Por Néstor Huanca Chura (*)
Al cumplir 200 años como país, Bolivia se presenta como una nación que ha sabido resistir embates externos, crisis climáticas y vaivenes económicos gracias a la fortaleza de dos pilares históricos y estratégicos: producción agropecuaria e industria manufacturera.
Estos sectores no solo alimentan al país y generan empleo, reflejan un modelo de desarrollo que, si bien enfrenta desafíos, también es el más justo y encamina hacia una soberanía productiva con potencial de transformación económica.
Agropecuaria: Concentración y diversidad
El sector agropecuario, pilar de la seguridad alimentaria y motor de exportaciones, muestra una imagen clara de su estructura. En 2024, la producción total superó los 23 millones de toneladas, con un 65% de este volumen compuesto por cultivos de oleaginosas e industriales. Esta cifra, impulsada por la producción de soya y caña de azúcar, está fuertemente concentrada en el Departamento de Santa Cruz, que produce el 77% del total nacional.
Este liderazgo regional es un arma de doble filo: si bien genera una considerable riqueza y capacidad de exportación, también subraya una vulnerabilidad sistémica. Un enfoque tan centralizado hace que la economía sea susceptible a impactos climáticos o de mercado en una única región, afectando a todo el país. En este Bicentenario, el reto es fortalecer la diversificación de cultivos y la producción en otros Departamentos, equilibrando la producción de commodities con la de alimentos básicos.
Cochabamba y La Paz desempeñan roles complementarios en la producción agropecuaria. Cochabamba, con 1,531,932 toneladas (7% del total nacional en 2024), lidera en tubérculos y raíces (488,959 Tn, principalmente papa) y hortalizas (154,569 Tn). La Paz, con 1,360,590 Tn (6%), destaca en forrajes (290,505 Tn, 56.6% del total nacional) y papa (327,739 Tn). Beni, aunque con una producción menor (403,951 Tn, 2%), es relevante en yuca, arroz y ganadería.
No obstante, subsisten dinámicas regionales que mantienen viva la diversidad productiva. Por ejemplo, la papa continúa liderando entre los tubérculos (1.16 millones Tn), mientras Cochabamba, La Paz y Tarija sostienen una base agrícola más diversa con frutales, hortalizas y forrajes esenciales para la seguridad alimentaria y los circuitos cortos de comercialización.
Durante el año 2024, la producción pecuaria en Bolivia muestra una fuerte concentración en algunos Departamentos, principalmente Santa Cruz. con 11,2 millones de cabezas de ganado bovino en 2024, Santa Cruz y Beni lideran con el 75% del total nacional.
La producción de carne de res alcanzó un total de 349,418 Tn, con Santa Cruz como el principal productor con 207,785 Tn, seguido por Cochabamba y Beni con 37,753 y 33,576 Tn, respectivamente.
En cuanto a la carne de pollo, la producción total fue de 579,764,143 Kg en 2024. Los datos de 2025 hasta julio muestran una producción de 231,620,596 Kg, con Santa Cruz y Cochabamba liderando con 112,946,901 Kg y 95,750,388 Kg, respectivamente
La producción de leche alcanzó los 565,207,696 Lt en 2024, con Santa Cruz y Cochabamba también a la cabeza, produciendo 301,684,416 y 172,515,311 Lt, respectivamente se proyecta superar los 580 millones Lt anuales por primera vez.
Ganado ovino y camélido: El altiplano mantiene la tenencia tradicional con más de 7,4 millones de ovinos y 2,58 millones de llamas, clave para soberanía alimentaria y las economías regionales.
Manufactura: Industrialización con valor agregado
La manufactura boliviana ha comenzado a transformar el excedente agrícola en productos de alto valor agregado, con signos de expansión post-pandemia y fortalecimiento de cadenas productivas regionales.
1. Complejo de la caña de azúcar. En 2024, se molieron 9,72 millones de Tn de caña, que generaron:
• 13,7 millones de quintales de azúcar
• 250,9 millones Lt de alcohol hidratado
• 190,4 millones Lt de alcohol anhídrido
En los primeros seis meses de este 2025, la molienda ya supera 1,8 millones TM, con 2,7 millones de quintales de azúcar y más de 43 millones de litros de alcohol. Se proyecta un crecimiento del 3-4% anual, consolidando al sector supra alcoholero como un pilar fundamental de Bolivia.
2. Industrialización de la soya. En 2024, se ha procesado grano de soya que alcanzó 2,611,059 Tn, para la producción de:
• Aceite crudo de soya: 462,793 Tn.
• Harina de soya solvente: 1,731,717 Tn.
• Aceite refinado de soya: 183,398 Tn.
• Harina de soya integral: 143,217 Tn.
• Cascarilla de soya: 85,703 Tn.
Este año 2025, la producción de sub productos de soya en Bolivia muestra una tendencia de recuperación. Los datos hasta junio revelan que la producción de torta de soya ya alcanzó las 1,102,760 Tn. A esto se suma una producción de 295.543 Tn de aceite crudo de soya, dato que resalta la importancia de la cadena de valor de este cultivo e incluye las 67,371 Tn de harina de soya integral y las 49,892 Tn de cascarilla de soya, la producción total de subproductos de soya en los primeros seis meses de 2025 supera los 1.5 millones Tn.
3. Producción de cemento. Con 4 millones Tn producidas en 2024 y 1,59 millones Tn a mayo de 2025, el sector mantiene dinamismo por el impulso de la construcción pública y privada. La Paz y Santa Cruz lideran la producción, consolidando polos industriales regionales.
Conclusión: Hacia la soberanía productiva
En conclusión, los datos de 2024 y 2025 retratan a una Bolivia en su Bicentenario con un sector agropecuario y manufacturero dinámico, pero con una marcada concentración geográfica y productiva. Para un futuro más equilibrado y sostenible, es esencial fomentar la diversificación de cultivos, invertir en tecnologías que mejoren la productividad en todas las regiones y fortalecer las cadenas de valor que conecten a los productores locales con los mercados nacionales e internacionales.
El desafío del tercer siglo es construir una geografía productiva integrada, donde se continúe con mayor fuerza la industrialización de la quinua, la papa, y la carne de: llama, pescado, res en el Beni, cereales andinos, los frutales, Hoja de coca, plantas medicinales, frutos amazónicos, productos del Chaco, lácteos en el occidente, almendra entre otros, para complementar el modelo agroexportador con abastecimiento al mercado interno.
Igualmente, es importante fortalecer la economía plural y especialmente la economía comunitaria uno de cuyos mayores ejemplos es la cincuentenaria central “El Ceibo” compuesto por 1.300 productores ecológicos campesinos de cacao y chocolate asociados en 48 cooperativas. Solo así la soberanía económica será patrimonio de los nueve departamentos.
(*), Fue ministro de Desarrollo Productivo y Economía Plural.