Sucre, 05 de sep 2025 (ATB Digital).- La poetisa Micaela Mendoza teje la vida y retrato íntimo de la música y compositora Matilde Casazola, en un texto que conjuga investigación, lirismo y memoria viva.
Este viernes 5 de septiembre, en la Casa de la Libertad de Sucre, se presentará la ‘Biografía poética y musicalizada de Matilde Casazola Mendoza – Rosa de tiempo’.
Su autora, la poetisa y musicoterapeuta Micaela Mendoza, realizó una obra que no solo recorre la trayectoria de una de las figuras más emblemáticas de la cultura boliviana, sino que la envuelve en la cadencia de la palabra poética y la resonancia musical.
La génesis de este libro se inscribe en la Biblioteca Biográfica impulsada por la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia, con el respaldo editorial del repositorio de la Casa de la Libertad.
Mendoza recibió la invitación para elaborar la obra en ese marco institucional, asumiendo el desafío de dar cuerpo a una historia que es, al mismo tiempo, íntima y colectiva. “Durante todo el proceso de escritura y de consulta, la voz de Matilde ha sido la guía”, confiesa, describiendo el trabajo como una travesía que demandó tanto la “solidez necesaria” para anclar la información más sustancial de la obra de Casazola como la “liquidez emocional” para adentrarse en el universo profundo que su vida y su arte proponen.
El resultado es un texto de más de 400 páginas, estructurado en 22 capítulos que entrelazan testimonios directos de Casazola, fragmentos de sus poemas, letras de canciones y un cancionero esencial.
Entre sus tesoros, el libro incluye un código QR que permite acceder al memorable recital ‘Cuatro estancias poético musicales’ de 1986 en el Instituto Goethe, donde la autora interpreta y presenta sus composiciones más emblemá- ticas con la profundidad que la caracteriza.
La investigación de Mendoza se sustentó en fuentes primarias y secundarias cuidadosamente seleccionadas, periódicos, revistas, artículos digitales, registros audiovisuales, discografía, libros inéditos y entrevistas a familiares, amigos y artistas cercanos como Cergio Prudencio, Emma Junaro, Willy Claure y Luis Rico, entre muchos otros. Además, el texto se enriquece con una bibliografía exhaustiva elaborada por el archivista Gonzalo Molina Echeverría, conocedor de la historia de la familia Mendoza.
Mendoza concibe esta biografía como una “crónica poética” que permite ingresar al ‘mundus imaginalis’ de Matilde siguiendo sus propios senderos: la cadencia de sus versos, el eco de sus melodías y hasta los dibujos de ángeles y figuras que pueblan su imaginario.
Esta aproximación, según la autora, responde a que Casazola es “transversal a nuestra bolivianidad” y que su obra ha marcado de alguna forma a todos los bolivianos, consolidando un sentido de pertenencia cultural.
El libro también es, de alguna manera, un diálogo familiar. Mendoza y Casazola comparten lazos consanguíneos, lo que otorga al relato una cercanía que se refleja en pasajes cargados de simbolismo. Uno de ellos, narrado en la introducción, describe una tarde en la que Matilde derrama cera de velas en agua, observando las formas que surgen. La autora reconoce ahí un árbol y luego una rosa: “quizás aquella rosa mística… que abre sus pétalos para comunicar el lenguaje de lo profundo”. Este episodio condensa la mirada de Mendoza sobre la poesía como algo que “no es mera escritura o afán literario, es presencia, es postura ante el devenir”.
En sus páginas, ‘Rosa de tiempo’ revela a la Matilde compositora que ha legado cuecas, huayños, taquiraris y yaravíes que restauran melodías al borde del olvido; a la poeta cuya obra es un océano sin horizonte fijo, capaz de publicar versos escritos décadas atrás con una vigencia atemporal; y a la artista que ha trascendido fronteras y géneros, con interpretaciones de su repertorio en jazz, rock, folklore fusión y bossa nova.
Mendoza asume con gratitud el reconocimiento a su propia trayectoria como autora —que incluye títulos premiados como ‘Áticos Sonoros y Labýrinthos’—, pero insiste en que este libro es sobre todo un honor. “Puedo aportar a transitar por la obra de Matilde y sus tramos existenciales… no solo como artista e investigadora sino como admiradora del gran ser humano que Matilde es”.
La presentación de este viernes no será solo un acto literario, sino una invitación a sumergirse en una vida dedicada a la belleza, al canto y a la memoria. Un llamado, también, a que los públicos bolivianos y latinoamericanos reconozcan y consuman el arte como un patrimonio vivo, capaz de tender puentes entre generaciones y geografías. En palabras de su autora, la obra y la vida de Matilde Casazola son “ilímite”, y ‘Rosa de tiempo’ es la puerta de entrada a esa vastedad.
Fuente: Opinión