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El asteroide 2024 YR4 se acerca peligrosamente a la Luna

Mundo, 11 junio 2025 (ATB Digital).— El asteroide 2024 YR4, que alguna vez ocupó los titulares por su potencial amenaza a la Tierra, ha redirigido su atención hacia la Luna. Un reciente ajuste en su órbita, gracias a una última y oportuna observación del telescopio James Webb, ha elevado la probabilidad de impacto contra nuestro satélite del 3,8% al 4,3%.

Este incremento, aunque leve, ha capturado la atención de la comunidad científica. No por el daño potencial —el cual, incluso en caso de colisión, no alteraría la órbita lunar—, sino por lo que representa: una rara ocasión en la que un cuerpo celeste plantea un posible encuentro con la superficie lunar con una certeza estadística significativa.

La mejora del 20% en la precisión de su trayectoria para el 22 de diciembre de 2032 proviene de una única observación adicional, obtenida justo antes de que el objeto se desvaneciera de la vista de los telescopios terrestres y orbitales.

La imagen capturada por el telescopio Webb en mayo de 2025 —utilizando su cámara de infrarrojo cercano— fue liderada por el equipo internacional del Dr. Andy Rivkin del Laboratorio de Física Aplicada Johns Hopkins.

Este hallazgo ha permitido a los científicos del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS), con sede en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA, en California, recalibrar la órbita del asteroide con una exactitud sin precedentes. El cambio, aunque pequeño en términos absolutos, ajusta una danza gravitatoria que puede tener consecuencias notables para la Luna.

Fecha clave: 22 de diciembre de 2032

Según el modelo orbital refinado, el 2024 YR4 se acercará peligrosamente a la Luna el 22 de diciembre de 2032, con una trayectoria más acotada y definida. La Tierra, situada en el centro del anillo que representa la órbita lunar, permanece segura.

Pero esta nueva predicción ha permitido visualizar una nube de posibles ubicaciones del asteroide —representadas como puntos amarillos— cuya dispersión se ha estrechado desde abril hasta junio de 2025 gracias al trabajo del Webb.

Consecuencias

Para el público general, un impacto de esta naturaleza podría evocar imágenes apocalípticas. Pero los expertos insisten: incluso si el 2024 YR4 golpeara la superficie lunar, la estabilidad orbital de nuestro satélite no se vería comprometida. El objeto no tiene el tamaño ni la masa suficientes para producir un efecto significativo más allá de un cráter más en el rostro ya cicatrizado de la Luna.

Desde su descubrimiento, el asteroide fue objeto de escrutinio debido a una primera evaluación que insinuaba una ligera posibilidad de impacto con la Tierra. Sin embargo, a medida que llegaron nuevos datos y se refinaron los modelos de su trayectoria, esa preocupación fue descartada por completo. La amenaza ahora se ha trasladado exclusivamente al ámbito lunar.

Pero la historia del 2024 YR4 aún no ha terminado. Actualmente, demasiado distante para ser detectado, la NASA anticipa una nueva oportunidad de observación en 2028, cuando su órbita alrededor del Sol lo aproxime de nuevo a nuestro vecindario celeste. Será entonces cuando los científicos podrán recopilar más datos y, con suerte, eliminar o confirmar definitivamente cualquier posibilidad de impacto.

Más allá de los números y los modelos, lo que subyace en esta historia es la admirable tenacidad humana por comprender y anticipar los caminos erráticos de los cuerpos celestes. En este ejercicio de vigilancia astronómica no solo protegemos nuestro planeta, sino que también rendimos homenaje a nuestra curiosidad ancestral: esa misma que nos hizo alzar la mirada hacia la Luna por primera vez, preguntándonos qué secretos guarda y qué futuros impactos aguarda.

Fuente: National Geographic España

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