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Pasó de ministro de Afganistán a repartidor de comida en Alemania

Pasó de ministro de Afganistán a repartidor de comida en Alemania

Afganistán, 31 ago 2021 (ATB Digital).- Se llama Sayed Sadaat, se gana la vida en Lepzig como repartidor de comida, y no hace mucho era ministro. Concretamente fue ministro de Comunicaciones de Afganistán, desde 2016 hasta 2018, cargo que dejó, asegura, cansado de la corrupción que le rodeaba. Una historia difícil de creer que él mismo, entre reparto y reparto, se encarga de confirmar sin vergüenza alguna:

“Para mí es un trabajo apasionante”, dice Sayed al lado de su bicicleta de reparto. “Exploro la zona, voy de aquí para allá, y veo el campo y diferentes lugares. Exploro lo que me rodea y a la vez hago ejercicio. La bicicleta te pone en forma. Hago 1.200 kilómetros al mes. ¡Eso es mucho ciclismo!”.

La historia de Sayed, aunque sin duda más especial que la de la mayoría, es también la de muchos otros afganos y refugiados en general que tuvieron que dejar grandes trabajos con excelentes proyecciones por otros más modestos una vez abandonaron su país. Y estos son los afortunados: otros muchos siguen buscando, con el idioma casi siempre como principal barrera.

La jornada es de seis horas de lunes a viernes, de mediodía hasta las 22H00 el fin de semana. Sayed lleva un uniforme de color naranja chillón, característico de su empresa, y la mochila donde transporta los pedidos de sus clientes.

“No todos los inmigrantes están aquí sólo para coger el dinero del Gobierno”, defiende Sayed frente a los que opinan así. “Trabajan duro. Pagan sus impuestos, y también hacen cosas positivas para el país. Quiero recordar eso: muchos inmigrantes traen a Alemania buenas habilidades y participan en esta sociedad”, insiste el exministro afgano.

Sadaat piensa que la actual situación que atraviesa Afganistán y su impacto en Occidente podrían abrirle algunas puertas. Tal vez asesorando al Gobierno u otras entidades, pues en verdad nadie mejor que él conoce al pueblo afgano y sus necesidades. A la espera de esa u otra llamada, el exministro estudia sin descanso alemán, varias horas todos los días, mientras pedalea por 15 euros por hora, convencido de que su actual situación es temporal. 

Fuente: Urgente.bo