Mundo, 4 junio 2025 (ATB Digital).— Zac Efron estaba decidido a dejar atrás los escenarios seguros, los sets controlados y el confort de Hollywood. En diciembre de 2019, con 32 años recién cumplidos, el actor conocido mundialmente por su papel en High School Musical, emprendió uno de los desafíos más arriesgados de su vida.
El proyecto se llamaba Killing Zac Efron, una serie documental de supervivencia filmada en las selvas remotas de Papua Nueva Guinea.
La propuesta, que fue anunciada como parte del catálogo inicial de la entonces flamante plataforma de streaming Quibi, consistía en pasar 21 días en completa inmersión selvática, lejos de cualquier civilización, con un guía local, equipo mínimo y la voluntad de enfrentarse a lo desconocido.
Lo que comenzó como una aventura profesional se transformó, en cuestión de días, en una experiencia de supervivencia real.
Según reseñó The Guardian, Efron llegó a Papua Nueva Guinea a comienzos de diciembre y pronto se adentró en la región del río Sepik, una zona aislada, de densa vegetación, temperaturas elevadas, alto índice de humedad y limitada infraestructura médica.
Su objetivo era recorrer aldeas remotas, documentar costumbres locales y atravesar la jungla con el mínimo de tecnología y asistencia, al estilo de los más duros formatos de supervivencia.
Compartió imágenes en redes sociales en las que se lo veía remando en una canoa, presenciando ceremonias tradicionales como la de escarificación cutánea en Yanchan Village y conviviendo con comunidades locales sin mayores comodidades que las que pudieran cargar él y su acompañante.
El contexto sanitario, sin embargo, distaba mucho de ser un detalle menor. Papua Nueva Guinea es una región de riesgo epidemiológico elevado, con frecuentes brotes de enfermedades infecciosas transmitidas por agua y alimentos contaminados.
El viaje suponía un desafío no solo físico sino también inmunológico, y los peligros no tardaron en manifestarse. Según informó el medio local, Efron contrajo fiebre tifoidea, una infección bacteriana grave.
Los primeros síntomas fueron discretos: malestar general, náuseas, fiebre. Pero rápidamente se agravaron. Lo que comenzó como una sensación de debilidad evolucionó hasta volverse una emergencia médica internacional.
La fiebre tifoidea es una enfermedad infecciosa potencialmente mortal causada por la bacteria Salmonella Typhi.
Según la Organización Mundial de la Salud, afecta anualmente a más de nueve millones de personas en todo el mundo y provoca más de cien mil muertes.
En los casos más graves, puede causar hemorragias internas o perforaciones intestinales.
Aunque se puede tratar con antibióticos, la resistencia bacteriana está en aumento, lo que complica los cuadros clínicos.
En muchos países industrializados la enfermedad es rara, pero en zonas como el sudeste asiático o el Pacífico occidental, el riesgo es elevado. Y la jungla de Papua Nueva Guinea, lejos de los hospitales, ofrecía todo menos seguridad.
Frente al agravamiento del cuadro, el equipo de producción solicitó una evacuación de urgencia. La empresa Medical Rescue, especializada en traslados sanitarios internacionales, envió un helicóptero para rescatar al actor y trasladarlo a Brisbane, Australia.
El doctor Glenn McKay, miembro de dicha organización, se negó a confirmar públicamente la identidad del paciente por razones de confidencialidad.
Pero al pasar las horas y la insistencia de los medios, finalmente confirmó que el paciente era Zac Efron.
En cuestión de horas, Efron fue ingresado al St. Andrews War Memorial Hospital en Spring Hill, donde permaneció varios días bajo observación y tratamiento intensivo con antibióticos intravenosos, hidratación y monitoreo constante.
La noticia del incidente comenzó a circular a través de medios australianos el domingo 29 de diciembre de 2019. Rápidamente, se viralizó a nivel internacional.
Las redes sociales estallaron con mensajes de preocupación. Titulares como “Killing Zac Efron casi mata a Zac Efron” inundaron las páginas de entretenimiento y generaron un debate sobre los límites del espectáculo extremo.
Algunos usuarios criticaron la temeridad del proyecto; otros destacaron la valentía del actor por salir de su zona de confort. Ante la ola de rumores, el propio Efron decidió hablar públicamente y confirmar lo ocurrido.
El lunes 30 de diciembre, el actor publicó un mensaje en su cuenta de Twitter, luego replicado en Instagram, acompañado por una fotografía suya en Papua Nueva Guinea.
“Muy agradecido con todos los que se han comunicado. Me enfermé en Papua Nueva Guinea, pero me recuperé rápido y terminé unas increíbles tres semanas en P.N.G. Ya estoy en casa para las fiestas con mi familia y amigos. Gracias por todo el amor y preocupación. ¡Nos vemos en 2020!”, escribió.
Ese mensaje, breve y tranquilizador, no desmentía la gravedad del episodio, pero dejaba claro que la situación estaba bajo control.
Según medios internacionales, los médicos autorizaron su regreso a Los Ángeles el 24 de diciembre, justo a tiempo para pasar Nochebuena con su familia.
No hubo conferencias de prensa ni entrevistas posteriores sobre lo ocurrido. Efron eligió el silencio como respuesta a la sobreexposición.
Las preguntas sobre cómo afectó el incidente a la producción de Killing Zac Efron nunca obtuvieron respuestas oficiales. Lo que se sabe es que Quibi, la plataforma que iba a emitir la serie, cerró sus operaciones menos de un año después, en octubre de 2020, antes de que el programa pudiera estrenarse.
El material, aunque filmado, permanece sin difusión pública, y no hay información confirmada sobre si será retomado por otro canal o distribuido de alguna forma alternativa.
Fuente: Infobae