más de seis décadas, Scorsese ha dejado una huella indeleble en la industria cinematográfica, siendo reconocido tanto por su habilidad para contar historias profundas y complejas como por su estilo visual único. Nacido en Nueva York, en el barrio de Queens, en el seno de una familia italo-estadounidense, Scorsese encontró en el cine una forma de expresarse, y pronto se convirtió en una de las figuras más emblemáticas del séptimo arte.
Desde su debut en los años 60, Scorsese mostró una gran destreza para abordar temas como la identidad, la religión, la violencia y la redención, lo que lo consolidó como un narrador audaz y provocador. Su primera gran obra, Taxi Driver (1976), protagonizada por Robert De Niro, se convirtió en un hito del cine moderno, capturando la alienación y la desilusión de la sociedad urbana de la época. El retrato de Travis Bickle, un taxista perturbado en Nueva York, sigue siendo uno de los personajes más complejos y fascinantes de la historia del cine.
A lo largo de los años, Scorsese continuó consolidando su legado con una serie de obras maestras que definieron géneros y generaciones. Raging Bull (1980), un biopic sobre el boxeador Jake LaMotta, recibió elogios tanto por su dirección como por la sobresaliente interpretación de De Niro, y se considera una de las mejores películas de todos los tiempos. En 1990, Scorsese dio otro golpe de efecto con Goodfellas, una de las películas de gánsteres más influyentes de la historia, que ofreció una visión realista y violenta de la vida en la mafia, con un guion basado en hechos reales.
La relación de Scorsese con Robert De Niro fue clave para su éxito, pero también colaboró con otros grandes actores, como Leonardo DiCaprio, quien se convirtió en su nuevo compañero artístico en la década de 2000. Películas como Gangs of New York (2002), The Aviator (2004), The Departed (2006) y Shutter Island (2010) marcaron una nueva etapa en su carrera, donde el cine de Scorsese continuó desafiando las convenciones del género, manteniendo su estilo visual y narrativo distintivo.
Más allá de su trabajo como director, Scorsese también ha sido un defensor incansable del cine como arte. A través de su fundación y su trabajo de restauración de películas, ha trabajado para preservar y promover el cine clásico. En 2019, finalmente ganó el Oscar al Mejor Director por The Irishman, una épica de mafia que reflejaba la madurez de su carrera, y que además destacaba por su innovador uso de la tecnología de captura de movimiento para rejuvenecer a los actores.
Hoy, a los 82 años, Martín Scorsese sigue siendo una figura crucial en el cine contemporáneo. Su legado perdura en cada uno de sus filmes, los cuales no solo definen su visión como cineasta, sino que también siguen influyendo en generaciones de directores y cinéfilos alrededor del mundo. La vida y obra de Scorsese son un testimonio de la capacidad del cine para explorar la condición humana en su totalidad, desde las sombras más oscuras hasta los momentos de revelación.