Mundo, 20 de oct 2025 (ATB Digital).- Aprovechando que, por culpa del calentamiento global, en bastantes regiones frías del mundo está derritiéndose hielo que ha pasado miles de años congelado, un equipo de geólogos y biólogos ha recogido material biológico que ha estado apresado en hielo ese tiempo, y ha conseguido resucitar microbios antiguos, en algunos casos de hasta 40.000 años atrás.
El equipo incluye, entre otros, a Sebastian Kopf, de la Universidad de Colorado en Boulder, Tristan Caro, del Instituto Tecnológico de California (Caltech), y Robyn Barbato, del Laboratorio militar de Investigación e Ingeniería de Regiones Frías, en Estados Unidos todas estas instituciones.
Concretamente, las extracciones de microbios se hicieron de masas de permafrost. Así se llama al material que es una mezcla de hielo, tierra, piedras y materia biológica y que, si nada extraordinario lo perturba, permanece congelado de manera permanente, incluso en verano. En este caso, el factor extraordinario es el calentamiento global.
Kopf, Caro y sus colegas han comprobado que, si se descongela el permafrost, los microbios que contiene no se reactivan de inmediato. Pero después de unos meses fuera del hielo, se recuperan y comienzan a reproducirse y a formar colonias.
“Estas no son muestras muertas, ni mucho menos”, recalca Caro. “Aún son muy capaces de albergar vida robusta capaz de descomponer materia orgánica y liberarla en forma de dióxido de carbono”.
A diferencia de seres vivos más complejos, es habitual en microorganismos entrar en una especie de estado de animación suspendida al congelarse, resistiendo los efectos de la congelación, y reactivarse cuando las condiciones ambientales vuelven a ser favorables.
Hoy en día, el permafrost mundial se está descongelando a un ritmo alarmante debido al cambio climático global provocado por el ser humano. La comunidad científica teme que esta tendencia pueda desencadenar un círculo vicioso. A medida que el permafrost se descongela, los microbios que viven en el suelo comienzan a descomponer la materia orgánica, expulsándola al aire en forma de dióxido de carbono y metano, ambos potentes gases de efecto invernadero.
El estudio se titula “Microbial Resuscitation and Growth Rates in Deep Permafrost: Lipid Stable Isotope Probing Results From the Permafrost Research Tunnel in Fox, Alaska”. Y se ha publicado en la revista académica Journal of Geophysical Research Biogeosciences.
Fuente: NCYT de Amazings