Mundo, 8 de diciembre 2024 (ATB Digital).- Poco antes de que se construyeran las famosas pirámides de Egipto, una colosal tormenta solar golpeó la Tierra con fuerza; tanto es así que las espectaculares (y hermosas) auroras boreales que conocemos habrían sido cientos de veces más extraordinarias; pero también sus efectos, ya que la avalancha de partículas provenientes de nuestro Sol habría provocado una auténtica devastación en toda nuestra tecnología actual. Fue una tormenta solar extrema.
La tormenta solar de hace 2.687 años
Así lo ha plasmado en una reciente investigación publicada en la revista Communications Earth & Environment un equipo de científicos dirigidos por Irina Panyushkina, del Laboratorio de Investigación de Anillos de Árboles de la Universidad de Arizona, y Timothy Jull, del Departamento de Geociencias de la Universidad de Arizona. Los investigadores han identificado, gracias al análisis de los anillos de árboles muy antiguos, la última vez que hubo un estallido de radiación cósmica realmente poderoso.
Los árboles milenarios actúan como cápsulas del tiempo, registrando silenciosamente la historia de la Tierra gracias a que sus anillos de crecimiento muestran picos de isótopos de carbono radiactivo, conocidos como carbono-14. El carbono-14 se forma continuamente en la atmósfera como resultado de la radiación cósmica: se crea cuando las masas de plasma que escapan de la superficie del Sol interactúan con el carbono de nuestra atmósfera; y cuanto mayor es la eyección solar, más cantidad de isótopos pueden generarse; y este aumento brusco queda grabado en los anillos de crecimiento de los árboles.
“Después de unos meses, el carbono-14 habrá viajado desde la estratosfera a la atmósfera inferior, donde es absorbido por los árboles y se convierte en parte de la madera a medida que crecen”, aclaran los autores.
Para determinar su contenido, los expertos utilizaron bisturís para diseccionar anillos de árboles individuales de muestras de madera antigua, incluidos trozos de árboles muertos enterrados en las riberas de los ríos y maderas excavadas durante excavaciones arqueológicas. Luego quemaron la celulosa para determinar el contenido de radiocarbono de los anillos y estos resultados los compararon con datos de anillos de otros árboles con picos de otro isótopo, berilio-10, que se forma cuando se produce una avalancha de partículas de sol, descubriendo este brusco pico hace 2.687 años.
¿Qué es un “cataclismo solar”?
La Tierra no es ajena a las tormentas solares. Este mismo año que ahora finaliza hemos sido testigos de algunas de ellas, dejando incluso auroras en zonas en las que habitualmente no suelen aparecer, como en España, que se encuentra en latitud media del globo. Y es que las tormentas solares tan extremas son eventos raros en la historia de la Tierra.
Se denominan eventos Miyake y ocurren cuando el campo electromagnético del Sol se debilita, lo que permite que el plasma de la superficie del Sol escape al espacio. Fueron bautizados con este nombre en honor a la física japonesa Fusa Miyake experta en rayos cósmicos de la Universidad de Nagoya (Japón) que identificó estos picos de carbono-14 que confirmaron un fenómeno global de los que solo se han detectado seis en los últimos 14.500 años. De hecho, si ocurriera un evento de este tipo hoy día, causaría estragos inimaginables en las redes eléctricas, los satélites y las redes de comunicación de todo el mundo.
“Si los núcleos de hielo tanto del Polo Norte como del Polo Sur muestran un pico en el isótopo berilio-10 para un año en particular que corresponde a un aumento del radiocarbono en los anillos de los árboles, sabemos que hubo una tormenta solar”, concluyó Panyushkina.
Fuente: National Geographic