El 14 de diciembre de 1972, el astronauta estadounidense Eugene Cernan hizo historia al convertirse en el último ser humano en pisar la superficie lunar. Como comandante de la misión Apolo XVII, Cernan lideró el equipo de astronautas de la NASA durante la última expedición del programa Apolo. Este histórico viaje marcó el fin de una era en la exploración espacial, dejando una huella imborrable en la ciencia y la tecnología.
La misión Apolo XVII, lanzada el 7 de diciembre de 1972, fue la última de las misiones Apolo, que habían comenzado en 1969 con la famosa llegada del hombre a la Luna en la misión Apolo 11. Junto a Cernan, el piloto del módulo lunar Harrison Schmitt y el piloto del módulo de comando Ronald Evans completaron la tripulación. Durante su estancia en la Luna, Cernan y Schmitt realizaron tres caminatas lunares, en las que recolectaron muestras del terreno y llevaron a cabo diversos experimentos científicos.
Cernan, quien fue el último en regresar al módulo lunar, dejó una marca simbólica al escribir sus iniciales en la superficie lunar antes de partir. Sus palabras al abandonar la Luna fueron históricas: “Nos vamos, pero la ciencia y el conocimiento siguen adelante”. A pesar de que varios astronautas llegaron a la Luna antes que él, Cernan se convirtió en el último ser humano en caminar sobre su suelo, un título que mantiene hasta el día de hoy, ya que desde entonces, no ha habido más misiones tripuladas a la superficie lunar.
El fin de la misión Apolo XVII y de la era de exploración lunar supuso un hito en la historia espacial de la humanidad. Aunque las misiones tripuladas a la Luna fueron suspendidas por la NASA tras Apolo XVII, el legado de Cernan y sus compañeros sigue vivo en el imaginario colectivo, inspirando futuras generaciones de científicos e ingenieros que sueñan con la exploración del espacio más allá de la Tierra.