Mundo, 09 de nov 2025 (ATB Digital).- La galaxia Messier 61 (M61), una de las más estudiadas del universo cercano, acaba de revelar un secreto oculto a plena vista durante siglos. Este hallazgo proviene de la primera imagen de prueba tomada por el telescopio Vera C. Rubin, una instalación ubicada en Chile que aún no ha comenzado oficialmente su relevamiento científico, pero que ya está dando sorpresas.
La imagen revela una estructura que nunca antes se había identificado: una corriente estelar que parece extenderse desde M61 como una cola de luz fantasmagórica. Este tipo de formación, según los astrofísicos, es un rastro que queda cuando una galaxia más grande devora a otra más pequeña. Es como si M61 llevara consigo una cicatriz luminosa de un antiguo conflicto cósmico.
Qué es una corriente estelar y por qué importa
Las corrientes estelares son hileras de estrellas que se desprenden de galaxias satélite al ser atrapadas por la gravedad de una galaxia más masiva. Su detección requiere observaciones extremadamente sensibles, ya que su brillo es muy bajo y suelen quedar ocultas por la luz de la galaxia principal. Hasta ahora, telescopios como el James Webb o el Hubble, a pesar de su potencia, no habían logrado captar esta corriente en M61.
Este descubrimiento, según Aaron Romanowsky, astrónomo de la Universidad Estatal de San José y coautor del estudio, demuestra cuán poco sabemos realmente de estructuras que creemos tener bien documentadas. La presencia de esta cola estelar sugiere que M61 no solo ha formado estrellas de forma intensa, como ya se sabía, sino que también ha tenido un pasado violento y canibalístico en términos galácticos.
M61: más compleja de lo que se creía
Desde que fue descubierta en 1779, M61 ha sido objeto de exhaustivas investigaciones. Situada en el Cúmulo de Virgo, destaca por su alta tasa de formación estelar, lo que la clasifica como una galaxia starburst. Este tipo de galaxias actúa como una fábrica de estrellas, generando nuevas a un ritmo vertiginoso.
Sin embargo, hasta ahora no se había encontrado evidencia clara de interacciones recientes con otras galaxias que pudieran explicar esta actividad frenética. La aparición de esta corriente estelar cambia completamente la narrativa. Indica que en algún momento en el pasado, M61 destruyó o asimiló a una galaxia satélite más pequeña, lo que pudo haber desencadenado una ola de formación estelar al mezclar gas fresco en su disco.
El rol del telescopio Vera C. Rubin en el hallazgo
Este primer hallazgo del telescopio Vera C. Rubin es apenas una muestra de su potencial. A diferencia de otros telescopios, Rubin está diseñado para realizar un mapeo continuo y profundo del cielo nocturno con una cámara digital que ostenta el título de la más grande del mundo en su tipo. Su misión principal, el Legacy Survey of Space and Time (LSST), comenzará oficialmente pronto, pero ya con sus pruebas está demostrando su capacidad para observar detalles casi invisibles.
Como explicó Sarah Pearson, astrofísica de la Universidad de Copenhague, esta es la primera de muchas corrientes estelares que el Rubin detectará. La sensibilidad del telescopio y su campo de visión permiten rastrear los bordes más tenues de las galaxias, donde suelen esconderse las huellas de antiguos encuentros galácticos.
Reescribiendo el pasado galáctico
Descubrimientos como este permiten reconstruir la historia dinámica de las galaxias. Si pensamos en M61 como un libro abierto, la corriente estelar sería como encontrar una página arrugada entre los capítulos: una pista sobre eventos dramáticos que no estaban en el resumen. Esta evidencia sugiere que las colisiones e interacciones son mucho más comunes de lo que se pensaba, incluso entre galaxias que hoy parecen tranquilas.
Al rastrear estas corrientes, los astrónomos pueden estimar no solo cuándo ocurrió una interacción, sino también la masa de la galaxia devorada y cómo impactó en la evolución estructural de la principal. Es un trabajo similar al de un forense que reconstruye un crimen analizando las trayectorias de las manchas.
Un futuro brillante para la arqueología galáctica
El hallazgo en M61 es solo el principio. El equipo liderado por Romanowsky y otros astrofísicos anticipa que con las herramientas actuales, y particularmente con el telescopio Rubin, podrán surgir cientos o incluso miles de descubrimientos similares. Esto no solo enriquecerá nuestra comprensión de cómo se forman y evolucionan las galaxias, sino que podría modificar modelos completos de la dinámica del universo a gran escala.
Se abre así una nueva etapa en la que los bordes difusos de las galaxias ya no serán ignorados. Lo que antes se consideraba «ruido» en las imágenes astronómicas puede contener información vital sobre el pasado del cosmos.
Fuente: Wwwhatsnew
