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La evidencia es concluyente: el consumo de marihuana aumenta el riesgo de infarto de corazón

Mundo, 20 junio 2025 (ATB Digital).— El yugo legal bajo el que se encuentra la marihuana va, poco a poco aflojándose. Su consumo ha estado penalizado en la mayoría de países del mundo desde que se incluyese como droga peligrosa en la Segunda Convención Internacional del Opio, que entró en efecto en 1928 y que limitó su producción a fines científicos. Ahora bien, casi un siglo más tarde, cada vez más países se están sumando a un movimiento de legalización que garantice la venta, suministro y consumo de esta planta y sus derivados.

En Europa, el cannabis ha estado prohibido desde entonces excepto en Países Bajos, donde se ha encontrado en una especie de zona gris que permitía su venta en los denominados Coffee Shops. Ahora bien, desde entonces, otros países han ido permitiendo su consumo en cada vez más situaciones. El 1 de abril de 2024, en Alemania, entró en vigor CanG, una ley de regulación del cannabis que legaliza su consumo recreativo en adultos. Y en España están sobre la mesa ciertas proposiciones ley que llevan años saltando de despacho a despacho.

«Una planta natural»

En muchas ocasiones, estas regulaciones vienen de la mano con la premisa de que «se trata de un producto natural con propiedades saludables». Y, aunque es cierto que las plantas de cannabis son originarias, y por tanto naturales del continente asiático, establecer una asociación entre lo «natural» y lo «saludable» es problemático. Siguiendo esta misma lógica, la planta del tabaco (Nicotiana tabacum) también es natural, por lo que debería ser saludable, pero está aceptado y comprobado por la comunidad científica que su consumo es perjudicial para la salud humana.

Por otro lado, la mayoría de las variedades que se pueden encontrar en la actualidad han sido ampliamente modificadas mediante selección artificial para que contengan mayores o menores cantidades de sustancias psicotrópicas. Por tanto, las plantas de marihuana de consumo habitual tampoco se podrían considerar naturales.

Pero independientemente de su origen y su estatus en cuanto a artificial, o natural, los científicos llevan décadas de estudios acerca de las propiedades del cannabis y de sus compuestos activos, los cannabinoides. En la actualidad, la balanza científica se inclina, excepto en muy contadas (y en ciertos casos controvertidas) ocasiones, que el consumo de marihuana es perjudicial para la salud.

El cannabis puede afectar al corazón

Uno de los más recientes es un metaestudio publicado en la revista Heart, de BMJ Journals, que reúne datos médicos de más de 430 millones de personas de todo el mundo. Tras analizar la ingente cantidad de información, los investigadores han llegado a la conclusión de que «Las personas que consumen marihuana tienen un 29 % más de probabilidad de padecer síndrome coronario agudo, un 20% de infarto cardíaco y más el doble de riesgo de morir por enfermedad cardíaca que las personas que no consumen marihuana». Por tanto, cualquier potencial beneficio que podría conllevar el consumo de marihuana podría verse afectado por estos efectos cardíacos.

Otro estudio, llevado a cabo por el Dr. Ibrahim Kamel, instructor clínico de la Facultad de Medicina Chobanian & Avedisian de la Universidad de Boston que incluye alrededor de 9 millones de personas ha llegado a una conclusión similar, pero todavía más extrema. Sus datos indican que, durante un seguimiento medio de más de tres años, los consumidores de cannabis menores de 50 años presentaban un riesgo más de seis veces mayor de sufrir un infarto de miocardio, cuatro veces mayor de sufrir un ictus isquémico, dos veces mayor de padecer insuficiencia cardiaca y tres veces mayor de sufrir una muerte cardiovascular, un infarto de miocardio o un ictus.

En su estudio, Kamel se centró en participantes que no presentaban afecciones cardíacas apreciables al inicio del seguimiento. Además, estos pacientes también contaban con niveles de presión arterial y colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL) dentro de un rango saludable y sin diabetes, tabaquismo ni enfermedad coronaria previa. Es decir, en personas sanas y sin patologías previas, el consumo de marihuana puede derivar en daños al corazón.

Lo que queda por conocer

Todavía quedan por desentrañar los mecanismos concretos por los que la marihuana afecta al sistema cardiovascular. Aunque existe la sospecha que puede estar relacionado con una desregulación del ritmo cardiaco y el consecuente aumento de la demanda de oxígeno en el músculo cardiaco. Además, también se ha observado que puede afectar al endotelio (la capa de células que recubre el interior del corazón y de los vasos sanguíneos), lo que dificulta la relajación y dilatación de los canales por donde fluye la sangre hacia el corazón y puede llegar interrumpirlo.

De momento, los expertos quieren seguir estudiando esta correlación y realizar nuevos estudios prospectivos para confirmar los resultados y determinar qué grupos poblacionales son los que corren un mayor riesgo por consumir marihuana. Pero por ello también piden prudencia a la hora de banalizar el uso de estas sustancias, ya que sus efectos a largo plazo pueden ser más graves de lo que se pensaba.

Fuente: National Geographic España

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