* Richard Sánchez Martinez
Luego de un año de escasez de pelis bolivianas en la pantalla grande, de a poco las salas van acogiendo a ese cine para vernos. Y en esta ocasión el turno es del documental Cholitas, de los directores españoles Jaime Murciego y el experimentado Pablo Iraburu, quien es el fundador de Arena Comunicación, la productora a cargo de este filme.
Durante una hora y 22 minutos, este documental nos introduce en la vida de Cecilia, Liita, Elena, Dora y Lidia, quienes deben vencer muchos prejuicios, violencia estructural y toda una herencia de postergación por el simple hecho de haber nacido mujeres en una sociedad extremadamente machista. Se trata de una lucha contra el sistema pero también consigo mismas para llegar a su objetivo: ser las cholitas escaladoras que harán cima en el Aconcagua, la montaña más alta de América.
La cámara se introduce en la vida cotidiana de cada una de las protagonistas, quienes orgullosamente aymaras van narrando su vida y su cercanía a los achachilas (montañas) y ese gran respeto a la madre tierra. No por nada, llevan su milenaria hoja de coca y alcohol hasta Argentina para ch’allar y solicitar el respectivo permiso para iniciar la escalada al Aconcagua.
Nada que reclamar en el aspecto técnico: asombrosas tomas con drones, paisajes de altura (literal) y de ensueño a cargo de camarógrafos que han seguido paso a paso la escalada entre ventiscas y tormentas, condiciones climáticas extremas en los más de los 6.900 metros sobre el nivel del mar.
Una historia tan pero tan emotiva, que es imposible no suspirar cuando las polleras y wiphalas de estas warmis valientes conquistan el cielo.
Cholitas, documental que ya ha ganado más de 25 premios, es la excusa perfecta para volver a las salas de cine tras el receso pandémico que nos encadenó al consumo vía streaming.
Alerta de spoiler. Ellas ahora van por otro sueño mucho pero mucho más alto: el Everest, pero necesitan de la ayuda de todos nosotros. ¡Zasss, cholitas!
* Richard Sánchez es periodista