Mundo, 29 de abr 2025 (ATB Digital). – Una nueva mirada de alta resolución reabre el misterio que fascinó al mundo: ¿qué secretos guarda realmente la enigmática figura marciana?.
En el inhóspito planeta rojo, donde el viento y el tiempo son escultores incansables, existe una formación rocosa que ha desatado durante décadas la imaginación de millones de personas: el célebre “rostro humano” de Cidonia.
Ahora, gracias a las nuevas imágenes capturadas por la cámara HiRISE de la sonda Mars Reconnaissance Orbiter, este viejo conocido regresa al escenario científico y cultural, envuelto en un halo de asombro renovado.
A finales de los años 70, las fotografías tomadas por la misión Viking 1 sembraron la semilla del misterio. Aquellas imágenes, toscas y borrosas, parecían mostrar un gigantesco semblante humano esculpido en la superficie marciana, alimentando teorías que iban desde civilizaciones alienígenas desaparecidas hasta mensajes deliberados dejados en piedra.
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Sin embargo, hoy, con una tecnología infinitamente más precisa, la historia que cuenta el “rostro” es otra muy distinta, pero no por ello menos fascinante.
Un mimetolito
Las recientes observaciones de HiRISE, presentadas esta misma semana, revelan en impactante detalle lo que muchos ya sospechaban: la formación es un claro ejemplo de un “mimetolito”, un fenómeno en el que el azar modela la roca de forma que evoca figuras reconocibles.
La psicología humana, con su insaciable necesidad de encontrar patrones –un proceso conocido como pareidolia–, hace el resto. Vemos caras en las nubes, animales en las montañas… y rostros en Marte.
Desde luego, no es la primera vez que el “rostro” ha sido objeto de investigaciones. En 2001, la sonda Mars Global Surveyor ya había arrojado luz sobre la ilusión, mostrando imágenes más nítidas que disipaban buena parte del misterio. Sin embargo, nunca hasta ahora habíamos tenido la oportunidad de contemplarlo con la nitidez prodigiosa que ofrece HiRISE, capaz de discernir detalles de apenas 30 centímetros por píxel.
En la galería de imágenes recientes, se observa que la ilusión del rostro se diluye en una sucesión de picos, sombras y valles modelados por la erosión. De hecho, los científicos señalan que el “rostro” solo se percibe bajo condiciones de iluminación muy particulares, con el sol bajo en el horizonte marciano, proyectando sombras alargadas que engañan a nuestros sentidos.
Mimetolitos de otros lugares
Este fenómeno no es exclusivo de Marte: en la Tierra abundan los mimetolitos famosos, como la “Esfinge de Bucegi” en Rumanía o la “Cabeza del Indio” en Argentina. Todos ellos testimonian la profunda relación que existe entre los procesos geológicos naturales y nuestra imaginación. En otras palabras, la naturaleza y nuestra mente colaboran para crear arte involuntario.

Más allá del romanticismo de encontrar un “rostro” mirando desde otro mundo, el verdadero milagro aquí es la capacidad de la ciencia para desenmarañar las ilusiones. Las imágenes de HiRISE no solo nos ofrecen una visión más sobria y realista de Marte, sino que también invitan a admirar la complejidad de nuestro cerebro, capaz de ver formas familiares en el caos.
La explicación científica no resta belleza al fenómeno; al contrario, lo enriquece. Comprender que la erosión, los ángulos de luz y nuestro propio sistema perceptivo son los verdaderos artífices de este milagro visual es, en sí mismo, motivo de asombro.
Fuente: National Geograpic