Mundo, 12 de mar 2025 (ATB Digital).- La misión SPHEREx incluye un espectro-fotómetro que rastreará el cosmos durante los próximos dos años, desde una perspectiva distinta a la del James Webb y el Hubble.
La NASA puso en órbita su telescopio espacial más nuevo este martes, con el propósito de cartografiar todo el cosmos como nunca antes: una mirada panorámica a cientos de millones de galaxias y su resplandor cósmico compartido desde el principio de los tiempos. SpaceX lanzó el observatorio SPHEREx desde California, poniéndolo en ruta para sobrevolar los polos de la Tierra. Acompañado por cuatro satélites del tamaño de una maleta para estudiar el sol, SPHEREx se desacopló de la etapa superior del cohete, deslizándose hacia la negrura del espacio con la Tierra azul de fondo.
SPHEREx: una mirada distinta a la del James Webb
La misión SPHEREx , con un costo de 488 millones de dólares, busca explicar cómo se formaron y evolucionaron las galaxias a lo largo de miles de millones de años, y cómo el universo se expandió tan rápido en sus inicios. Más cerca de casa, en nuestra propia galaxia, la Vía Láctea, SPHEREx buscará agua y otros componentes de la vida en las nubes heladas entre las estrellas donde surgen nuevos sistemas solares.
El telescopio SPHEREx, de forma cónica y con un peso de 500 kilogramos (1110 libras), equivalente al de un piano de cola, tardará seis meses en cartografiar todo el cielo con sus ojos infrarrojos y su amplio campo de visión. Se planean cuatro estudios de cielo completo a lo largo de dos años, mientras el telescopio orbita el globo de polo a polo a 650 kilómetros de altura. SPHEREx no observará las galaxias con un detalle exquisito como los telescopios espaciales Hubble y Webb de la NASA, más grandes y sofisticados, con sus estrechos campos de visión.
En lugar de contar galaxias o enfocarlas, SPHEREx observará el resplandor total producido por todo el conjunto, incluyendo las primeras que se formaron tras el “bing-bang” que dio origen al universo. “Este resplandor cosmológico captura toda la luz emitida a lo largo de la historia cósmica”, declaró el científico jefe de la misión, Jamie Bock, del Instituto de Tecnología de California. “Es una forma muy diferente de observar el universo”, lo que permitirá a los científicos identificar qué fuentes de luz pudieron haberse pasado por alto en el pasado.
El bing-bang y sus consecuencias
Al observar el resplandor colectivo, los científicos esperan extraer la luz de las galaxias más antiguas y comprender cómo se formaron, afirmó Bock. “No veremos el Big Bang. Pero sí veremos sus consecuencias y así aprenderemos sobre el origen del universo”, añadió.
Los detectores infrarrojos del telescopio podrán distinguir 102 colores invisibles al ojo humano, lo que generará el mapa más colorido e inclusivo jamás creado del cosmos.
Es como “mirar el universo a través de unas gafas con los colores del arcoíris”, afirmó la subdirectora del proyecto, Beth Fabinsky, del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA. Para mantener los detectores infrarrojos a temperaturas extremadamente bajas (menos 210 grados Celsius),
SPHEREx tiene una apariencia única. Incorpora tres conos de aluminio en forma de panal, uno dentro del otro, para protegerse del sol y del calor terrestre, similar a un collar protector de 3 metros para un perro enfermo. Además del telescopio, el cohete Falcon de SpaceX transportó desde la Base de la Fuerza Espacial Vandenberg a cuatro satélites de la NASA llamados Punch. Desde sus órbitas polares independientes, los satélites observarán la corona solar (la atmósfera exterior) y el viento solar resultante. El lanzamiento se había retrasado dos semanas debido a problemas con el cohete y otros componentes.
Fuente: DW