Mundo, 21 de marzo 2025 (ATB Digital).– ¿Alberga gérmenes el agua del mar? ¿Es este el motivo por el que por seguridad no debemos beber nunca agua salada? En parte, sí. El agua del mar está repleta de microorganismos, ya sean virus, levaduras, parásitos, bacterias… hay toda una ingente población de microbios poblando nuestros mares, por lo que si tragamos agua, ingeriríamos un volumen desconocido de ellos. Pero esto no es todo.
Por qué los humanos no podemos beber agua de mar
El agua salada no es apta para el consumo humano porque, en lugar de hidratar, provoca el efecto contrario: deshidratación. Y es que el sodio, el principal elemento de la sal, no es intrínsecamente malo para nosotros, pero si tienes sed, el agua salada, lo único que te provocará es una sed terrible (es el mismo motivo por el que, tras comerte una bolsa de patatas fritas, tu cerebro te pide un vaso de agua como mínimo).
Esto sucede porque el cuerpo necesita expulsar el exceso de sal ingerido, lo que obliga a los riñones a eliminar más líquido del que se ha bebido. Como resultado, tras tomar agua de mar, la sensación de sed aumenta en lugar de disminuir. Además, los riñones solo pueden generar orina con una concentración de sal inferior a la del agua marina, lo que hace imposible compensar el exceso de sal sin perder más agua de la que se ha ingerido, ya que el cuerpo necesita agua dulce para diluir esa sal y que los riñones funcionen correctamente. En todo caso, un exceso de sodio puede ser mortal.
No hay ningún riesgo en beber una pequeña cantidad de agua de mar, pero el contenido de sal en el agua de mar es muchísimo mayor que el que nuestro cuerpo puede procesar (tiene tres veces más sal que la sangre), por lo que si bebemos agua salada nuestro organismo tendrá que trabajar incansablemente para eliminar ese exceso de sal, por lo que necesitaremos orinar más agua de la que ingerimos. Si no bebemos agua dulce, con el paso de los días aumentaría la deshidratación a la par que aumenta la sed, porque nuestros riñones extraerán el agua de otras fuentes disponibles en nuestro cuerpo, como las células, para poder funcionar, provocando deshidratación. Varios días sin beber agua dulce en los que corazón bombea con dificultad y el riñón se ve obligado a trabajar con menos agua… y esta espiral puede acabar en shock circulatorio, pudiendo conducir incluso a la muerte.
Desalinización: ¿cómo funciona?
No podemos beber directamente agua salada, pero un invento moderno del considerado como padre de la desalinización, el doctor francés Jean Gauthier propició una técnica para desalar el agua utilizando el mismo sistema de destilación del alambique. Impulsado por la apremiante necesidad de agua dulce en un mundo donde el agua salada dominaba los mares, Gauthier sentó las bases de lo que hoy llamamos desalinización: el proceso de eliminar la sal y otras impurezas del agua de mar para producir agua potable.
¿En qué consiste? En mover el agua salada a través de membranas cargadas eléctricamente que atrapan los iones de sal disueltos en el agua, permitiendo extraer agua dulce. En el siglo XXI, la desalinización se ha convertido en una parte vital de la infraestructura hídrica mundial, sobre todo en países como Arabia Saudita, Israel o Australia, que dependen en gran medida de la desalinización para abastecer de agua a todas sus poblaciones. En España, la primera planta desaladora (y también la primera de Europa) fue construida en las islas Canarias en 1964 -concretamente en Lanzarote-, cuya geografía y clima presentan dificultades para el acceso a fuentes de agua dulce al tratarse de un territorio insular. Su creación supuso un cambio transformador en la vida local y un impulso para el desarrollo del turismo y la agricultura.
Fuente: National Geographic