Mundo, 01 de dic 2025 (ATB Digital).- El Telescopio Gemini Sur, ubicado en el Cerro Pachón de Chile, ha logrado capturar una impresionante fotografía de un objeto astronómico bipolar situado a entre 2.500 y 3.800 años luz de la Tierra, en la constelación de Escorpio. Hablamos, en concreto, de NGC 6320 o Caldwell 69, aunque es más conocida popularmente como la Nebulosa Mariposa por su curiosa forma, que recuerda sobremanera a este insecto.
La imagen, que fue dada a conocer por el Observatorio Internacional Gemini, ha sido la elegida para conmemorar el 25º aniversario del telescopio chileno, debido a la resolución con la que muestra los flujos turbulentos de gas expulsados por su estrella central. La NGC 6302 fue catalogada como una nebulosa planetaria bipolar, un fenómeno que solo sucede cuando un astro de gran masa se acerca al final de su ciclo vital. Su forma no es más que una muestra de la violencia intrínseca de este tipo de eventos.
Una gigante roja convertida en enana blanca
En el corazón de la Nebulosa Mariposa hay una enana blanca, es decir, un denso vestigio de lo que en su día fue una estrella parecida a nuestro Sol. De hecho, este remanente posee una masa aproximada de dos tercios la suya y es considerado como uno de los astros más calientes conocidos en el firmamento. Para hacernos una idea, los datos recogidos revelan que su temperatura superficial se eleva por encima de los 250.000 ºC, lo que implica emisiones de radiación tan potentes que afectan a todo el material circundante.
Por su parte, las hipótesis sobre cómo se formó esta nebulosa planetaria es dramática. Antes de transformarse en una enana blanca, la estrella original fue una gigante roja, alcanzando un diámetro 1.000 veces mayor que el de nuestro Sol. Durante ese período, el gas acumulado fue desprendido en capas, formando una especie de barrera junto al polvo estelar.
El viento solar como escultor
Esta barrera o cinturón denso de gas y polvo fue clave para darle forma, ya que el gas fue expulsado después de manera perpendicular. Este hecho fue el que dio como resultado la morfología bipolar captada por el telescopio chileno. Además, para aumentar su complejidad, el viento solar, que viajaba a más de tres millones de kilómetros por hora, arremetió contras las alas, dándole a esta nebulosa su forma definitiva.
El análisis cromático realizado a partir de los datos del Telescopio Gemini Sur también aportó otros datos cruciales. Por ejemplo, las áreas teñidas de rojo identifican la presencia de gas de hidrógeno energizado, mientras que las azules representan al oxígeno. El brillo intenso se debe a que alcanza temperaturas superiores a los 20.000 ºC.
NGC 6302 también alberga otros elementos, como nitrógeno, azufre y hierro. Los científicos señalan que este último material, una vez que se disperse por completo, se integrará en el medio interestelar e iniciará un proceso de reciclaje cósmico, por el cual se convertirá en la materia prima necesaria para la formación de nuevas estrellas y sistemas planetarios. Algo que asegura la continuidad química en el universo.
Fuente: National Geographic
