Mundo, 27 dic 2024 (ATB Digital).-Diversos volcanes han entrado en erupción a lo largo de nuestra historia. Sin embargo, la última erupción volcánica que alteró profundamente al planeta ocurrió en 1815, cuando el monte Tambora, en Indonesia, arrojó alrededor de 100 kilómetros cúbicos de gases, polvo y rocas a la atmósfera y al área circundante.

Según los expertos, esa erupción es considerada la más destructiva de la Tierra en los últimos 10.000 años, llegando a provocar la muerte de miles de personas que vivían en las cercanías. Otras de las consecuencias de este fenómeno geológico fueron las hambrunas y enfermedades, debido a las afectaciones en los cultivos y el clima.
¿Otra erupción volcánica masiva?
Más de 200 años después de este evento, un grupo de especialistas advierte sobre la posibilidad de que ocurra próximamente otra erupción volcánica masiva. El profesor de la Universidad de Ginebra (Suiza), Markus Stoffel, mencionó a CNN que la evidencia geológica sugiere que existe una probabilidad entre seis de que se produzca una erupción de este tipo.
“La humanidad no tiene un plan” ante este potencial desastre, dijo Stoffel, quien asegura que una posible gran erupción volcánica “causará un caos climático”. Por su parte, Michael Rampino, profesor de la Universidad de Nueva York, comentó que los impactos de tal explosión podrían ser incluso más severos de los que se observaron en 1815.
Posibles consecuencias
Una próxima masiva erupción volcánica podría tener lugar en un entorno alterado por la crisis climática. De acuerdo con el vulcanólogo Thomas Aubry, una atmósfera más caliente y volátil distribuirá rápidamente el dióxido de azufre liberado durante la erupción, así como los aerosoles de sulfato que se forman a partir de este gas, lo que podría intensificar el enfriamiento global.
La científica de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), Anja Schmidt, añadió que el tamaño de las partículas de los aerosoles de sulfato es muy importante, ya que podrían ser más eficaces para bloquear la energía solar si se encuentran en un rango óptimo.
Esta situación podría conducir a interrupciones en las precipitaciones, llegando a secar los sistemas de viento monzónico en Asia y África. “El monzón en verano se produce porque la tierra se calienta más rápido que el océano”, precisó el profesor de la Universidad Rutgers (EE.UU.), Alan Robock.
Un análisis de la aseguradora Lloyd’s estimó que una erupción comparable a la de Tambora podría causar pérdidas superiores a los 3,6 billones de dólares solo en el primer año. También teorizó que los efectos a largo plazo incluyen perturbaciones en el suministro mundial de alimentos, ya que un clima frío y los patrones de lluvia alterados afectarían regiones agrícolas importantes, como EE.UU., Rusia y China.
Fuente: RT