La Paz, 12 de abr 2025 (ATB Digital) .- El ministro de Medio Ambiente y Agua, Álvaro Ruiz, confirmó este viernes que el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF) aprobó el financiamiento para la construcción de una nueva Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) en Tarija, tras una evaluación técnica «positiva».

La obra, que demandará entre $us 50 millones y $us 65 millones, tratará las aguas servidas del Casco Viejo y barrios aledaños, además de sanear el río Guadalquivir, actualmente contaminado por descargas directas.
“El proyecto está cerca de consolidarse, contamos con el estudio, el terreno y el respaldo financiero de CAF. Solo requerimos ajustes menores en coordinación con la Gobernación y la Alcaldía de Tarija”, destacó Ruiz.
Tarija
La autoridad agregó que en los próximos días se reactivarán reuniones técnicas con autoridades locales para afinar detalles operativos.
La PTAR, que será operada por la Cooperativa de Saneamiento de Agua y Alcantarillado Tarija (Cosalt), incluirá un colector que redirigirá las aguas residuales desde las lagunas de oxidación de San Luis hacia la nueva planta.
Esto permitirá clausurar dichas lagunas y convertir el área en un futuro espacio recreativo. “El río Guadalquivir recuperará su vitalidad, y los tarijeños tendrán un parque donde antes había contaminación”, explicó el ministro.
Ruiz anticipó que, de mantenerse el ritmo actual, el proyecto podría recibir aprobación legislativa en julio, seguido de la licitación pública.
De acuerdo con el ministro, la construcción de la PTAR no solo abordará un problema ambiental histórico en Tarija, sino que impulsará el desarrollo productivo al mejorar las condiciones sanitarias de la región.
La obra se emplazará en el sector Cabeza de Toro, zona inspeccionada esta semana por una misión técnica de CAF junto a autoridades locales y representantes de Cosalt.
La autoridad resaltó que esta es la primera vez en la historia del proyecto que se logran avances concretos para cumplir con una demanda que exige Tarija desde hace varias décadas.
Fuente: La Razòn