Mundo, 26 de agosto 2025 (ATB Digital).- La histórica rivalidad entre los miembros de The Police resurgió tras la demanda presentada por Andy Summers y Stewart Copeland contra Sting, a quien acusan de retener millones en regalías no pagadas. El conflicto, que se desarrolla en el Tribunal Superior de Londres, vuelve a poner en el centro de la atención a una de las bandas más influyentes de la música popular, según informó el Daily Mail.
Esta disputa legal no solo revive viejas tensiones, sino que también arroja luz sobre las complejas dinámicasinternas que marcaron la trayectoria del grupo desde su formación en 1977.
La acción judicial fue interpuesta en agosto de 2025 por Summers, guitarrista, y Copeland, baterista, quienes alegan que Sting, cuyo nombre real es Gordon Matthew Sumner, y su empresa Magnetic Publishing Limited, les adeudan sumas millonarias en concepto de regalías. El caso, registrado bajo la categoría de “contratos y acuerdos comerciales generales”, surge tras años de intentos fallidos de alcanzar un acuerdo extrajudicial.
De acuerdo con fuentes citadas por el Daily Mail, los abogados de ambas partes buscaron sin éxito una solución fuera de los tribunales, lo que llevó a los demandantes a optar por la vía judicial ante lo que consideran un estancamiento insalvable. “Dicen que se les deben millones en regalías perdidas”, señaló una fuente al medio británico.
Historia y éxito de The Police en la música
The Police, formada en Londres en 1977 por Copeland, Sting y el guitarrista original Henry Padovani —luego reemplazado por Summers—, alcanzó la cima del éxito internacional en apenas unos años. Con solo cinco álbumes de estudio, la banda revolucionó el sonido del rock y acumuló éxitos como “Every Breath You Take” y “Message in a Bottle”.
Su segundo disco, “Reggatta De Blanc”, marcó el inicio de una racha de cuatro álbumes consecutivos en el primer puesto de las listas británicas. A pesar de su meteórico ascenso, la convivencia entre los integrantes estuvo marcada por tensiones y luchas de poder, lo que desembocó en una separación oficial en 1986, tras una última gira de 105 conciertos sin despedida formal ni para ellos ni para sus seguidores.
Las fricciones entre los miembros de The Police nunca fueron un secreto. Sting, en una entrevista con Rolling Stone en 1983, reconoció: “No es una relación fácil, de ninguna manera. Somos tres individuos muy autónomos, y una banda es la mayoría de las veces una alianza artificial. Hay tensiones, pero creo que hay un gran amor entre nosotros y un respeto genuino. No puedo pensar en dos músicos con los que prefiera tocar. Pero ninguno de nosotros es fácil para trabajar. No es todo camaradería, y nunca lo fue”.
El proceso creativo tampoco estuvo exento de conflictos. El propio Sting admitió que las decisiones se tomaban “a base de violencia”, y que tanto él como Summers y Copeland defendían sus posturas con vehemencia. La grabación de “Synchronicity”, su último álbum, resultó especialmente tensa, al punto de que los músicos grabaron sus partes en habitaciones separadas.
Conflictos internos y diferencias económicas
Stewart Copeland, por su parte, no ocultó su opinión sobre el carácter de Sting. En declaraciones recogidas por el Daily Mail, lo describió como “egoísta, narcisista y misántropo”,y añadió que su ego “es tan grande que es visible desde la luna”.
En su libro “Police Diaries 1976-9”, Copeland profundizó en la compleja relación entre los integrantes: “Nos queremos, pero no somos aves del mismo plumaje. Si él está teniendo un momento sereno, yo entro y lo arruino. Si estoy con mis amigos disfrutando de algo simple y él aparece, de repente ya no soy gracioso y todo se vuelve trivial”.
Por su parte, Summers reconoció que la gira de reunión de 2007-2008 fue “el mayor pago de su vida”, y llegó a afirmar que durante ese periodo fue “el guitarrista mejor pagado del mundo”. El aspecto económico es central en la actual disputa. Dado que la gira de reunión, que celebró el 30º aniversario de la banda, incluyó 152 conciertos en todo el mundo y generó ingresos estimados en USD 300 millones. El guitarrista Summers declaró al Mirror que llegó a ganar USD 1 millón por noche durante esa gira.
Sin embargo, la diferencia patrimonial entre los miembros es notable: mientras Copeland cuenta con una fortuna estimada en USD 80 millones, Sting acumuló alrededor de USD 550 millones, en gran parte gracias a los derechos de autor de sus composiciones. “Every Breath You Take”, por ejemplo, generó más de USD 20,5 millones en regalías desde su lanzamiento en 1983, con Sting recibiendo aproximadamente USD 730.000 anuales. Summers y Copeland, al no figurar como coautores de ese tema, no recibieron parte de esos ingresos.
Las heridas personales tampoco sanaron con el éxito económico. Durante la gira de reunión, Sting y Copeland recurrieron a la terapia conjunta para intentar mejorar su relación. Copeland relató en su libro que ambos comprendieron que hacían música por motivos distintos: para Sting, era un refugio creativo y espiritual; para Copeland, una oportunidad de desatar energía y romper esquemas.
“Cuando éramos jóvenes y codependientes, esos factores funcionaban juntos. Viejos y gruñones era otra cosa. Pero llegamos a entenderlo mejor”, escribió el baterista.
En el plano personal, la vida de Sting también estuvo marcada por episodios controvertidos. Su matrimonio con Frances Tomelty terminó abruptamente tras iniciar una relación con Trudie Styler, amiga y vecina de su entonces esposa. Styler, quien dejó de actuar tras quedar embarazada de Sting en 1983, reconoció en declaraciones recogidas por el Daily Mail que “ninguno de los dos está orgulloso de lo que pasó, simplemente sucedió”.
Sting es padre de seis hijos y abuelo de siete nietos, y declaró que “nunca tuvo la intención de ser padre”, pero que sus hijos fueron “los accidentes más felices” de su vida. Además, el músico fue objeto de atención mediática por sus comentarios sobre el “sexo tántrico”, aunque posteriormente admitió que se trató de una exageración nacida de una conversación informal.