Mundo, 3 de junio 2024 (ATB Digital).- ¿Te imaginas que ahora alguien te dijera que el Universo, realmente, no se está expandiendo? ¿Sería contradictorio, verdad? Durante décadas, nos han enseñado que el Universo surgió con un Big Bang y que, desde entonces, se está expandiendo. Documentales, libros de divulgación… Todos usan la misma metáfora: el Cosmos está en expansión, con las galaxias alejándose unas de las otras como puntitos en su superficie.
Pero… Existen pequeños matices. Matices que, si se entienden bien, pueden ser realmente rompedores con lo que creemos. Porque, la verdad, es que esa idea de que el Universo se expande puede llegar a ser bastante confusa. Y no es simplemente una cuestión de semántica: entender lo que realmente está ocurriendo puede conllevar un completo cambio de paradigma.
Thank you for watching
¿Qué es entonces, realmente, expandirse?
LA TRAMPA DE LAS METÁFORAS
Cuando pensamos en expansión, nos imaginamos algo concreto: una masa de pan creciendo o un líquido que se derrama encima de la mesa. Pero, en cosmología, esa imagen puede volverse algo engañosa si la tomamos demasiado libremente.
En nuestro día a día, cualquier objeto que se expande, tiende a hacerlo dentro de un espacio preexistente. Es decir, por ejemplo, un globo se infla dentro de una habitación, la tinta se esparce sobre una hoja, una explosión presiona aire y partículas hacia fuera. Sin embargo, la gran diferencia es que el Universo no se está expandiendo dentro de “algo más”. Es decir, no existe un exterior o un borde. No hay una habitación en la que el Universo esté creciendo.
Entonces, ¿qué significa exactamente que el Universo “se expande”? Pues aquí es donde entra el matiz: el Universo no es un objeto físico que se agranda, sino que es el propio espacio-tiempo el que cambia su geometría. Cuando decimos que las galaxias “se alejan”, no es porque se estén separando mientras se desplazan por el espacio: significa que el espacio entre ellas se está estirando.
LA INFLACIÓN NO ES MOVERSE
En lugar de pensar en expansión como algo que crece “hacia afuera”, quizás sería mejor hablar de inflación: un fenómeno en el que el espacio mismo cambia sus dimensiones. Y no, no es simplemente una cuestión de palabras más sencillas, sino que se trata de una forma completamente distinta de concebir lo que ocurre en el Universo.
Para entenderlo, debemos pensar primero en cómo funciona el espacio en física moderna. Desde la Teoría General de la Relatividad de Einstein, sabemos que el espacio y el tiempo forman un tejido flexible, que puede curvarse, ondular e incluso expandirse… o, mejor dicho, inflarse. Y, contrariamente a lo que pueda parecer, no es un tejido pasivo, sino que tiene propiedades dinámicas. Por ejemplo, puede cambiar por sí mismo, sin que nada lo “empuje” desde fuera.
De hecho, todo apunta a que esa inflación inicial fue tan poderosa que dejó marcas en el Universo actual: pequeñas fluctuaciones en la radiación de fondo que hoy en día somos capaces de medir. Pero la inflación no terminó ahí. Aunque de forma mucho más lenta, el espacio sigue inflándose hoy, separando galaxias que antes estaban más cerca y creando cada vez más “espacio vacío” entre ellas.
GALAXIAS INMÓVILES EN UN ESPACIO CAMBIANTE
Y aquí viene la parte más contraintuitiva: las galaxias no se están moviendo a través del espacio, sino que el espacio se está estirando entre ellas.
Pongamos un ejemplo: imagina que estás en una cinta transportadora que se alarga. Tú no te estás moviendo activamente, pero si alguien te observa desde fuera, verá que te alejas. Pues eso es algo parecido a lo que ocurre con las galaxias. Ellas no se desplazan “hacia fuera”; simplemente, el espacio que las separa crece.
Y, para rizar el rizo: no existe un “centro” de la expansión, ni un punto clave desde el cual todo se aleja. Porque s todo el espacio se estira, es cada galaxia la que ve alejarse a las demás, como si cada una estuviera en el centro de ese estiramiento. Es otra diferencia fundamental con cualquier otra explosión que podamos llegar a imaginar.
EL ESPACIO PUEDE GANARLE A LA LUZ
Este es un fenómeno que también nos da alguna pista para explicar otro misterio: ¿cómo puede ser que algunas galaxias lejanas parezcan alejarse de nosotros más rápido que la velocidad de la luz?
La respuesta a ello, una vez más, es que no están rompiendo ninguna ley. No están viajado “a través del espacio” a esas velocidades, sino que el espacio entre nosotros y ellas se está estirando tan rápido, que la distancia entre ambos puntos aumenta más deprisa de lo que la luz podría recorrer.
Y ese matiz – que el espacio pueda crecer, no que los objetos se desplacen dentro de él – es, probablemente, uno de los conceptos más importantes y difíciles de visualizar de la cosmología moderna.
Fuente: National Geographic