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Maradona, otro mito trágico del deporte como Monzón y Bonavena

Maradona

Argentina, 26 nov 2020 (ATB Digital).- Diego Armando Maradona, artista, mago y poeta del fútbol, ingresó este miércoles en la galería de los mitos trágicos del deporte argentino, como los boxeadores Carlos Monzón y Oscar ‘Ringo’ Bonavena.

Un paro cardíaco terminó con la vida del exjugador a los 60 años dando paso a la leyenda, que comenzó a forjarse mucho antes de su deceso.

Aureolado con el recuerdo nostálgico de sus actuaciones gloriosas, el futbolista integró en vida al Salón de los Mitos, rodeado del cariño de la gente, que nunca dejó de verlo como un hombre honesto de cuna humilde, a quien la notoriedad mundial apabulló y las drogas empujaron a la decadencia.

Prueba de la encarnadura que “el Diego” alcanzó en los hinchas del fútbol y el país casi todo fue el impacto de desilusión y vergüenza que Argentina recibió por su dopaje en el Mundial de Estados Unidos 1994, cuando parecía que volvía a llevar al equipo a ganar la copa.

En enero de 2000, con muchos amantes del fútbol aún de duelo por su retiro definitivo en 1997, un ataque cardíaco en el balneario uruguayo de Punta del Este lo puso por primera vez cara a cara con la muerte, con la cocaína como tétrica presentadora, y nuevamente hubo conmoción general.

Un nuevo estremecimiento colectivo llegó el domingo 18 de abril de 2004, cuando Maradona quedó internado en una clínica privada de Buenos Aires, con un grave cuadro pulmonar y cardíaco.

Aquel infortunio hizo evocar al de otros ídolos deportivos argentinos malogrados.

Monzón y Bonavena
Maradona llegó a la cima, como Monzón, y desde allí se derrumbó, aunque el excampeón mundial de los pesos medianos de boxeo pagó con la cárcel un instinto feroz.

Monzón, que reinó siete años y se retiró invicto, había asesinado a su esposa Alicia Muñiz, mediante golpes que la hicieron caer desde el balcón de una casa de verano.

Cuando Monzón buscaba reconciliarse con la sociedad y preparaba jóvenes boxeadores durante sus permisos de salida por buena conducta, murió en un accidente carretero mientras conducía su automóvil de regreso a la prisión.

En tanto Bonavena, el hombre que en 1970 puso al gran campeón Mohamed Alí a borde del nocaut en un combate tremendo que finalmente perdió, murió seis años más tarde asesinado de un balazo en un motel de Reno, Estados Unidos, propiedad del mafioso Joe Conforte.

Otros ídolos del boxeo también hallaron una muerte prematura, como el excampeón del mundo de los mediopesados Víctor Emilio Galíndez, en una prueba de automovilismo deportivo, y el ex rey de los medianos Ubaldo ‘Uby’ Sacco, destruido por la cocaína y el sida.

Otros casos
Un caso patético entre los pugilistas fue el de José ‘el Mono’ Gatica, quien no pudo ceñirse una corona mundial pero arrastró multitudes nunca vistas alrededor de los cuadriláteros en los años 50.

El ‘Mono’, fue un lustrabotas que dormía en las calles, hasta que ganó dinero a manos llenas y lo despilfarró en la ostentación de principescos automóviles, en noches de lujuria y alcohol.

Ostentar pudo haber sido también un pecado de Maradona, pero nadie pudo negar jamás su generosidad ni ocultar que repartía regalos a los niños pobres de Nápoles.

A Gatica lo mataron las ruedas de un autobús al que intentaba subir para vender muñequitos de madera, en un triste ocaso que algunos temían para Maradona.

Al final del camino, la muerte de Maradona fue menos prematura de lo que muchos esperaban, pero tan impactante como durante años se imaginó.

(AFP)

Imagen:AFP

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