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Nos dirigimos hacia un final cósmico mucho más extraño de lo que jamás imaginamos

Mundo, 24 de abr 2025 (ATB Digital) .- El nuevo mapa del universo revela pistas inquietantes sobre el papel de la energía oscura en el destino del cosmos. La astrofísica Katie Mack ha explicado en National Geographic los últimos descubrimientos.

Una vez más, la ciencia nos invita a mirar hacia arriba, no en busca de respuestas inmediatas, sino de preguntas cada vez más complejas. El universo acaba de revelar una nueva pista sobre su futuro… y no es precisamente alentadora

Según un análisis reciente del proyecto DESI (Dark Energy Spectroscopic Instrument), lo que pensábamos sobre la energía oscura podría quedarse corto ante la magnitud de su impacto.

Para quienes aún no están familiarizados con esta fuerza invisible, la energía oscura representa aproximadamente el 70 % del contenido del universo y es la gran responsable de su expansión acelerada.

Sin embargo, los nuevos datos recogidos por DESI no solo afinan los modelos actuales, sino que podrían estar anunciando un final mucho más extraño –y quizás inevitable– para todo lo que conocemos.

Variaciones sutiles

Tal como lo ha explicado la astrofísica Katie Mack en un artículo para National Geographic, “nos dirigimos hacia un final cósmico mucho más extraño de lo que jamás imaginamos”. Y es que los científicos, al analizar la distribución de más de seis millones de galaxias con una precisión sin precedentes, descubrieron algo que sacude los cimientos de la cosmología moderna: la energía oscura podría estar cambiando con el tiempo.

Para lograrlo, se usó el mapa tridimensional más extenso del universo hasta la fecha, que abarca 11.000 millones de años de historia cósmica y cerca de 15 millones de galaxias y cuásares. Al combinar estos datos con otras mediciones cosmológicas, como la radiación de fondo de microondas, supernovas y lentes gravitacionales débiles, afloraron señales de que la influencia de la energía oscura podría estar debilitándose.

Es decir, que la energía oscura podría no ser constante, como se pensaba, sino que estaría evolucionando con el tiempo. Esta variación en su intensidad, aunque sutil, sugiere escenarios aún más bizarros que la clásica “muerte térmica” del universo.

Nuevos escenarios

La energía oscura es una fuerza misteriosa que actúa como un “motor de expansión” del universo. Es la responsable de que las galaxias se estén alejando unas de otras cada vez más rápido. Durante años, los científicos han supuesto que esta energía es constante, es decir, que su intensidad no cambia con el tiempo. Pero si esta suposición es incorrecta, y la energía oscura está variando —disminuyendo o aumentando—, el destino del universo podría cambiar radicalmente.

En uno de los escenarios posibles, si esta energía se va debilitando poco a poco, la gravedad podría acabar ganando la partida y hacer que todo el universo colapse sobre sí mismo. A este posible final se le ha dado el nombre de “gran crujido” (Big Crunch), un universo que primero se expande y luego se pliega como un acordeón.

Por el contrario, si la energía oscura se hace cada vez más intensa, su efecto repulsivo crecería sin freno. Esto provocaría que no solo las galaxias se alejaran más rápido, sino que incluso los sistemas estelares, los planetas e incluso los átomos acabarían desintegrándose.

Este escenario, mucho más catastrófico, se conoce como “gran desgarro” (Big Rip). En él, la estructura del espacio-tiempo mismo se rompería en una última explosión de expansión acelerada. Todo lo que conocemos se desgarraría a causa de esa fuerza expansiva descontrolada, que ya no solo afectaría a las distancias entre galaxias, sino que penetraría hasta lo más íntimo de la materia.

El modelo tradicional, sin embargo, es mucho más sereno. Se conoce como “gran congelamiento” (Big Freeze) y se basa en la idea de que la energía oscura seguirá empujando al universo hacia una expansión eterna, pero con una intensidad constante. Con el paso del tiempo, las galaxias se alejarán tanto unas de otras que dejarán de verse, las estrellas agotarán su combustible y el universo se convertirá en un lugar frío, oscuro y sin actividad. No hay explosión ni colapso: solo un lento y silencioso apagamiento.

DESI
Marilyn Sargent/Berkeley Lab

DESI es un instrumento de última generación y puede capturar la luz de hasta 5.000 objetos celestes simultáneamente.

¿Una quinta fuerza?

Estas nuevas observaciones refuerzan también la necesidad de integrar la energía oscura dentro de un marco más amplio, que podría exigir una revisión radical de la física moderna. Algunos científicos incluso proponen la existencia de una “quinta fuerza” que interactúa a escala cósmica, una posibilidad que cambiaría completamente nuestro modelo del universo.

Las implicaciones de estos descubrimientos van más allá de lo científico. En lo filosófico, nos obligan a reconsiderar nuestro lugar en el universo, nuestra efímera existencia frente a un cosmos en movimiento perpetuo, cuya música interna no cesa de cambiar el compás. Y aunque quizás nunca estemos vivos para presenciar ese eventual final, el saber que todo está cambiando –incluso lo invisible– nos invita a mirar las estrellas no solo con asombro, sino con una humildad renovada.

Fuente: Infobae

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