Mundo, 17 de abr 2025 (ATB Digital) .- Una serie de descubrimientos recientes arrojan nueva luz sobre la trágica muerte del legendario actor y su esposa. ¿Podría el hantavirus, un enemigo casi invisible, haber sido el causante detrás del misterio?
La reciente aparición de varios ratones muertos y nidos en las cercanías de la residencia de Gene Hackman, fallecido junto a su esposa hace apenas unas semanas, ha reabierto con inquietud el caso.
Aquel adiós repentino del icónico actor, que alguna vez encarnó a personajes duros e indomables, ha cobrado una dimensión más sombría tras los últimos hallazgos divulgados en un informe de CNN.
El hantavirus, una enfermedad rara pero extremadamente peligrosa transmitida por ciertas especies de roedores, ha sido vinculado preliminarmente a la escena. Técnicos de sanidad ambiental encontraron rastros de excrementos de ratón en el garaje, así como un nido activo en el altillo de la propiedad ubicada en Santa Fe, Nuevo México.
La hipótesis inicial apunta a una infección por hantavirus como causa posible del rápido deterioro de salud de Hackman y su esposa, algo que ha sido confirmado como “posible” por fuentes médicas tras las primeras autopsias.
Cómo se transmite
Aunque el hantavirus no es nuevo, rara vez aparece en los titulares. Su transmisión a humanos suele ocurrir cuando las personas inhalan partículas de excrementos, orina o saliva de roedores infectados, particularmente del ratón ciervo (Peromyscus maniculatus), común en zonas rurales del suroeste estadounidense.
Los síntomas iniciales, similares a los de una gripe común, progresan de manera brutal hacia una dificultad respiratoria aguda que puede ser letal. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), el síndrome pulmonar por hantavirus tiene una tasa de mortalidad cercana al 40%.
La historia se torna aún más escalofriante cuando se revela que los primeros síntomas que presentó la pareja fueron interpretados como un resfriado. Vecinos recuerdan a Hackman caminando con dificultad apenas unos días antes de que ambos fueran hallados sin vida. La noticia, que inicialmente fue tratada con respeto y discreción, ha desatado ahora una carrera contra el tiempo por parte de las autoridades de salud, que buscan evitar una posible propagación o exposición en la comunidad cercana.
Cómo reducir riesgos
El riesgo, aunque bajo en zonas urbanas, se vuelve más real en residencias cercanas a bosques, con estructuras antiguas o poco habitadas. Los expertos recomiendan evitar barrer o aspirar nidos o excrementos visibles y, en su lugar, usar guantes, desinfectante y mascarillas adecuadas al limpiar espacios potencialmente contaminados. El hantavirus no se transmite entre humanos, pero el desconocimiento puede ser tan peligroso como el virus mismo.
Este trágico episodio ha puesto en el centro del debate la necesidad de campañas más activas de concienciación, especialmente en comunidades rurales donde el contacto con fauna silvestre es más frecuente.
Ya no se trata solo de evitar una plaga doméstica, sino de entender cómo la convivencia con ciertos animales puede desencadenar amenazas insospechadas. En este caso, las señales estaban allí: pequeños nidos, heces secas, olores extraños. Pero la historia terminó sin un último acto.
Desde la perspectiva sanitaria, el caso Hackman también revela lo poco preparados que estamos, a veces, para afrontar amenazas biológicas que se filtran en nuestras vidas cotidianas.
En entrevistas recientes, especialistas han subrayado que muchas muertes por hantavirus podrían evitarse con mayor difusión de medidas preventivas. El Departamento de Salud de Nuevo México ha intensificado el monitoreo en la zona y ha desplegado brigadas para revisar propiedades vecinas.
Fuente: National Geograpic España