Brasil, 28 may 2019 (ABC).- La brutalidad de las cárceles brasileñas ha vuelto a la luz con la muerte de 57 reos en cuatro prisiones de Manaos, corazón de la Amazonía, en el norte del país. La policía encontró presos estrangulados, ahorcados y acuchillados con puñales hechos con cepillos de dientes, al entrar en cuatro centros de detención, tras una guerra entre facciones criminales, que las autoridades locales no admiten.
Familiares de las víctimas esperaban el martes noticias sobre los nombres de los fallecidos y la liberación de los cuerpos en la puerta del Instituto Médico Legal (IML) de Manaos, que aún no ha conseguido identificar a todos muertos, conservados en una cámara frigorífica, mientras los peritos analizan impresiones digitales y de arcada dental.
Las muertes ocurrieron en un período de 24 horas entre el domingo y el lunes, y fueron confirmadas durante una inspección de la Secretaría de Administración Penitenciaria del estado de Amazonas y por el gobernador del estado, Wilson Lima. Los primeros 15 internos fueron hallados sin vida el domingo en el Complejo Penitenciario Anísio Jobim (Compaj). El local es el mismo donde 56 presos murieron en 2017 en otra guerra entre facciones rivales, dejando al descubierto la gravedad de la violencia entre grupos criminales y el abandono y pésimas condiciones de los presidios brasileños.
El lunes, otros 42 presidiarios fueron encontrados muertos en cuatro cárceles diferentes, además del Compaj, en el Instituto Penal Antônio Trindade (IPAT), en la Unidade Prisional do Puraquequara (UPP) y en el Centro de Detenção Provisória Masculino (CDPM I), la mayoría con «indicios de muerte por asfixia».
Según el Secretario Estatal de Administración Penitenciaria de Amazonas (SEAP), el coronel Marcos Vinicius Almeida, no hubo rebelión, ni fugas, ni ataques a agentes, ni rehenes, sino que las muertes fueron resultado de una «disputa entre internos» que comenzó el domingo, cuando ocurren las visitas semanales de familiares. Cuestionado por la prensa local sobre la guerra de facciones, el secretario aminoró la importancia de esas organizaciones.
Matanza anunciada en WhatsApp
Según el diario «Em Tempo», de Manaos, familiares denunciaron que el lunes en la madrugada circularon listas en WhatsApp con los nombres de los presos que serían asesinados en una nueva matanza, vinculando además los crímenes a una guerra entre las facciones criminales Comando Vermelho (CV) y Família do Norte (FDN), que disputan el liderazgo en las prisiones, pero no son reconocidas por las autoridades.
«Como a las 11 de la mañana los parientes comenzaron a recibir fotos de los presos ahorcados o sangrando dentro de sus celdas», relató anónimamente al diario amazónico la esposa de uno de los presos que sobrevivió a la guerra.
Autoridades del Gobierno del estado de Amazonas aseguraron que la situación está bajo e informaron que las visitas han sido suspendidas mientras se investiga el motivo de las peleas y se analizan las cámaras de seguridad para aclarar los crímenes e identificar a los autores.
Las rebeliones son frecuentes en el sistema penitenciario brasileño, dominado por facciones criminales y considerado uno de los peores y más inhumanos del mundo, según organismos internacionales. Según datos oficiales, la población carcelaria brasileña pasa de 700 mil personas, el doble de su capacidad. Brasil es el cuarto país del mundo que más encarcela, después China, Estados Unidos y Rusia.