MUNDO, 13 de dic 2024 (ATB Digital).- El fascinante capítulo de la evolución humana, en el que Homo sapiens y neandertales entrelazaron sus destinos, acaba de ser fechado con una precisión sin precedentes. Investigaciones recientes han demostrado que estos encuentros comenzaron hace aproximadamente 50.500 años y se prolongaron durante unos 7.000 años, dejando una huella imborrable en el genoma humano moderno.
Los resultados, así, arrojan luz sobre el periodo en el que los dos grupos coexistieron en Eurasia, compartiendo territorios y, en ocasiones, genes. Este intercambio genético, que ocurrió entre 47.000 y 43.000 años atrás, ha sido documentado a través de un análisis minucioso de 58 genomas antiguos y datos de poblaciones actuales.
Hoy, entre el 1 % y el 2 % del ADN en las personas de ascendencia no africana proviene de los neandertales, un legado que continúa influyendo en nuestra biología.
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Desmontando mitos sobre los neandertales
Las huellas genéticas de un encuentro antiguo
El análisis genético ha permitido a los científicos no solo determinar el periodo exacto del mestizaje, sino también entender cómo estas interacciones moldearon nuestra evolución.
Las áreas del genoma que contienen genes neandertales sugieren que algunos de estos fragmentos fueron rápidamente adoptados debido a las ventajas que conferían. Entre los más significativos están aquellos relacionados con la función inmunológica, la pigmentación de la piel y el metabolismo, características que podrían haber ayudado a los Homo sapiens a adaptarse a las duras condiciones del Pleistoceno en Eurasia.
Por otro lado, algunas regiones del genoma humano carecen completamente de genes neandertales. Estos “desiertos genéticos” probablemente se formaron debido a que ciertos genes resultaron incompatibles o incluso letales para los Homo sapiens. Esto ocurrió poco después del mestizaje.
Una narrativa más compleja
La duración del intercambio genético, que se prolongó por miles de años, refleja un proceso complejo. Durante este tiempo, los grupos humanos pudieron separarse, reencontrarse y seguir mezclándose, lo que sugiere una historia rica en interacción y adaptación.
También se observó que los humanos que emigraron hacia Asia Oriental recibieron una proporción mayor de genes neandertales, posiblemente debido a eventos adicionales de mestizaje o una mayor duración de la coexistencia. Este descubrimiento explica por qué las personas de ascendencia asiática tienen aproximadamente un 20 % más de ADN neandertal que los europeos.
Impactos en la salud y adaptación moderna
Los genes heredados de los neandertales no solo fueron cruciales para la supervivencia en el pasado, sino que algunos aún afectan a nuestra salud y biología actuales.
Por ejemplo, un gen relacionado con la resistencia a ciertos coronavirus pudo haber sido irrelevante en el momento del mestizaje, pero se volvió crucial miles de años después en la lucha contra pandemias. Esto demuestra cómo los cambios en el medio ambiente pueden reactivar genes que alguna vez estuvieron inactivos o fueron neutrales.
Por otro lado, los científicos han identificado un pequeño porcentaje de ADN proveniente de los denisovanos, otro grupo arcaico, especialmente en poblaciones de ascendencia asiática. Este ADN adicional subraya la rica y variada historia de los encuentros entre los ancestros humanos modernos y otros homínidos.
Así, la precisión alcanzada en estos estudios no solo redefine nuestra comprensión del mestizaje entre Homo sapiens y neandertales, sino que también proporciona nuevas perspectivas sobre la migración fuera de África y la posterior colonización del resto del mundo. Además, refuerza la importancia de los estudios genómicos para reconstruir la compleja red de interacciones que dio forma a nuestra especie.
FUENTE: INFOBAE