EEUU, 16 sept 2019 (ATB Digital).- Tres años atrás, Samuel Rader dejó su trabajo como enfermero para dedicarse a tiempo completo a su canal en YouTube, donde publica videos de sus vacaciones en Hawái, del armado de una piscina en su patio trasero y de otros fragmentos de su “vida familiar cristiana”.
La decisión de Rader dio sus frutos: él y su esposa se han convertido en estrellas en la plataforma de video propiedad de Google. Su canal, “Sam and Nia”, cuenta con dos millones y medio de suscriptores y una recaudación que se ha estimado en dos millones de dólares, proveniente de la publicidad que YouTube adiciona a sus contenidos.
Sin embargo, el futuro es ahora incierto para esta pareja de youtubers de Dallas, en Texas, así como para otros “creadores” que vuelcan sus contenidos en esta plataforma.
Un acuerdo entre la compañía de videos en línea y reguladores estadounidenses podría volver más difícil conseguir ganancias por publicidad en videos y canales dirigidos a niños.
“Tuve un pequeño ataque de pánico cuando me enteré”, dice Rader. “Creí que tendríamos que encontrar otra fuente de ingresos”.
A principios de septiembre, YouTube aceptó pagar una multa récord de 170 millones de dólares en Estados Unidos y se comprometió a proteger mejor los datos de los niños que navegan en su plataforma tras un acuerdo con la Comisión Federal de Comercio (FTC).
La compañía aceptó aplicar cambios en la forma en que recolecta información de sus usuarios y comenzará a tratar los datos de quienes ven programas infantiles como si fueran menores, independientemente de la edad del espectador.
También se comprometió a dejar de ofrecer anuncios personalizados y eliminar los comentarios y las notificaciones en esos videos.
Estas nuevas reglas, que entrarán en vigor en cuatro meses, han atizado miedos en la comunidad de “creadores” que cuelgan sus videos en YouTube y, como los Rader, viven de los ingresos que genera la publicidad.
Shock, pena, miedo
“Hay mucho estado de shock, pena y miedo. Para muchos creadores, esta es su única fuente de ingresos”, dice Melissa Hunter de la Family Video Network, empresa consultora que también opera un grupo de canales en YouTube. “Se trata de gente produciendo contenido en sus casas, no de grandes compañías”.
Aún quedan varias preguntas por responder, como, por ejemplo, la manera en que YouTube definirá qué califica como contenido para niños hasta 12 años, que es la franja afectada por la nueva regulación.
Se estima que YouTube recauda más de 10.000 millones de dólares al año por la publicidad emitida en su plataforma, gracias a los videos creados por millones de productores que los publican en esa red y se llevan una parte de esos ingresos publicitarios.
Sin embargo, no está tan claro qué porcentaje de esos contenidos apuntan específicamente a niños.
La directora ejecutiva de YouTube, Susan Wojcicki, reconoció que los cambios tendrían “un impacto financiero significativo” en las familias y los niños que publican contenidos, por lo que la empresa decidió darles cuatro meses para adaptarse.
Wojcicki agregó que, para ayudarlos, la compañía creará un fondo de 100 millones de dólares que estará dedicado a “la creación de contenido para niños original y reflexivo”.
¿Fin al aviso personalizado?
Hunter dice que los creadores de contenido familiar ganan cifras que oscilan entre 30 y 100.000 dólares al mes, pero que “esas familias van a ganar prácticamente nada (a partir del) 1 de enero”, cuando las nuevas reglas entren en vigor.
Pero puede que YouTube y los creadores que publican en la plataforma aún se las arreglen para obtener ganancias, siempre y cuando la publicidad no se paute en función de los datos que se obtienen de los niños.
Esos anuncios, sin embargo, son mucho menos lucrativos.
“Los avisadores gastan más en comerciales que pueden medir y rastrear”, dice Nicole Perrin, analista de la firma de investigación de mercado eMarketer. “No estoy segura de que haya una manera de cumplir con esto de los niños sin limitar parte de los ingresos en ese sector”.
(Julie Jammot/AFP)
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