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Nuevo estudio confirma que los fósiles atribuidos a un T. rex joven corresponden al Nanotyrannus

Nuevo estudio confirma que los fósiles atribuidos a un T. rex joven corresponden al Nanotyrannus

Mundo, 10 de nov 2025 (ATB Digital).-  Durante casi 30 años, la paleontología se ha dividido por un dilema fascinante: ¿existió el Nanotyrannus o era solo una versión joven del Tyrannosaurus rex? Ahora, un estudio liderado por Lindsay E. Zanno y James G. Napoli aporta pruebas contundentes que inclinan la balanza. Tras analizar los fósiles conocidos como los “dinosaurios duelistas”, los investigadores concluyen que aquel presunto T. rex adolescente no era tal, sino un depredador completamente distinto.

El hallazgo que reabrió una vieja discusión

En 2006, un grupo de buscadores de fósiles aficionados descubrió en la Formación Hell Creek (Montana, EE. UU.) los restos de un Tyrannosaurus rex juvenil y un Triceratops adulto, aparentemente atrapados en plena lucha hace 67 millones de años. Ambos fueron sepultados juntos, probablemente por una riada o un deslizamiento de arena, y pasaron a la historia como los “dinosaurios en duelo”.

Casi dos décadas después, el estudio publicado en Nature revisa aquel hallazgo y ofrece una interpretación completamente diferente: el depredador no era un T. rex joven, sino un ejemplar adulto de una especie separada, el Nanotyrannus lethaeus.

Una polémica que lleva más de 30 años

El debate sobre el Nanotyrannus comenzó en 1942, cuando se descubrió un cráneo de tiranosaurio en la misma formación geológica. Inicialmente se clasificó como Gorgosaurus, pero en 1988 fue reidentificado como Nanotyrannus lancensis. Muchos expertos, sin embargo, lo consideraron un error, argumentando que se trataba simplemente de un T. rex en crecimiento.

Desde entonces, la comunidad científica ha estado dividida: unos defendían que los ejemplares más pequeños pertenecían a una especie distinta; otros, que eran juveniles del depredador más icónico del Cretácico.

Las pruebas que cambian el relato

Cuando el Museo de Ciencias Naturales de Carolina del Norte adquirió el fósil en 2020, el equipo de Zanno y Napoli pudo examinarlo con detalle y lo comparó con más de 200 esqueletos de tiranosaurios.
El resultado fue revelador: el supuesto T. rex juvenil mostraba antebrazos más largos, más dientes y menos vértebras caudales que el Tyrannosaurus rex.

Estas diferencias no corresponden a la madurez o al crecimiento, sino a rasgos anatómicos fijos, propios de otra especie. Además, los análisis de los huesos de sus patas indicaron que el animal tenía alrededor de 20 años al morir, lo que descarta que fuera un ejemplar joven.

En otras palabras, ya era adulto, pero más pequeño, ágil y con proporciones distintas a las del gigante T. rex.

La reinterpretación del fósil “Jane”

El estudio también revisa el famoso esqueleto conocido como Jane, hallado en 2001 y conservado en el Museo de Historia Natural Burpee (Illinois). Hasta ahora se creía que representaba a un T. rex juvenil, pero las nuevas comparaciones lo ubican dentro de la misma categoría del Nanotyrannus lethaeus.

El nombre de la especie —del latín Lethaeus, en referencia al río del olvido de la mitología grecorromana— alude al “renacimiento” del fósil: una reinterpretación que borra su identidad previa para otorgarle una nueva.

Dos depredadores, dos estrategias

Si Tyrannosaurus rex y Nanotyrannus coexistieron, debieron compartir ecosistema sin competir directamente. Los investigadores sostienen que el Nanotyrannus era un cazador de persecución, capaz de correr largas distancias y atrapar presas rápidas. El T. rex, por su parte, habría sido un depredador de emboscada, más lento pero más poderoso, especializado en animales grandes o heridos.

Este equilibrio ecológico explicaría cómo ambas especies pudieron prosperar simultáneamente en el norte de América durante los últimos millones de años del Cretácico.

Una nueva página en la historia del Cretácico

El estudio de Zanno y Napoli no solo revive el nombre Nanotyrannus, sino que aporta una mirada más compleja sobre la diversidad de los tiranosaurios.
Lejos de ser un simple “T. rex adolescente”, este pequeño depredador representaría una rama paralela y más ágil dentro de la familia de los grandes carnívoros del Cretácico.

De confirmarse con futuros hallazgos, el Nanotyrannus lethaeus se convertiría en uno de los mayores reajustes taxonómicos de la paleontología reciente, devolviéndonos un ecosistema mucho más variado de lo que se creía en los últimos días de los dinosaurios.

Fuente: Gizmodo

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