ATB RADIO

EN VIVO

ATB Digital
Tecnología

El declive de los gigantes tecnológicos

El declive de los gigantes tecnológicos

Mundo, 27 dic 2024 (ATB Digital).- The Washington Post lanzó una bomba a sus lectores al anunciar que se abstendría de respaldar a un candidato presidencial en las próximas elecciones. Desde 1976, cuando The Post respaldó a Jimmy Carter, su consejo editorial había emitido un respaldo para cada elección presidencial. La noticia encendió una tormenta de fuego. Martin Baron, el ex editor del Post que aparece en la película “Spotlight”, publicó en X que la decisión del periódico era “una cobardía, con la democracia como víctima”.

Los famosos periodistas de Watergate Bob Woodward y Carl Bernstein dijeron que esta decisión “ignora la abrumadora evidencia periodística del propio Washington Post sobre el peligro que Donald Trump representa para la democracia”. Pronto se supo que el multimillonario propietario tecnológico de The Washington Post, el fundador de Amazon Jeff Bezos, había decidido personalmente poner fin a la práctica que el periódico había tenido durante décadas de respaldar a los candidatos presidenciales.

Se convirtió en un blanco especial de burlas. Robert Kagan, que renunció al consejo editorial del periódico tras el anuncio, calificó la decisión de Bezos como “una clara señal de que buscaba ganarse el favor de Trump”. Muchos estaban furiosos de que una sola persona pudiera ejercer tanto poder y amordazar a uno de los medios de comunicación más importantes de Estados Unidos. Pero también se impuso otra narrativa: la decisión de Bezos de detener el apoyo de The Post indicaba debilidad. Bezos estaba tan preocupado por las consecuencias de alinearse públicamente con Kamala Harris (en caso de que Trump ganara la reelección) que prefirió usar su poder para suprimir la voz del periódico que arriesgarse a la ira de Trump. La elección de Bezos apunta a una pregunta más amplia que se está desarrollando hoy: ¿cuánto poder ejercen los titanes de la tecnología?

Dos narrativas opuestas se están desarrollando en torno al poder que ejercen los titanes tecnológicos como Jeff Bezos, Elon Musk, Mark Zuckerberg, Sam Altman, Jensen Huang y otros. La primera narrativa es la siguiente: los directores ejecutivos de las empresas tecnológicas se han vuelto tan poderosos que están usurpando la autoridad del Estado y transformando el orden global. La inmensa escala de las empresas que han fundado (sus gigantescas reservas de capital, sus marcas cautivadoras y sus tecnologías sofisticadas) han reforzado un aura de invencibilidad. Con sus vastos recursos, los gigantes tecnológicos están dando forma de manera única a los resultados globales: desde determinar cómo los países libran guerras (como en Ucrania) hasta decidir qué pueden decir los jefes de Estado en línea (los líderes mundiales que en un momento fueron prohibidos de Facebook, Instagram y Twitter, ahora X, incluyen a Donald Trump, Nicolás Maduro de Venezuela, Jair Bolsonaro de Brasil y Alexandr Lukashenko de Bielorrusia).

La mano dura de Elon Musk en la guerra de Ucrania es un ejemplo muy citado de la inversión de poder entre gobiernos y empresas. Al comienzo del conflicto, las fuerzas rusas desactivaron las comunicaciones por Internet de Ucrania y desorganizaron su defensa. Desesperados, los líderes ucranianos suplicaron a Musk que les enviara terminales Starlink. Musk accedió y días después Kiev recibió 500 terminales Starlink y cientos más. Esas terminales ayudaron a Ucrania a montar un contraataque y a expulsar a las fuerzas rusas de Kiev. Pero entonces Musk empezó a acobardarse, preocupado de que los ataques de Ucrania pudieran provocar una guerra nuclear. Como otros titanes de la tecnología, Musk no tiene mucha experiencia en asuntos políticos o militares, pero sus decisiones tienen importantes consecuencias geopolíticas. En este caso, como relata Walter Isaacson, Musk decidió en secreto desactivar la cobertura de Starlink en la costa de Crimea debido a los temores de una escalada rusa. Su sola decisión personal —de la que los oficiales militares ucranianos se enteraron en el último minuto— puso en peligro una misión vital para atacar la flota rusa en el Mar Negro y obligó a Kiev a cancelar la operación.

Pero otros comentaristas son más escépticos sobre la influencia de los titanes tecnológicos. Una segunda narrativa sostiene que el poder de los directores ejecutivos tecnológicos está menguando, que la geopolítica ha obligado a los gobiernos a reafirmar su autoridad sobre las empresas. En septiembre, después de que Musk cediera ante la Corte Suprema de Brasil y anunciara que X eliminaría cuentas por orden de un juez brasileño, el New York Times escribió que “el momento mostró cómo, en la lucha de poder que dura años entre los gigantes tecnológicos y los estados-nación, los gobiernos han podido mantener la ventaja”. O en agosto, después de que Francia arrestara al fundador de Telegram, Pavel Durov, y lo acusara de múltiples cargos, Will Oremus dijo en The Washington Post que los directores ejecutivos tecnológicos “se enfrentan a la venganza de los reguladores” y que esto anunciaba el “fin de una era… en la que los titanes tecnológicos disfrutaban de rienda suelta para dar forma al mundo en línea, y una presunción de inmunidad a las consecuencias del mundo real”.

Fuente: TyN

Noticias relacionadas

Cómo evitar que Meta use mis fotos y videos sin autorización para entrenar su IA

ATB Usuario

Gestora Pública: Fondos de asegurados se incrementan a $us 1.000 millones

Cristal Vergara Capo

Mototaxis piden no ser estigmatizados

ATB Usuario