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Marte se convierte en el primer “museo del espacio”

Marte se convierte en el primer "museo del espacio"

Mundo, 19 de dic 2024 (ATB Digital).- Imagina un futuro en el que los restos de rovers, módulos de aterrizaje y sondas espaciales no sean considerados simple “basura espacial”, sino reliquias preciosas que narran la historia de la humanidad en su travesía hacia otros mundos. Esta visión es la que propone Justin Holcomb, un antropólogo de la Universidad de Kansas, en su reciente investigación publicada en Nature Astronomy. 

Según Holcomb, estos objetos representan los primeros pasos de la humanidad en un proceso de dispersión interplanetaria, marcando un hito similar al de las herramientas Clovis en América o los bifaces en África.

En su estudio Holcomb argumenta que las piezas dejadas en Marte —desde el rover Mars 2 soviético hasta las ruedas del Perseverance— constituyen un registro arqueológico valioso. No son meros desechos, sino testigos de nuestra transición de una especie terrestre a una civilización interplanetaria.

Según Holcomb, es fundamental cambiar la narrativa de “basura espacial” hacia la de “patrimonio cultural”, ya que la solución para la basura es eliminarla, pero el patrimonio necesita ser preservado.

Un museo bajo las estrellas

Desde un punto de vista académico, esta propuesta plantea desafíos interesantes. Si las misiones espaciales futuras reconocen el valor arqueológico de los objetos en Marte, deberán planificar cuidadosamente sus aterrizajes para evitar perturbar estos sitios. 

Esta idea no es tan descabellada: en la Tierra, la arqueología ya estudia antiguos vertederos, conocidos como “middens”, que son depósitos de residuos domésticos de sociedades pasadas.

Estos basureros antiguos pueden contener huesos de animales, excrementos humanos, restos botánicos, conchas de moluscos, fragmentos de cerámica, herramientas de piedra y otros artefactos o ecofactos relacionados con la actividad humana. Analizarlos permite entender cómo vivían y se organizaban las comunidades del pasado.

En el contexto marciano, estos “basureros” cósmicos podrían ayudarnos a rastrear la historia de nuestra especie más allá del planeta Tierra.

Holcomb y sus colegas, incluyendo a Beth L. O’Leary y Alberto Fairén, abogan por desarrollar un enfoque estratigráfico para estudiar estos artefactos en su contexto geológico y temporal. Por ejemplo, el impacto del clima marciano y las tormentas de polvo globales sobre estos objetos podría alterar su conservación, un fenómeno poco estudiado hasta ahora.

Marte como archivo de la humanidad

El primer vestigio humano en Marte se remonta a 1971, cuando la misión soviética Mars 2 dejó su huella al estrellarse contra la superficie del planeta. Según Holcomb, este evento marcó la primera vez que nuestra especie dejó un impacto perdurable en otro planeta. Desde entonces, cada objeto depositado en Marte, desde módulos de aterrizaje hasta drones como el Ingenuity, puede considerarse una pieza clave de nuestra narrativa interplanetaria.

Para proteger este legado, Holcomb propone utilizar bases de datos existentes, como el Registro de Objetos Lanzados al Espacio Exterior de la ONU, para catalogar y rastrear cada artefacto. Estas medidas no solo preservarían la historia, sino que también permitirían a futuras generaciones apreciar los logros y sacrificios de sus predecesores.

Los desafíos de la geoarqueología planetaria

La conservación de estos objetos plantea preguntas fascinantes sobre cómo los procesos geológicos marcianos podrían afectar su integridad. Las tormentas de polvo globales y locales, el enterramiento por dunas y los efectos del crioambiente en los polos marcianos son fenómenos únicos que podrían acelerar la alteración de los materiales. Este nuevo campo, denominado “geoarqueología planetaria”, busca comprender cómo estos factores interactúan con los vestigios humanos.

El rover Spirit, por ejemplo, yace cerca de un campo de dunas que eventualmente lo enterrará por completo. Una vez bajo la arena marciana, localizarlo y estudiarlo será una tarea monumental. Estas dinámicas resaltan la urgencia de establecer métodos claros para documentar y preservar estos objetos antes de que desaparezcan del alcance humano.

De Marte a las estrellas: el inicio de un legado

En última instancia, Holcomb sugiere que estos artefactos tienen un valor comparable a las herramientas primitivas encontradas en África o América. Son puntos de referencia en la línea de tiempo de nuestra migración y expansión como especie.

Al protegerlos, no solo resguardamos objetos físicos, sino que también preservamos las historias que estos cuentan sobre el ingenio humano, nuestra sed de exploración y el comienzo de una nueva era para la humanidad.

FUENTE: MEDIOS LOCALES

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