La Paz, 09 de mar 2025 (ATB Digital) .- El presidente de la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC), Marcel Claure, informó que se atienden diariamente entre tres y cuatro derrumbes de magnitud en las carreteras del país debido a las intensas lluvias.
Asimismo, reportó que, desde noviembre, cuando inició la época de lluvias, la entidad atendió 384 derrumbes en todo el país y el departamento de La Paz es el más afectado, ya que concentra 133 casos.
“Estamos cerca de tres a cuatro derrumbes de magnitud por día, el departamento que más problemas ha tenido es La Paz con 133; existen algunos lugares más castigados como Mapiri, camino a Charazani y Apolo”, detalló.
Carreteras
Aseguró, además, que en esta época la ABC trabaja para mantener la transitabilidad en la red vial fundamental y no realiza reparaciones estructurales en las carreteras porque las lluvias las dañan.
Recordó que la ABC está a cargo de más de 16.000 kilómetros de la red vial fundamental y durante las lluvias se presentan diversas emergencias que deben atender para limpiar los caminos, retirar rocas y hacer bacheos para dejar las rutas en las mejores condiciones.
“En todos los casos hemos logrado mantener la transitabilidad. Cuando está lloviendo no hacemos reparaciones, cuando pase el temporal las haremos. En las lluvias se atiende la emergencia; si hacemos reparaciones, duran poco; se hacen bacheos superficiales, se la deja en mejor estado posible”, aclaró.
Informó que durante la noche del sábado llovió intensamente en prácticamente todo el país, por lo que se movilizó maquinaria para atender las emergencias. Actualmente trabajan en la vía La Paz-Oruro, en Bombeo-Parotani y en la autopista La Paz-El Alto, entre las principales vías.
Claure explicó que la ABC está a cargo de la red vial fundamental, mientras que las gobernaciones velan por rutas departamentales y las alcaldías por vías municipales.
Dijo que de cada Bs 100 que se cobra en los peajes de todo el país, la ABC transfiere Bs 24 a las gobernaciones para el mantenimiento de carreteras.
Fuente: La Razón