Argentina, 17 may 2018 (ATB Digital).- La crisis cambiaria argentina que depreció la moneda casi un 20% en un mes y devoró 10.000 millones de dólares de sus reservas desnudó la fragilidad de la economía que puede asfixiar el crecimiento, estiman analistas.
El gobierno logró capear el temporal cambiario a costa de llevar al 40% la tasa de interés, la más alta del mundo, y de una audaz emisión de bonos del Tesoro por unos 73.000 millones de pesos (casi 3.000 millones de dólares) al 20% anual.
“La jugada fue mostrar que en medio de todas estas tensiones se podía atraer a inversores extranjeros aunque las condiciones del bono fueran malas para Argentina”, explicó a la AFP el economista Matías Carugati. El riesgo será “no caer en la tentación”, apuntó.
Aunque Argentina redujo su déficit fiscal de cuatro puntos, sigue en valores elevados (3,9% del PIB en 2017) para una economía que tiene en rojo su balanza comercial con una política aperturista de las importaciones y que lidia con una inflación que sumó 9,6% entre enero y abril.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ya había sugerido mayor rigor fiscal antes de que el presidente acudiera la semana pasada al organismo para pedir un auxilio financiero.
“La crisis cambiaria fue una crisis de confianza debido a que Argentina tiene una economía frágil con un déficit externo bastante grande que debe financiar”, dijo Carugati.
Según Stéphane Straub, economista de la Toulouse School of Economics “el problema viene del déficit de presupuesto y será necesario más rigor fiscal”en el futuro.
Desde la monumental crisis de 2001 cuando el país se declaró en cesación de pagos, toda convulsión y perspectivas de ajuste desata miedo entre los argentinos.
Fantasmas de recesión
Macri admitió que Argentina tendrá este año “un poco menos de crecimiento y un poco más inflación”. ¿Cuánto?, imposible estimarlo por ahora.
Argentina creció 2,8% en 2017 y avanzó un 4,7% en el primer bimestre de este año impulsada fundamentalmente por la construcción (+12,7%). “La obra pública fue el único motor que venía sosteniendo el crecimiento económico en medio de una fuerte caída del consumo”, remarcó a la AFP Mercedes D’Alessandro, doctora en Economía de la Universidad de Buenos Aires.
“En dos años hubo tibias señales de crecimiento y mayor empleo, pero ahora eso se va a resentir. No veo un plan económico que asegure que el año que viene no habrá recesión”, agregó.
El elevado nivel de tasas tampoco ayuda a la economía productiva.
“Con tasas al 40% los bancos estarán felices”, apuntó Straub para quien estos altos tipos de interés “tendrán efectos recesivos a mediano plazo”.
Carugati vaticinó que se trata de una medida “transitoria”. “Ninguna economía funciona con esas tasas de interés. Las empresas se quedan sin financiamiento y la cadena de pagos se corta”, advirtió.
Las tasas altas son la herramienta del Banco Central para mantener a raya la inflación, que sin embargo retomó la senda alcista: del 2,4% en marzo escaló a 2,7% en abril y se espera que en mayo refleje el traspaso a los precios de la depreciación del peso en una economía regida por el dólar.
“Pero habrá que modificar la política y tendrán que bajar las tasas porque si no lo hacen la inflación va a bajar pero no por política económica sino por efecto de la recesión”, estimó el economista.
En cuanto a la capacidad de pago, opinó que “Argentina no tiene un problema de solvencia, siempre y cuando tenga un horizonte a mediano plazo con crecimiento económico, una inflación a niveles normales y si hace un ajuste fiscal. Si podrá o no, lo veremos”.
Crear confianza
Como la historia del huevo y la gallina, Argentina se enfrenta ahora al problema de crear confianza en su economía para ahuyentar sus problemas económicos.
“Para poder bajar las tasas debe generar confianza y en eso la intervención del FMI puede ser útil”, sostuvo Straub al considerar que puede ayudar a frenar la fuga de capitales y la presión cambiaria.
Por otro lado el déficit permanente del Estado “es un problema estructural en Argentina, difícil de resolver políticamente”, dijo.
“El FMI está asociado a momentos dolorosos de la historia argentina”, recordó pero consideró que Macri “no tiene muchas alternativas” al ajuste.
(AFP)