Mundo, 21 de jun 2025 (ATB Digital).- La inteligencia artificial suele asociarse con automatización, productividad y, cada vez más, con aplicaciones militares. Pero el exprofesor de Harvard Arvid Bell está intentando cambiar ese enfoque con una herramienta que busca todo lo contrario: evitar conflictos antes de que empiecen. Su propuesta, llamada North Star, está marcando el inicio de una categoría emergente conocida como «tecnología para la paz» o peace tech.
North Star: simulaciones para decisiones más sabias
North Star es un sistema que crea gemelos digitales de líderes mundiales. A través de estos modelos, simula sus posibles respuestas ante situaciones de tensión, como sanciones económicas o despliegues militares. Esto permite anticipar las posibles consecuencias de decisiones políticas antes de que se tomen en la realidad.
Un ejemplo práctico fue el uso de North Star durante la crisis de Ucrania en 2022. El sistema predijo con un 60 % de probabilidad que la imposición de una zona de exclusión aérea podía provocar una escalada por parte de Rusia. Este tipo de predicciones permite a los responsables de la toma de decisiones actuar con más información, reduciendo riesgos.
Un laboratorio de simulación geopolítica
Detrás de este sistema están Arvid Bell y el físico premiado con el Nobel Ferenc Dalnoki-Veress. Juntos han diseñado North Star como si se tratara de un simulador de vuelos, pero para la diplomacia internacional. La herramienta puede generar informes de inteligencia hipotéticos, como el que redactó simulando una ofensiva rusa con detalles técnicos, logísticos y narrativos muy cercanos a los reales.
La idea central es dotar a los gobiernos de tiempo y contexto para pensar. Bell explica que, durante la crisis de los misiles en Cuba, John F. Kennedy tuvo solo 13 días para tomar decisiones que podían haber desencadenado una guerra nuclear. Con una herramienta como North Star, asegura, el presidente podría haber «comprado» seis meses de análisis y predicción, reduciendo los impulsos reactivos.
Tecnología con impacto en el mundo empresarial
Aunque el enfoque principal de North Star es diplomático y militar, su aplicación también se extiende al sector corporativo. Empresas con operaciones globales pueden usar este sistema para anticipar cómo un conflicto o crisis social afectará sus cadenas de suministro, finanzas o reputación.
De esta forma, los gestores de riesgo pueden planificar con antelación, simulando escenarios y desarrollando estrategias de contingencia. Es como tener un mapa meteorológico para tormentas políticas.
Una apuesta empresarial en crecimiento
La compañía que está impulsando este desarrollo, Anadyr Horizon, ya cuenta con inversores como Brian Abrams, fundador de B Ventures. Abrams compara el auge de la peace tech con los inicios de la tecnología climática: un sector que hace una década apenas existía y hoy moviliza más de 50.000 millones de dólares anuales.
La gran ventaja de Anadyr Horizon es ser pionera en un mercado aún sin saturar. Esto podría traducirse en importantes beneficios económicos, sin perder de vista un objetivo ético: reducir la violencia a través de la tecnología.
Los riesgos de confiar en la IA para decisiones críticas
Aunque el potencial de North Star es evidente, no está exento de críticas. Algunos expertos alertan sobre el riesgo de que gobiernos o empresas confíen demasiado en estas simulaciones y tomen decisiones sin considerar el contexto humano o los matices culturales que la IA aún no logra captar plenamente.
También se ha cuestionado la falta de transparencia en torno a la financiación del proyecto, con posibles vínculos al sector defensa, lo que podría ir en contra del espíritu pacifista que se propone.
IA como herramienta, no como oráculo
Es importante entender que herramientas como North Star no predicen el futuro con certeza, sino que exploran posibilidades con base en modelos complejos. Como quien consulta varios pronósticos del tiempo antes de salir sin paraguas, los decisores deben usar estos recursos como apoyo, no como única guía.
North Star marca un nuevo camino para la IA en la diplomacia, ofreciendo una ventana a futuros posibles sin tener que vivir sus consecuencias. A medida que el mundo se vuelve más inestable, este tipo de soluciones podría ser tan importante como los tratados, las negociaciones o la propia diplomacia tradicional.
Fuente: Whatsnew.com