Mundo, 12 junio 2025 (ATB Digital).— Miles de personas en todo el mundo sufren lesiones medulares que afectan de forma permanente su movilidad. Acciones cotidianas como caminar, agacharse o simplemente mantenerse de pie, se vuelven imposible sin asistencia. Frente a esto, los exoesqueletos robóticos emergen como una opción clave para restaurar cierta autonomía.
De acuerdo con un informe de IEEE Spectrum, uno de los desarrollos más destacados es el XoMotion, un exoesqueleto autoequilibrado creado por la empresa canadiense Human in Motion Robotics. A diferencia de modelos tradicionales, que requieren muletas o bastones, el XoMotion permite desplazarse sin apoyos adicionales.
La presentación pública más relevante fue en enero, durante la feria CES de Las Vegas, cuando Chloë Angus, directora de experiencia de la empresa, bailó frente al público usando el dispositivo. “Recuperar la capacidad de caminar es increíble después de una lesión medular, pero volver a bailar cambia las reglas del juego”, expresó.
La historia de Chloë Angus: de paciente a impulsora de innovación
En 2015, Angus comenzó a perder movilidad tras sentir un hormigueo en el pie. Le diagnosticaron un tumor benigno en la médula espinal, imposible de extirpar. Aunque los médicos aseguraron que no volvería a caminar, ella decidió desafiar el pronóstico. Al año siguiente conoció a los ingenieros Siamak Arzanpour y Edward Park, de la Simon Fraser University, quienes desarrollaban un exoesqueleto que no dependiera de muletas.
La paciente se integró al equipo de Human in Motion Robotics, aportando su experiencia como usuaria. Su perspectiva fue clave para adaptar el diseño a las necesidades reales de personas con movilidad reducida. “Cuando nos reunimos con Chloë, nos dimos cuenta de que lo que imaginábamos era exactamente lo que los usuarios necesitaban”, afirmó el ingeniero Arzanpour.
¿Cómo funciona el XoMotion?
El dispositivo permite caminar, subir escaleras, girar, agacharse e incluso bailar. Cuenta con actuadores en las articulaciones de cadera, rodilla y tobillo, además de sensores que detectan la posición del cuerpo y su entorno. Todo se controla con un joystick con cable, operado por el usuario o un terapeuta, lo que elimina riesgos asociados a señales inalámbricas.
Incluye un “modo baile” que responde a los movimientos del torso gracias a sensores que traducen gestos en desplazamientos. Su sistema de energía se basa en dos baterías intercambiables que ofrecen entre dos y tres horas de autonomía.
Colaboración técnica con impacto humano
Durante las primeras pruebas, Angus detectó varios aspectos incómodos, como la secuencia para levantarse desde una silla. Sobre esto, recordó: “La primera vez que lo probé, sentí que estaba en una compactadora de basura. Me doblaba como una almeja”. Con ese tipo de observaciones fue determinante para rediseñar el dispositivo.
Desde sus inicios, el equipo trabajó con la idea de desarrollar una solución funcional fuera del entorno clínico. El diseño autoequilibrado, en particular, permite que incluso personas con fuerza limitada en la parte superior del cuerpo puedan utilizarlo.
Estado actual con pruebas clínicas y futuro en el hogar
El XoMotion ya cuenta con aprobación en Canadá para uso en centros de rehabilitación. En abril, la empresa comenzó ensayos clínicos en Estados Unidos, con el apoyo de Arun Jayaraman, investigador del Shirley Ryan AbilityLab de Chicago. Según este experto, la eliminación de muletas y andadores mejora la viabilidad del dispositivo en ambientes domésticos.
Asimismo, el objetivo es lanzar una versión personal que pueda utilizarse en el hogar. “La cura para la lesión medular aún no existe”, señaló Ann Spungen, experta en exoesqueletos. Y también agregó: “Los exoesqueletos ya están aquí y ofrecen una solución mientras se encuentra una cura”.
Aunque la empresa francesa Wandercraft también desarrolló un exoesqueleto autoequilibrado aprobado en varios países, el XoMotion introduce mejoras técnicas destacadas. Entre ellas, una alineación precisa entre las articulaciones robóticas y biológicas del usuario, que reduce el esfuerzo físico, y sensores de torque que ofrecen datos detallados del movimiento.
Desafíos de uso doméstico: accesibilidad y costos
Uno de los mayores retos es la adaptación del exoesqueleto al entorno del hogar, donde cada espacio presenta condiciones distintas. “El problema de ingeniería se multiplica varias veces cuando el dispositivo se traslada al hogar”, advirtió Saikat Pal, del New Jersey Institute of Technology.
El precio también es una barrera. Aunque el costo del XoMotion aún no fue publicado, se estima que dispositivos similares oscilan entre USD 80.000 y 100.000. En Estados Unidos, el Departamento de Asuntos de Veteranos cubre este tipo de tecnología desde 2015, y recientemente Medicare comenzó a reembolsar parte del gasto. Algunas aseguradoras privadas también comenzaron a ofrecer cobertura, alentadas por los beneficios comprobados.
Beneficios adicionales y mirada a futuro
Los exoesqueletos no solo mejoran la movilidad: demostraron efectos positivos en el sueño, la digestión, el colesterol, el estado de ánimo y la prevención de úlceras. La propia Chloë Angus remarcó que la sostenibilidad de estos dispositivos dependerá de su eficacia médica y viabilidad económica.
A pesar de los desafíos, la paciente y desarrolladora mantiene la esperanza de poder llevar un XoMotion a casa pronto. Es por ello que relató: “¿Sabes cómo se siente volar 14 horas en clase turista? Quieres estirarte desesperadamente. Ahora imagina vivir en ese asiento de avión el resto de tu vida”. Usar el exoesqueleto, aseguró que le da una libertad que pensó perdida para siempre.
Fuente: Infobae