ATB RADIO

EN VIVO

ATB Digital
Ciencia

Descubren el aura y el instante en que la vida se apaga: cuando cesan las funciones vitales, se apaga también esta misteriosa luz interior

Mundo, 13 de may 2025 (ATB Digital).- Los científicos logran captar el instante en que la luz interior del cuerpo deja de brillar: el fin invisible de la vida.

Un grupo de investigadores ha puesto luz —literalmente— sobre uno de los misterios más antiguos de la existencia: el instante en que la vida se apaga. Desde hace años se sabe que todos los seres vivos emiten una radiación luminosa extremadamente tenue, imperceptible al ojo humano, llamada emisión fotónica ultradébil (UPE, por sus siglas en inglés). 

Este fulgor microscópico, generado por procesos metabólicos internos, es constante mientras el organismo está vivo… pero se desvanece en el mismo momento en que la vida se extingue.

Gracias a cámaras digitales ultradelicadas —entre ellas sensores EMCCD y CCD de altísima sensibilidad—, el equipo liderado por Dan Oblak en la Universidad de Calgary ha sido capaz de observar este fenómeno con un nivel de detalle sin precedentes

Según explican en un estudio reciente en Journal of Physical Chemistry Letters, sus experimentos revelan un contraste sorprendente entre los patrones de emisión fotónica de ratones vivos y muertos. Los resultados no dejan lugar a dudas: cuando cesan las funciones vitales, se apaga también esta misteriosa luz interior.

Biofotones

Esta emisión luminosa proviene de los llamados biofotones, partículas de luz generadas espontáneamente por las células, principalmente como subproducto del metabolismo mitocondrial. Aunque su intensidad oscila entre apenas 10 y 1.000 fotones por centímetro cuadrado por segundo —lo que los hace invisibles al ojo humano—, su presencia ha sido registrada en todos los organismos vivos estudiados hasta la fecha. 

Los investigadores se cuidaron de mantener condiciones constantes de temperatura y luminosidad para evitar interferencias, y fue así como captaron el momento exacto en que la emisión cesa, coincidiendo con la muerte biológica.

En paralelo, se realizaron experimentos similares con hojas de schefflera arboricola, una planta ornamental. Al igual que en los animales, las emisiones aumentaban bajo condiciones de estrés fisiológico, como temperaturas elevadas o daño tisular

De hecho, cuando se aplicaron heridas físicas a las hojas, la intensidad de la UPE aumentó notablemente. Este fenómeno se atribuye a una aceleración de los procesos oxidativos y metabólicos que se desencadenan como respuesta al daño celular, lo que resulta en una mayor generación de biofotones.

Medicina revolucionaria 

Pero quizás lo más fascinante de esta línea de investigación no sea solo su componente filosófico o existencial, sino su inmenso potencial práctico. La posibilidad de medir de forma no invasiva esta emisión luminosa abre nuevas vías para el diagnóstico precoz de enfermedades en humanos, así como para la detección de estrés en cultivos agrícolas.

En esencia, los científicos han encontrado una forma de “ver” la salud, captando directamente las huellas luminosas del metabolismo celular sin necesidad de dañar el tejido o intervenir físicamente.

En medicina, este tipo de monitoreo podría ser revolucionario. Alteraciones en la intensidad o el patrón de emisión fotónica podrían indicar un desajuste en la respuesta del cuerpo a un tratamiento o revelar el inicio de una enfermedad metabólica, incluso antes de que aparezcan los síntomas externos. 

Otro hallazgo interesante de este estudio es el impacto de ciertos compuestos químicos sobre la emisión UPE. En el caso de las plantas, la aplicación de benzocaína —un anestésico local— sobre las zonas dañadas provocó el aumento más significativo en la intensidad luminosa. Esto sugiere que incluso los tratamientos terapéuticos alteran la forma en que las células reaccionan bioquímicamente, y que esa reacción se traduce en luz.

Por todo ello, la UPE se presenta como una nueva herramienta diagnóstica no invasiva, versátil y precisa. En el mundo vegetal, permitiría a los agricultores identificar signos tempranos de estrés o enfermedad sin necesidad de métodos destructivos. En la medicina humana, bastaría con una imagen para obtener datos relevantes sobre el estado interno del organismo. No es magia, es física cuántica aplicada con rigor científico.

Y aunque este fulgor vital no pueda ser percibido por nuestros sentidos, su existencia da una forma tangible y poética al viejo anhelo de ver el alma. Porque quizá, después de todo, somos eso: una luz que vive, parpadea… y finalmente se apaga.

Fuente: National Geograpic

Noticias relacionadas

Ozzy Osbourne habló sobre su salud y dijo que le queda una década de vida

Cristal Vergara Capo

Científicos resucitan proteínas de hace millones de años para corregir albinismo humano

ATB Usuario

Científicos descubren cómo se produce la hormona que controla el apetito

Cristal Vergara Capo