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11 consejos científicos para una alimentación saludable

Mundo, 13 junio 2025 (ATB Digital).— “Cambiar la dieta puede ser difícil, por eso recomiendo hacer pequeños cambios gradualmente”, afirmó la doctora Trisha Pasricha, médica y docente en Harvard Medical School. En una reciente columna publicada por The Washington Post, la especialista expuso once recomendaciones prácticas para mejorar los hábitos alimenticios, respaldadas por investigaciones recientes.

Estas sugerencias no exigen transformaciones drásticas, sino ajustes sostenibles que pueden tener un impacto positivo en la salud intestinal a largo plazo.

Cambios graduales y experiencia médica

La doctora Trisha Pasricha, reconocida por su labor clínica y periodística, señaló que la mayoría de las personas no consigue modificar radicalmente sus hábitos alimentarios. De acuerdo con la información compartida, sus pacientes suelen consumir alimentos ultraprocesados y bajos en fibra, lo que complica el cambio hacia una dieta más saludable.

Su enfoque se basa en avanzar paso a paso: “Recomiendo hacer pequeños cambios saludables de forma gradual, hasta que se conviertan en un nuevo hábito y estilo de vida con el que realmente se sientan cómodos”.

Este método facilita la adaptación del paladar y la rutina diaria, sin renunciar a lo familiar. Para la experta, es clave mantener la constancia y la incorporación progresiva de mejores selecciones alimentarias, basadas en evidencia científica.

Los 11 consejos científicos para una alimentación saludable

1. Preferir smoothies en lugar de jugos frutales

    Al licuar frutas y verduras, la fibra se conserva, aunque fragmentada. La doctora recomendó combinarlos con proteínas (como yogur griego), frutas (una banana o media taza de frutos rojos), verduras de hoja (espinaca o kale), semillas de chía o manteca de frutos secos.

    También advirtió sobre el exceso de azúcar, dado que los jugos eliminan la pulpa y provocan picos de glucosa. “Probablemente, no comerías tres manzanas seguidas, pero podrías beber fácilmente el equivalente en azúcar en un solo vaso de jugo”, ejemplificó la experta.

    2. Elegir proteínas animales más saludables

      Según el informe publicado, adoptar la dieta mediterránea puede reducir el riesgo de cáncer colorrectal hasta en un 18%. Estudios citados revelaron que consumir entre 100 y 200 gramos de pescado por semana reduce el riesgo en un 7%. Además se sugirió optar por consumir yogur, pescado y pollo sobre la carne roja.

      3. Aumentar la ingesta de fibra

        La recomendación para adultos es entre 22 y 34 gramos diarios, pero pocas personas la alcanzan. La doctora se basó en un análisis que valoró el consumo de fibra para desarrollar una microbiota intestinal saludable, y recomendó consumir una amplia variedad de plantas, frutos secos y alimentos fermentados.

        4. Reducir los alimentos ultraprocesados

          Estos productos que son comunes en dietas occidentales, duplican las toxinas bacterianas en la sangre. A su vez se destacó que determinadas investigaciones advirtieron que emulsionantes y edulcorantes artificiales pueden dañar la barrera intestinal y causar molestias gastrointestinales.

          5. Priorizar los granos enteros

            Sustituir arroz y pan refinados por arroz integral, quinoa o farro favorece la salud intestinal y cardiovascular. Un meta-análisis citado por la doctora asoció tres porciones diarias de granos enteros con una reducción del 17% en el riesgo de cáncer colorrectal.

            6. Evitar las bebidas azucaradas

              Un abordaje científico del Nurses’ Health Study II demostró que cada consumo diario en la adolescencia se vincula con un 32% más de riesgo de cáncer colorrectal temprano. La experta sugirió que la mejor manera de prevenir este tipo de enfermedades es eliminar las bebidas azucaradas completamente.

              7. Consumir yogur griego natural

                Al tratarse de un alimento rico en proteínas y bajo en carbohidratos, el yogur griego genera mayor saciedad. La especialista Pasricha recomendó evitar las versiones azucaradas y combinarlas con frutas o semillas. Algunas porciones pueden contener hasta un 27% del valor diario de grasas saturadas.

                8. Incluir huevos en la dieta

                  Aunque su contenido de colesterol fue polémico, un estudio a gran escala con medio millón de adultos sugirió que un huevo diario puede reducir el riesgo cardiovascular. En caso de ser preparados sin grasas animales, pueden aportar seis gramos de proteína por unidad.

                  9. Evitar las carnes procesadas

                    El consumo elevado de ingredientes como la panceta, salchichas y jamones curados, impide el correcto funcionamiento de las arterias y también eleva el riesgo de ciertos tipos de cáncer, especialmente entre los jóvenes.

                    Aunque los sustitutos vegetales pueden parecer saludables, muchos son ultraprocesados y algunos datos científicos demostraron que estarían asociados con problemas para la salud cardiovascular.

                    10. Reducir o eliminar el alcohol

                      Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), incluso al consumir diariamente una bebida alcohólica estándar, aumenta el riesgo cancerígeno. Un meta-análisis difundido por JAMA Network desmintió los beneficios cardiovasculares del consumo moderado. La doctora columnista en The Washington Post aconsejó evitar el alcohol por completo.

                      11. Manejar los antojos de azúcar de forma inteligente

                        Una investigación histórica de la Universidad Northwestern evidenció que las dietas muy restrictivas generan mayores excesos. Ante esto, la experta sugirió consumir porciones pequeñas de postres ocasionalmente.

                        Por ejemplo, con la aparición de antojos por dulces, el chocolate amargo es una mejor opción para controlarlo. También desaconsejó los edulcorantes artificiales, que pueden aumentar los antojos y no ayudan a perder peso.

                        Evidencia científica como respaldo

                        Las sugerencias están fundamentadas por diferentes estudios y la especialista de Harvard destacó cifras clave:

                        • 18% menos de riesgo de cáncer colorrectal con dieta mediterránea.
                        • 17% menos con granos enteros.
                        • 32% más de riesgo con bebidas azucaradas en la adolescencia.

                        La doctora Trisha Pasricha enfatizó que no es necesario transformar la dieta de forma radical. Según explicó en su informe, los pequeños pasos sostenidos pueden cambiar los hábitos alimenticios y mejorar la salud a largo plazo.

                        Fuente: Infobae

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