Mundo, 27 de oct 2025 (ATB Digital).- En las tierras tranquilas del sur de Escocia, un detector de metales aficionado, Mariusz Stepien, se topó con un tesoro enterrado que hoy está reescribiendo parte de lo que se sabía sobre la Edad de Bronce. Este hallazgo, bautizado como el tesoro de Peebles, se descubrió en 2020 en la región de Scottish Borders, pero es ahora, tras años de cuidadosa conservación, cuando comienza a desvelar sus secretos.
Se trata de un conjunto de más de 500 objetos, la mayoría de bronce, que incluyen adornos, herramientas y elementos de arneses para caballos, muchos de los cuales no tienen precedentes en los registros arqueológicos conocidos. Lo que lo hace verdaderamente excepcional no es solo su volumen o antigüedad —data entre los años 1000 y 800 a.C.—, sino la técnica sofisticada con la que fueron elaborados, dejando atónitos incluso a los expertos del Museo Nacional de Escocia.
El enigma del bronce que parece plata
La Edad de Bronce debe su nombre precisamente a la aleación predominante de esa época: cobre con estaño, que da lugar a un metal de tonos dorados. Por eso, la sorpresa fue enorme cuando algunos de los objetos del tesoro de Peebles comenzaron a mostrar un brillo plateado poco común. Este detalle, aparentemente superficial, llevó a una investigación profunda que reveló una técnica artesanal desconocida hasta ahora.
Los análisis científicos realizados en el National Museums Collection Centre de Edimburgo concluyeron que ese efecto plateado no era accidental. Los artesanos de hace tres milenios habían aplicado intencionadamente un proceso de enriquecimiento con estaño, que generaba una capa superficial rica en este material, dando la apariencia de plata. Este tipo de tratamiento implica un conocimiento avanzado de metalurgia, muy superior al que se había atribuido hasta hoy a los pueblos de esa época y región.
Una artesanía que desmiente los límites históricos
Para el Dr. Matthew Knight, curador principal de prehistoria del Museo Nacional de Escocia, el hallazgo representa una auténtica anomalía dentro de los parámetros conocidos de la Edad de Bronce. Él mismo describió la superficie brillante de los objetos como algo nunca antes visto, con un resplandor casi etéreo que desafía las expectativas sobre la estética y la técnica del periodo.
Esta capa plateada habría tenido un importante valor simbólico, probablemente asociada a estatus o poder. Imaginar un carro de guerra o un caballo adornado con estos metales resplandecientes nos lleva a un escenario donde la imagen y la ostentación tenían un peso tan importante como la funcionalidad.
Conservación al detalle: una carrera contra el tiempo
El proceso de conservación del tesoro es tan meticuloso como fascinante. Los objetos fueron extraídos en un solo bloque de tierra, permitiendo que los especialistas trabajen bajo condiciones de laboratorio sin alterar la disposición original del hallazgo. Cubiertos de tierra y con pátinas verdes producto de la oxidación, los artefactos fueron sometidos a un tratamiento lento y delicado.
Bethan Bryan, una de las conservadoras implicadas en el proyecto, describe la experiencia como si se estuviera desenterrando un secreto que el tiempo había sellado durante 3.000 años. Cada capa de tierra retirada revela más detalles de la destreza técnica y artística de sus creadores.
El valor de la investigación y el apoyo necesario
La restauración completa del tesoro tomará al menos tres años más, y no solo busca preservar los materiales inorgánicos como el bronce, sino también los restos orgánicos adheridos, como cuero o madera, que podrían dar pistas sobre el uso cotidiano de estos objetos o su valor ceremonial.
Este proceso es posible gracias al apoyo de entidades como The Leche Trust y el Pilgrim Trust, así como varios donantes privados. El Dr. Knight reconoce que, sin estas colaboraciones, sería imposible evitar el deterioro progresivo de piezas tan delicadas.
Un legado que trasciende el tiempo
El tesoro de Peebles no es solo un conjunto de objetos antiguos. Es una ventana a un pasado más sofisticado y tecnológico de lo que se creía. Así como al abrir un antiguo baúl familiar podemos encontrar cartas, retratos o recuerdos que nos revelan nuevas facetas de quienes nos precedieron, este hallazgo nos obliga a revisar los prejuicios sobre lo que los pueblos antiguos podían hacer.
El trabajo continúa, y los investigadores esperan que este descubrimiento inspire nuevas preguntas y caminos de exploración en la arqueología europea. La Edad de Bronce, lejos de ser una etapa oscura y rudimentaria, empieza a mostrarse como un periodo lleno de creatividad, innovación y conexión con el simbolismo del brillo y los metales.
Fuente: Whatsnew.com
