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Farmacogenómica práctica: ajustar tu medicación a tu ADN (sin perder privacidad)

Mundo, 16 de sep 2025 (ATB Digital).- ¿Te has preguntado alguna vez por qué el mismo analgésico que te funciona de maravilla a ti no le hace ni cosquillas a tu amigo? O quizás has experimentado efectos secundarios terribles con un medicamento que para otros es pan comido. La respuesta está literalmente escrita en tu ADN, y la ciencia ya ha encontrado la forma de leerla.

La farmacogenómica no es ciencia ficción. Es una realidad que está transformando cómo los médicos prescriben medicamentos, permitiendo tratamientos tan personalizados como tu huella dactilar. Imagínate entrar a la consulta y que tu médico ya sepa exactamente qué dosis necesitas y qué fármacos evitar, todo basado en tu código genético.

Tu cuerpo es único, tu medicación también debería serlo

Resulta que llevamos décadas aplicando la medicina como si fuéramos todos iguales. «Una talla para todos», como dicen. Pero tu organismo procesa los medicamentos de forma completamente diferente al mío, y esto se debe principalmente a variaciones en genes específicos que controlan enzimas como el CYP2C19 o el CYP2D6.

Estas enzimas son como pequeños obreros en tu hígado que se encargan de descomponer y eliminar los medicamentos. Algunas personas tienen versiones súper eficientes de estas enzimas (metabolizadores rápidos), mientras que otras tienen versiones más lentas (metabolizadores pobres). Es como tener un motor deportivo versus uno familiar: mismo combustible, velocidades completamente diferentes.

Casos reales donde la genética puede salvarte problemas

Permíteme contarte sobre el clopidogrel, más conocido como Plavix. Este antiagregante plaquetario se usa para prevenir infartos y accidentes cerebrovasculares. Pero aquí viene lo interesante: es un profármaco, significa que llega a tu cuerpo «dormido» y necesita que esas enzimas lo despierten para que funcione.

Si genéticamente eres un metabolizador lento del CYP2C19, este medicamento simplemente no se activará lo suficiente en tu organismo. Es como tomar píldoras de azúcar mientras tu corazón sigue en riesgo. Por eso, la FDA ya exige que en la etiqueta del Plavix aparezca una advertencia sobre la importancia de conocer tu genotipo.

Otro ejemplo fascinante son los quimioterápicos como la capecitabina. Personas con ciertas variantes en el gen DPYD pueden desarrollar toxicidades graves porque su cuerpo no metaboliza estos fármacos correctamente. Es la diferencia entre un tratamiento exitoso y efectos secundarios que pongan en riesgo la vida.

El proceso: más sencillo de lo que imaginas

Hacerse una prueba farmacogenómica es sorprendentemente simple. Con una muestra de saliva o un poco de sangre, en unas tres semanas tienes un informe completo de cómo tu cuerpo maneja diferentes medicamentos.

Los laboratorios analizan variantes en unos 10-12 genes que son informativos para más del 70% de los fármacos habituales. Y aquí viene lo mejor: es una prueba que te sirve para toda la vida. Tu genética no cambia, así que es una inversión única que te acompañará en todos tus tratamientos futuros.

En España, clínicas especializadas como el Grupo Doctor Oliveros o laboratorios como LabGenetics ya ofrecen estos servicios. Los costos rondan entre 260 y 400 euros, una cantidad que puede parecer considerable pero que se amortiza rápidamente cuando evitas medicamentos ineficaces o efectos adversos.

La privacidad: tu principal preocupación (y con razón)

Yo entiendo perfectamente tus dudas sobre la privacidad genética. Es información súper sensible que revela aspectos únicos sobre tu salud y predisposiciones. A diferencia de una contraseña, no puedes cambiar tu ADN si se ve comprometido.

Los datos genéticos enfrentan riesgos particulares: ciberataques a laboratorios, posible discriminación por parte de aseguradoras (aunque en Europa el RGPD ofrece protecciones), y el uso indebido por parte de empresas farmacéuticas. Por eso es crucial que elijas laboratorios que cumplan estrictamente con la normativa europea de protección de datos.

Mi recomendación es que investigues las políticas de privacidad de las empresas, verifiques que utilicen cifrado robusto, y te asegures de que no compartan tus datos con terceros sin tu consentimiento explícito. Algunos laboratorios permiten incluso que manejes tus muestras con códigos anónimos.

Las ventajas van más allá de evitar efectos secundarios

La medicina personalizada basada en farmacogenómica no solo previene reacciones adversas. También optimiza la eficacia de los tratamientos desde el primer intento, evitando ese frustrante período de prueba y error que puede durar meses.

Para personas polimedicadas (que toman cinco o más fármacos simultáneamente), esto es especialmente valioso. Las interacciones entre medicamentos se vuelven predecibles cuando conoces cómo tu genética afecta el metabolismo de cada uno.

Los sistemas de salud también se benefician. Según estudios recientes, implementar la farmacogenómica puede reducir significativamente los costos asociados a hospitalizaciones por reacciones adversas, que representan alrededor del 3.5% de todos los ingresos hospitalarios.

El futuro ya está aquí, pero con precaución

La farmacogenómica práctica está dejando de ser un lujo para convertirse en estándar de atención. Países como Estados Unidos ya incluyen pruebas farmacogenéticas en sus sistemas de salud públicos para ciertos medicamentos críticos.

Sin embargo, es importante mantener expectativas realistas. La genética explica una parte importante de la variabilidad en la respuesta a medicamentos, pero no es el único factor. La edad, el peso, otras enfermedades, y hasta lo que desayunaste pueden influir en cómo respondes a un tratamiento.

Mi consejo es que veas la farmacogenómica como una herramienta poderosa más en el arsenal médico, no como una bola de cristal que predice todo. Y siempre, siempre, trabaja con profesionales de la salud que entiendan tanto la ciencia como las limitaciones de estas pruebas.

Dando el primer paso

Si estás considerando hacerte una prueba farmacogenómica, habla primero con tu médico. Él o ella puede evaluar si es relevante para tu situación específica y ayudarte a interpretar los resultados correctamente.

Recuerda que no es necesario esperar a tener un problema para informarte sobre tu perfil farmacogenético. Como dice el refrán, es mejor prevenir que lamentar. Y en este caso, la prevención puede ser tan simple como escupir en un tubito.

La era de la medicina «una talla para todos» está llegando a su fin. Tu ADN tiene historias que contar sobre cómo tu cuerpo maneja los medicamentos, y la tecnología finalmente nos permite escucharlas. Solo asegúrate de que esas historias se mantengan privadas y seguras.

Fuente: Whatsnew.com

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