Mundo, 27 de nov 2025 (ATB Digital).- Meta está en plena carrera por posicionarse en el panorama de la inteligencia artificial, y lo está haciendo a base de inversiones colosales. Con la construcción de nuevos centros de datos y una plantilla en expansión dedicada al desarrollo de modelos avanzados, la compañía liderada por Mark Zuckerberg ha destinado cifras asombrosas a esta causa. Se estima que sólo en infraestructura de EE. UU. se gastaran hasta 600.000 millones de dólares en los próximos tres años. Esta cifra, aunque comprensible dentro del ecosistema de Silicon Valley, ha encendido las alarmas en Wall Street.
Durante el informe de resultados del último trimestre, se hizo evidente el impacto financiero de esta estrategia. Los gastos operativos aumentaron en 7.000 millones de dólares respecto al año anterior, mientras que el gasto en capital creció en casi 20.000 millones. Todo ello sin que haya una fuente de ingresos clara que justifique este nivel de inversión. Zuckerberg fue tajante al decir que la compañía apenas empieza en su compromiso con la IA, lo que no fue precisamente música para los oídos de los inversores.
El mercado reacciona con escepticismo
Pese a que Meta obtuvo 20.000 millones en beneficios trimestrales, el mercado no lo interpretó como una señal de salud financiera. Lo que realmente preocupó fue la falta de concreción sobre los frutos de ese gasto masivo. Como resultado, las acciones de Meta cayeron un 12 % en dos días, lo que se traduce en una pérdida de 200.000 millones en capitalización bursátil.
Durante la llamada con analistas, Zuckerberg insistió en el potencial futuro de las tecnologías que están desarrollando, mencionando los modelos de frontera en los que trabaja el Superintelligence Lab. Sin embargo, no pudo presentar productos concretos que permitieran hacer proyecciones de ingresos. Era, en esencia, una conversación sobre posibilidades futuras sin un anclaje tangible en el presente.
Dónde están los productos de IA de Meta
La situación de Meta contrasta con la de otras empresas que también están invirtiendo sumas astronómicas en IA. Google y Nvidia han tenido trimestres exitosos, y OpenAI, a pesar de su gasto igualmente elevado, cuenta con un producto popular y una línea de ingresos en crecimiento. Sam Altman puede argumentar que está operando uno de los servicios de consumo más rápidamente adoptados de la historia, con 20.000 millones de dólares en ingresos anuales.
Meta, en cambio, carece de un producto insignia claro. Su asistente Meta AI, que se integra en Facebook e Instagram, tiene más de mil millones de usuarios, pero es difícil evaluar cuántos de ellos lo utilizan activamente y cuántos simplemente están expuestos a él. Su funcionalidad actual está lejos de competir con soluciones como ChatGPT o Claude. Otro intento ha sido Vibes, un generador de video que aumentó la participación diaria, pero sin un impacto comercial significativo.
También se han lanzado las gafas inteligentes Vanguard, que muestran más el enfoque de Reality Labs en hardware que un esfuerzo real por explotar el potencial de los modelos de lenguaje. Aunque interesantes, estas propuestas se sienten más como prototipos o apuestas a largo plazo que como productos consolidados.
La estrategia de futuro sin hoja de ruta clara
Lo que resulta inquietante para los analistas es que Zuckerberg, al ser presionado sobre el futuro inmediato, habló sobre lo que vendrá «en los próximos meses». En un contexto de inversión multimillonaria, los inversionistas esperaban algo más que entusiasmo. Les preocupa que no exista un plan concreto para monetizar todo este esfuerzo.
Si Meta tiene la intención de competir con OpenAI o Google en modelos de lenguaje, podría apalancarse en su vasto historial de datos personales y en su dominio del mercado publicitario. Pero esta estrategia tiene riesgos reputacionales y regulatorios. También existe la posibilidad de que se enfoquen en aplicaciones empresariales, como asistentes para negocios o sistemas de automatización, algo que Zuckerberg mencionó brevemente. No obstante, no hay anuncios firmes ni productos beta disponibles que respalden esa dirección.
La presión crece con cada trimestre
La reestructuración del equipo de IA, con la creación del Superintelligence Lab, apenas tiene cuatro meses. Desde un punto de vista interno, es entendible que Meta no tenga aún productos disruptivos listos. Sin embargo, desde la óptica del mercado, lo que importa es la visibilidad de resultados. Los accionistas no están pidiendo milagros, pero sí una narrativa clara que explique por qué vale la pena seguir apostando por Meta en el contexto de la carrera de la IA.
Cada dólar invertido sin retorno evidente pone más presión sobre Zuckerberg para definir cuál será el papel de Meta en esta nueva industria. Podría ser el proveedor de una IA social integrada, un nuevo jugador en productividad empresarial, o el creador de herramientas de entretenimiento impulsadas por IA. Pero lo que no puede seguir haciendo es invertir a ciegas sin mostrar las cartas.
Fuente: WWWHATSNEW