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Caballos de código genético: el escándalo CRISPR sacude al polo argentino y reaviva el debate sobre la biotecnología animal

Argentina, 11 de septiembre 2025 (ATB Digital).-Cuando la tradición y la ciencia chocan, los campos de juego se transforman en escenarios de dilemas éticos. En la llanura pampeana, donde los caballos de élite son criados como obras de arte vivas, una nueva generación de animales amenaza con romper la armonía entre sangre y selección. 

Son los descendientes de Polo Pureza, un caballo campeón, ahora replicado y reconfigurado genéticamente para superar los límites de su musculatura natural. Su secreto yace en una pequeña pero significativa alteración en el gen de la miostatina, encargada de regular el crecimiento muscular. El objetivo: que estos nuevos ejemplares —idénticos al original, pero biológicamente optimizados— galopen con una velocidad sin precedentes.

La técnica empleada para crear estos caballos no es menos revolucionaria. Científicos de Kheiron Biotech, una organización sin fines de lucro con sede en Buenos Aires, aplicaron la tecnología CRISPR–Cas9 sobre fibroblastos fetales —células del tejido conectivo— para diseñar embriones editados genéticamente, los cuales luego fueron implantados en yeguas receptoras. Diez meses después, nacieron cinco potros que encarnan un hito científico… y una tormenta cultural.

Críticas

La reacción de los círculos ecuestres no han tardado en llegar. La Asociación Argentina de Polo prohibió formalmente su uso en competencias, una decisión que sigue la línea de entidades internacionales como la Federación Ecuestre Internacional, que vetó las modificaciones genéticas en 2019

Para muchos criadores, la edición genética no solo amenaza con desdibujar los límites de la competencia justa, sino que desafía la tradición centenaria del cruce selectivo: un arte basado en la intuición, el linaje y la observación paciente de generaciones. 

Pero fuera del ámbito deportivo, las voces son menos conservadoras. Algunos científicos ven en estos caballos algo más que un experimento deportivo: una validación técnica. “Demuestra que CRISPR funciona en equinos y que podemos modificar rasgos deseables con precisión”, afirma Molly McCue, investigadora veterinaria de la Universidad de Minnesota. Para ella, la genética no anula la tradición, sino que la complementa: “La crianza es tanto un arte como una ciencia”.

Más allá del ámbito equino

Este episodio argentino es solo una parte de un escenario mucho más amplio. En el mundo de la agricultura, los animales CRISPR han dejado de ser promesas experimentales para convertirse en realidad comercial. En Estados Unidos, la empresa Acceligen lidera este campo con iniciativas como las vacas PRLR-SLICK, cuyo pelo corto y brillante las hace más resistentes al calor, un rasgo crucial en tiempos de cambio climático. La FDA ya ha aprobado su consumo, considerándolas de bajo riesgo sanitario.

India, por su parte, ha seguido un camino paralelo. Allí, investigadores han modificado también el gen de la miostatina en ovejas, no para la velocidad, sino para aumentar la masa muscular con fines cárnicos. El patrón se repite: un mismo conocimiento, distintas aplicaciones.

Otro frente donde CRISPR está dejando huella es en la salud animal. Genus, una firma del Reino Unido, ha desarrollado cerdos resistentes al PRRS, un virus que causa enormes pérdidas en la industria porcina. La edición afecta al gen CD163, y los animales resultantes —ya aprobados en Estados Unidos— podrían llegar al mercado en 2026. 

Más allá del rendimiento, también se exploran ediciones con implicancias médicas: los cerdos GalSafe, desarrollados por Revivicor, poseen carne hipoalergénica gracias a la eliminación del gen GGTA1, responsable de producir una molécula de azúcar que genera reacciones en personas alérgicas a la carne roja. La misma edición podría ser clave para futuras xenotransplantes de órganos porcinos a humanos.

Cuestiones morales espinosas

Con cada nuevo animal editado, el debate se intensifica: ¿estamos humanizando la naturaleza o simplemente adaptándola a nuestras nuevas necesidades? ¿Hasta dónde estamos dispuestos a moldear la vida a imagen de nuestras ambiciones? Las fronteras entre lo natural y lo diseñado se difuminan, y en ese terreno gris se juega el futuro de la biotecnología animal. 

Para los puristas del polo, un caballo debe nacer con su grandeza, no programarla en un laboratorio. Pero para quienes enfrentan los desafíos globales de alimentación, cambio climático y salud, CRISPR podría ser la herramienta más precisa jamás esculpida por la ciencia.

Fuente: National Geographic

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