Estados Unidos, 24 sep 2021 (ATB Digital).- Un equipo de científicos afiliados a diversos centros de investigación estadounidenses descubrió en el lecho de un lago seco del Parque Nacional de White Sands, en Nuevo México, un conjunto de huellas fosilizadas con una antigüedad de entre 21.000 y 23.000 años, evidencia que confirmaría la presencia del hombre en Norteamérica miles de años antes de lo que las teorías más aceptadas sobre el poblamiento del continente proponen.
Durante su investigación, publicada este jueves en la revista Science, los científicos analizaron una serie de 60 huellas descubiertas en siete capas sedimentarias del fondo del ahora seco lago Otero, las cuales, basados en su tamaño y espaciamiento, se cree que fueron dejadas en su mayoría por adolescentes y niños.
Una vez se confirmó que se trataba de pisadas humanas, los investigadores procedieron a datar con radiocarbono las semillas recuperadas de los estratos entre las huellas. Los resultados obtenidos sugieren que estas tienen una antigüedad de entre 21.000 y 23.000 años, fechas que coinciden con el Último Máximo Glacial, periodo en el que las capas de hielo de la última glaciación alcanzaron su máxima extensión, hace entre 26.500 y 19.000 años.
Durante décadas, la hipótesis más aceptada planteaba que los primeros pobladores de América llegaron al norte del continente a través del estrecho de Bering procedentes de Asia hace unos 13.500 años, cuando se abrió un corredor entre los glaciares que cubrían el actual territorio de Estados Unidos y Canadá.
Esta teoría se ha sustentado con el hallazgo en distintos sitios de América del Norte de puntas de lanza de piedra y otros vestigios de la cultura Clovis, que se estima tienen una antigüedad de entre 11.000 y 13.000 años. No obstante, la datación propuesta para las huellas sugiere que el poblamiento del continente se dio miles de años antes de que se abriera el corredor o que los primeros habitantes arribaron a territorio americano por otra vía.
“Estos hallazgos confirman la presencia de humanos en Norteamérica durante el Último Máximo Glacial, añadiendo pruebas a la antigüedad de la colonización humana en América y proporcionando una extensión temporal de la coexistencia de los primeros habitantes y la megafauna del Pleistoceno”, escribieron los autores, agregando que las pisadas fosilizadas son una prueba más contundente que “los artefactos culturales, los huesos modificados u otros fósiles más convencionales”, ya que dan cuenta de “un momento y una ubicación en concreto”.
Fuente: RT