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El mundo se vacía: migración, divisiones y un nuevo orden geopolítico

El mundo se vacía: migración, divisiones y un nuevo orden geopolítico

Mundo, 30 de sep 2025 (ATB Digital) .–  El máximo de población mundial ya forma parte del pasado, según un estudio publicado en The Lancet, que anticipa una significativa caída demográfica en todo el mundo. La cronología que los investigadores han realizado, estima que en el siglo X la población era de 275 a 300 millones de personas. El progresivo y moderado aumento alcanzó los 650 a 800 millones.

Durante el siglo XIX el crecimiento registrado no tuvo precedentes: de 1.000 a 1.700 millones, impulsado principalmente por la Revolución Industrial.

Sin embargo, la explosión máxima sucedió en el siglo XX, cuando la población mundial aumentó de 1.650 millones a 6.000 millones hacia el año 2000. En noviembre de 2022 se superó el umbral de los 8.000 millones de personas y la cifra se mantiene estable desde entonces.

No es que los nacimientos continúen en alza, sino que la esperanza de vida creció en todo el mundo. El cambio demográfico sucederá cuando, tras casi un siglo de los baby boomers, la caída en las tasas de natalidad comience a notarse en la demografía.

El descenso de la población mundial sucederá de manera simultánea en todo el mundo. Según el estudio, en 2050, 155 países de 204 estudiados experimentarán índices de fertilidad insuficientes para sostener sus poblaciones actuales. El fenómeno se intensificará en 2100, cuando serán 198 países los que será insuficiente. Habrá más defunciones que nacimientos.

El cambio que nos espera

“Por un lado, las bajas tasas de fertilidad sostenidas, y la contracción y envejecimiento resultantes de la población, conducirán a graves desafíos económicos y una mayor presión sobre los sistemas de salud, los programas de seguridad social y la fuerza laboral”, explica el informe.

El otro gran desafío para la sostenibilidad de la economía mundial es que los nacimientos serán mayoritarios en entornos de bajos ingresos, provocando una clara división demográfica entre unos pocos países y el resto.

Una de las problemáticas frecuentes al estudiar estos temas es la capacidad del planeta para proveer los recursos que garantizan nuestra supervivencia y bienestar. El agua potable, los alimentos nutritivos y la energía son algunas de nuestras necesidades. Sin embargo, que haya menos “competencia” no es una buena noticia. Se requiere una planificación estratégica para que haya suficiente fuerza laboral.

En algún momento los teóricos contemplaron la posibilidad de que existiera un “dividendo demográfico”, es decir, que la disminución de tasas de fertilidad estimula el crecimiento económico porque hay más personas en condiciones de trabajar. Sin embargo, datos posteriores demostraron que la tasa total de fertilidad (TFR) ha caído.

En síntesis, una población en decrecimiento puede traducirse en insuficiente fuerza laboral, afectando la productividad. Con una esperanza de vida récord, también significa que un mayor porcentaje de personas padecerán enfermedades por la edad.

El mundo del futuro

Entre los aspectos positivos, los investigadores citan a un estudio previo en el que se destaca que a este ritmo de decrecimiento demográfico, las emisiones de carbono serían un 15% menores en 2050 y un 40% en 2100. El riesgo es que debido al desarrollo económico aumente el consumo per cápita.

El panorama geopolítico también se verá afectado, ya que las dinámicas de poder pueden cambiar significativamente con las variaciones en el tamaño y la estructura de las poblaciones de los países. Mientras la falta de mano de obra en países de ingresos medios y altos puede provocar tensiones en el mercado laboral, la tasa de fertilidad relativamente alta en países vulnerables será un desafío para las ayudas internacionales. Esto podría reconfigurar alianzas en política internacional y migraciones.

Finalmente, los autores instan a las autoridades a enfocarse en comprender las razones detrás del descenso de la fertilidad, más allá de sus efectos, y advierten contra políticas que puedan limitar los derechos reproductivos y sexuales de las mujeres.

Mientras estamos en camino hacia un nuevo mundo, habrá que prepararse para ello. “Todos estos problemas requerirán un trabajo centrado y colaborativo para abordarlos”, concluye el informe.

Fuente: National Gographic

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