Mundo, 06 de may 2025 (ATB Digital) .- Una colaboración entre empresas promete bolsos hechos de “cuero de dinosaurio”, pero los paleontólogos responden con escepticismo ante lo que podría ser una mezcla de marketing y biotecnología sin base científica.
En una maniobra que parece sacada de una novela de ciencia ficción más que de una publicación científica, un trío de compañías —VML, Lab-Grown Leather Ltd y The Organoid Company— ha anunciado el desarrollo del primer cuero cultivado en laboratorio basado en colágeno de Tyrannosaurus rex.
Con la promesa de ser un material ecológico, libre de crueldad animal y visualmente idéntico al cuero tradicional, esta innovación apunta al sector del lujo con productos que, según sus creadores, llevarán la historia prehistórica al mundo contemporáneo de la moda.
Pero los científicos no están convencidos. La promesa de una materia prima derivada de un animal que desapareció hace 66 millones de años tropieza con una realidad biológica mucho más compleja: el ADN del T. rex simplemente no existe en estado utilizable.
Y sin ADN, no hay manera alguna de producir tejidos auténticamente “dinosaurianos”, por más avanzadas que sean las herramientas de ingeniería genética utilizadas.
No existe ADN verificado
Los impulsores del proyecto sostienen que su proceso se basa en fragmentos de colágeno fosilizado encontrados en huesos de T. rex. Esta proteína estructural, presente en todos los vertebrados, sirve como una suerte de plantilla sobre la cual se diseñaría un material sintético. El procedimiento implicaría insertar ADN artificial, inspirado en ese colágeno ancestral, dentro de células que luego se cultivan para formar cuero.
No obstante, expertos en paleontología y biología molecular han respondido con severas dudas. En primer lugar, porque no existe ningún ADN mesozoico verificado, y mucho menos ADN completo de Tyrannosaurus rex.
El material genético comienza a degradarse inmediatamente después de la muerte del organismo, y aunque se han conservado algunos fragmentos durante algunos millones de años, los dinosaurios quedaron fuera del rango hace mucho: su desaparición ocurrió hace más de 66 millones de años.
Pero el problema no termina ahí. La propia base del cuero —la piel— apenas ha dejado huella en los fósiles de tiranosaurios. Las impresiones que existen son superficiales y no permiten reconstruir los tejidos blandos con la fidelidad necesaria para recrear su estructura interna.
Además, las secuencias de colágeno son altamente conservadoras a lo largo del reino animal, lo que significa que no hay nada particularmente “único” en el colágeno del T. rex frente al de otras especies vivas.
Supuestos valores ambientales
A pesar de las críticas, los responsables del proyecto insisten en su valor ético y ambiental. Desde la empresa Lab-Grown Leather argumentan que este tipo de cuero de laboratorio podría disminuir drásticamente los daños ecológicos asociados a la ganadería tradicional: la deforestación para el pastoreo, el uso de químicos tóxicos en el curtido, y, por supuesto, la matanza de animales.
En su lugar, proponen un modelo que combina biotecnología de vanguardia con storytelling prehistórico como herramienta de marketing.
El cuero Elemental-X™ que proponen no solo es biodegradable, sino que también promete igualar la durabilidad y reparabilidad del cuero convencional. Pero lo que diferencia a esta propuesta es su enfoque: no solo reemplazar materiales, sino narrar una historia, una “evolución ética” de los bienes de lujo, dicen. Lo que para unos es una jugada de relaciones públicas, para otros es una oportunidad de replantear la forma en que se produce la moda de alta gama.
Incluso si el T. rex nunca estuvo en la ecuación biológica, la idea de usar su legado como inspiración no deja de tener cierto atractivo simbólico. Pero estamos ante una planteamiento de fantasía o de ciencia ficción, no de ciencia. Algo acaso bastante parecido a lo que ya hemos analizado en relación a desextinción, devolver la vida a las especies ya desaparecidas.
Fuente: National Geograpic España