Hoy, 21 de enero, se conmemora un hito importante en la historia de la industria de bebidas: en 1893, la fórmula de la Coca-Cola fue oficialmente patentada. Este acontecimiento marcó un antes y un después en el mundo de las bebidas gaseosas, consolidando a la marca como uno de los productos más icónicos y consumidos a nivel mundial. La bebida, creada por el farmacéutico John Stith Pemberton, originalmente fue concebida como un remedio para diversas dolencias, pero con el tiempo se transformó en el refresco que conocemos hoy en día.
La patente fue registrada después de que Pemberton perfeccionara su receta, la cual combinaba jarabe de coca, cafeína y azúcar. Aunque su creador no logró disfrutar plenamente del éxito comercial que alcanzaría la bebida, su invención sentó las bases para lo que posteriormente sería la compañía Coca-Cola Company, fundada en 1892. Desde sus primeros años, la bebida experimentó una rápida expansión gracias a su sabor único y su capacidad para satisfacer las necesidades de refresco de una población en crecimiento.
El proceso de patentar la fórmula también fue un paso crucial para proteger la propiedad intelectual de la receta original, que, a pesar de su sencillez, se convirtió en un secreto altamente guardado. La Coca-Cola ha experimentado numerosos cambios a lo largo de los años, pero su esencia ha permanecido casi intacta, lo que ha permitido que siga siendo una de las bebidas más populares y reconocidas globalmente.
Hoy, 132 años después, Coca-Cola sigue siendo un emblema de la cultura popular, no solo por su sabor característico, sino también por su impacto en la publicidad, el marketing y la industria de refrescos en general. La patente registrada en 1893 representa el comienzo de una historia que ha llegado a millones de personas en todo el mundo, convirtiéndose en una de las marcas más valiosas y queridas del planeta.